domingo, 2 de noviembre de 2014

EE.UU. ES HOY EL ESTADO TERRORISTA NÚMERO UNO

EL IMPACTO  DE LOS ATAQUES CON
 DRONES Y LAS FUERZAS ESPECIALES 
ES POR DEMAS BASTANTE CONOCIDO

Escribe 
NOAM CHOMSKY (*)  
Columnista habitual en 
“La Jornada” de Mexico .
1º de Noviembre 2014

(*) AVRAM NOAM CHOMSKY (1928) Es profesor emérito en el Departamento de Lingüística y Filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés). Es colaborador habitual de TomDispatch y autor de numerosas obras de análisis político. El libro más reciente es “Power Systems: Conversations on Global Democratic Uprisings and the New Challenges to U.S” (“Sistemas de poder: conversaciones sobre levantamientos democráticos en el mundo” ) y nuevos desafíos al imperio estadunidense: entrevistas con David Barsamian) Chomsky hoy reconocido como un activista e intelectual político que se caracteriza por una visión fuertemente crítica de las sociedades capitalistas.

La nota informa sobre una revisión hecha por la CIA a las operaciones encubiertas recientes para determinar su efectividad. La Casa Blanca concluyó que, por desgracia, los éxitos son tan escasos que es necesario reconsiderar esa política. El presidente Barack Obama pidió a la CIA llevar a cabo esa revisión para
encontrar casos en los que financiar y proveer de armas a una insurgencia en algún país haya funcionado bien. Y no pudieron hallar mucho. Por eso Obama tiene cierta renuencia a continuar con esos esfuerzos.  Ejemplos importantes de ayuda encubierta: Angola fue invadida por Sudáfrica, que, según Washington, se defendía de uno de los más notorios grupos terroristas del mundo: el Congreso Nacional Africano de Nelson Mandela. Eso fue en 1988.Para entonces el gobierno de Ronald Reagan estaba prácticamente solo en su apoyo al régimen del apartheid. Washington se unió a Sudáfrica en dar apoyo crucial al ejército de Jonas Savimbi. Era un monstruo cuya ambición de poder había llevado

abrumadora miseria a su pueblo, en palabras de Marrack Goulding, embajador británico en Angola. Una investigación de la ONU en 1989 estimó que las depredaciones sudafricanas provocaron 1.5 millones de muertes en países vecinos, sin mencionar lo que ocurría en Sudáfrica misma. En Cuba, después de la fallida invasión de Bahía de Cochinos en 1961, el entonces presidente estadunidense John F. Kennedy lanzó una campaña asesina y destructiva para llevar los terrores de la Tierra a Cuba, según palabras del historiador Arthur Schlesinger, aliado cercano del mandatario, en su biografía semioficial de Robert Kennedy, a quien se asignó la responsabilidad de esa guerra terrorista. Apenas si hace falta mencionar a Nicaragua. La guerra terrorista de Ronald Reagan fue

condenada por el Tribunal Internacional de La Haya, que ordenó a Estados Unidos poner fin a su uso ilegal de la fuerza y pagar sustanciales reparaciones de daños. Washington respondió intensificando la guerra y vetando una resolución del Consejo de Seguridad.  Las guerras terroristas de Estados Unidos en Centroamérica en la década de 1980, muestran sus efectos aún, en los informes acerca de los inmigrantes ilegales, que huyen de las consecuencias de aquella carnicería y son deportados de Estados Unidos para sobrevivir, si pueden, en las ruinas de sus países de origen. El ex analista de la CIA Paul Pillar advierte sobre el impacto generador de resentimiento de los ataques de Estados Unidos en Siria, que podrían inducir aún más a las organizaciones yihadistas Jabhat al-Nusra y Estado Islámico,que han ayudado a propagar el yihadismo de un rincón de Afganistán a gran parte del planeta.   



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