¿INSISTIR EN LA RECETA ECONÓMICA
QUE FALLA UNA Y OTRA VEZ,
NO CREA EMPLEOS DECENTES
Y DEJA MULTITUDES DE EXCLUIDOS...?
Escribe
BERNARDO KLIKSBERG (*)
Columnista
habitual en “Página 12”
de Buenos Aires,
Argentina.
9 de Octubre 2014
(*) BERNARDO KLIKSBERG – (Argentina) Doctor en Economía.
Pionero de la "Ética para el Desarrollo”. Es de los principales expertos a
nivel mundial en lucha contra la pobreza. Autor de 50 libros y centenares de
trabajos en áreas críticas del desarrollo, la Responsabilidad Social
Empresarial, el capital social, la lucha contra la pobreza, El último libro
“Primero la gente” es best seller internacional, con 19 ediciones, escrita con
el premio Nobel de Economía Amartya Sen.
Frente al avance permanente de las innovaciones
tecnológicas altamente positivas para el género humano, y ante el
deslumbramiento con las grandes fortunas, se corre el riesgo de perder de vista
lo que realmente sucede con la economía mundial. Un estudio reciente de la OIT,
la OCDE y el Banco Mundial muestra que el objetivo más importante de una
economía –producir trabajos, y trabajos de buena calidad, “trabajos decentes”,
como los llama la OIT– no se está
dando. La economía mundial está creando pocos
trabajos y aún muchos menos de calidad. Por otra parte, los salarios están
estancados, su porcentaje en el producto bruto mundial cae y aumentan las
ganancias de las corporaciones que se llevan una parte cada vez mayor de los
beneficios del incremento de la productividad. En ese marco crecen sin pausa
alguna las desigualdades, factor central de las crisis. Desde el 2010 el
producto bruto mundial ha bajado su crecimiento, de cinco por ciento anual, a
sólo tres por ciento anual. Hasta la economía china, motor universal,
retrocedió de una expansión de dos dígitos en el 2010 a un apretado siete por
ciento este año. El comercio mundial, que aumentó un 12,8 por ciento en el
2010, después de la recesión del 2008/9,
sólo creció 6,2 por ciento en el 2011,
3,08 por ciento en el 2013 y 3,1 por ciento en el 2014. La Eurozona, que aporta
13 por ciento del producto mundial, está nuevamente al borde de la recesión. En
el segundo trimestre de ese año, la zona integrada por 18 países no registró
crecimiento alguno, bajando del mínimo 0,2 por ciento alcanzado en el primer
trimestre. Las economías de Alemania e Italia se contrajeron un 0,2 por ciento,
mientras que la de Francia no creció en ninguno de los dos primeros trimestres.
La deflación con sus consecuencias recesivas es una amenaza grave. En julio, la
tasa de inflación cayó a 0,4 por ciento. Un año antes había sido 1,6 por
ciento. La tasa de desocupación está en 11,5 por ciento. Más de 25 millones de
parados. Se multiplican los contratos basura sin futuro ni protecciones para
los jóvenes. La economía de Estados Unidos, con mejor desempeño, crecerá dos
por ciento este año. La de Japón
, tercera potencia económica mundial, sólo 1,3
por ciento. En ese marco de estancamiento económico, los precios de las
materias primas clave vienen cayendo, perjudicando directamente al mundo en
desarrollo. Los hechos desmintieron terminantemente a las recetas económicas
ortodoxas. Llevaron al frenesí desregulatorio y a la explosión de las burbujas
especulativas que desataron la gran crisis económica del 2008/9. Actualmente se
hallan tras la recesión europea y la explosión de las desigualdades. Más allá
de cualquier calificativo, son simplemente “mala economía”. Donde se instalan,
destruyen empleo, inclusión y protección social. (…ir
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