EL IMPACTO DE LOS
ATAQUES CON
DRONES Y LAS FUERZAS ESPECIALES
ES POR DEMAS BASTANTE CONOCIDO
Escribe
NOAM CHOMSKY (*)
Columnista habitual en
“La Jornada” de Mexico .
1º de Noviembre 2014
(*)
AVRAM NOAM CHOMSKY (1928) Es profesor emérito en el Departamento de Lingüística
y Filosofía del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en
inglés). Es colaborador habitual de TomDispatch y autor de numerosas obras de
análisis político. El libro más reciente es “Power Systems: Conversations on
Global Democratic Uprisings and the New Challenges to U.S” (“Sistemas de poder:
conversaciones sobre levantamientos democráticos en el mundo” ) y nuevos
desafíos al imperio estadunidense: entrevistas con David Barsamian) Chomsky hoy
reconocido como un activista e intelectual político que se caracteriza por una
visión fuertemente crítica de las sociedades capitalistas.
La nota informa sobre una revisión hecha por la CIA a las
operaciones encubiertas recientes para determinar su efectividad. La Casa Blanca
concluyó que, por desgracia, los éxitos son tan escasos que es necesario
reconsiderar esa política. El presidente Barack Obama pidió a la CIA llevar a
cabo esa revisión para
encontrar casos en los que financiar y proveer de armas
a una insurgencia en algún país haya funcionado bien. Y no pudieron hallar
mucho. Por eso Obama tiene cierta renuencia a continuar con esos esfuerzos. Ejemplos importantes de ayuda encubierta:
Angola fue invadida por Sudáfrica, que, según Washington, se defendía de uno de
los más notorios grupos terroristas del mundo: el Congreso Nacional Africano de
Nelson Mandela. Eso fue en 1988.Para entonces el gobierno de Ronald Reagan
estaba prácticamente solo en su apoyo al régimen del apartheid. Washington se
unió a Sudáfrica en dar apoyo crucial al ejército de Jonas Savimbi. Era un
monstruo cuya ambición de poder había llevado
abrumadora miseria a su pueblo,
en palabras de Marrack Goulding, embajador británico en Angola. Una
investigación de la ONU en 1989 estimó que las depredaciones sudafricanas
provocaron 1.5 millones de muertes en países vecinos, sin mencionar lo que
ocurría en Sudáfrica misma. En Cuba, después de la fallida invasión de Bahía de
Cochinos en 1961, el entonces presidente estadunidense John F. Kennedy lanzó
una campaña asesina y destructiva para llevar los terrores de la Tierra a Cuba,
según palabras del historiador Arthur Schlesinger, aliado cercano del
mandatario, en su biografía semioficial de Robert Kennedy, a quien se asignó la
responsabilidad de esa guerra terrorista. Apenas si hace falta mencionar a
Nicaragua. La guerra terrorista de Ronald Reagan fue
condenada por el Tribunal
Internacional de La Haya, que ordenó a Estados Unidos poner fin a su uso ilegal
de la fuerza y pagar sustanciales reparaciones de daños. Washington respondió
intensificando la guerra y vetando una resolución del Consejo de Seguridad. Las guerras terroristas de Estados Unidos en
Centroamérica en la década de 1980, muestran sus efectos aún, en los informes
acerca de los inmigrantes ilegales, que huyen de las consecuencias de aquella
carnicería y son deportados de Estados Unidos para sobrevivir, si pueden, en
las ruinas de sus países de origen. El ex analista de la CIA Paul Pillar
advierte sobre el impacto generador de resentimiento de los ataques de Estados
Unidos en Siria, que podrían inducir aún más a las organizaciones yihadistas
Jabhat al-Nusra y Estado Islámico,que han ayudado a propagar el yihadismo de un
rincón de Afganistán a gran parte del planeta.
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