GOBIERNO FRANCES ORQUESTO MANIPULACIÓN
EN MOMENTOS QUE SE PLANTEA
NUEVA OPERACIÓN
MILITAR EN LIBIA.
Escribe
THIERRY MEYSSAN (*)
Fuente RED VOLTAIRE |
HONG-KONG (CHINE) | FRANÇAIS
- 13 DE ENERO DE 2015
(*)
THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista
político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como
sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional., Presidente fundador de la Red Voltaire y de
la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican
en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de
varios gobiernos
En 3 días, un grupo de 4 o 5 personas que
dijeron actuar en nombre de al-Qaeda en Yemen y del Emirato Islámico (Daesh)
masacró en Francia a los miembros de la redacción del semanario satírico
Charlie Hebdo y asesinó después a una agente de la policía municipal así como
varios rehenes, en 3 acciones diferentes. Francia, que no había conocido hechos
de tanta violencia desde la época de los atentados
de la OAS, hace más de 50
años, reaccionó proclamando «¡Todos somos Charlie!», abatiendo a 3 de los
terroristas y organizando una gran manifestación de varios millones de
personas. En un artículo anterior, observé que el modus operandi de los
terroristas no tenía nada que ver con el comportamiento habitual de los
yihadistas sino más bien con el de un comando militar. A partir de lo cual
señalé que poco importa quiénes fueron los ejecutores y que lo único
verdaderamente importante es saber quién está detrás de ellos. Ahora quisiera,
en este segundo artículo, referirme a las reacciones que esos hechos están
suscitando. Hacia el mediodía del 7 de enero de 2015, el
primer ministro Manuel Valls implantó el Plan Vigipirate-atentados en toda
la región parisina, que incluye un centenar de medidas de aplicación automática
y unas 200 medidas opcionales. Entre las medidas, el ministerio del Interior
anunciaba la suspensión de todas las manifestaciones ya autorizadas. Las
autoridades temían que los terroristas disparasen contra la multitud. O sea, el
gobierno prohibió las manifestaciones por considerar que podían ser peligrosas
para los participantes. Pero los miembros de ese mismo gobierno organizaron una
manifestación gigantesca e invitaron además a jefes de Estado y de gobierno
extranjeros sin plantearse ningún tipo de inquietud por cuestiones de
seguridad. El presidente de Francia
quiso dar solemnidad a la manifestación de
París invitando a ella a todo tipo
de jefes de Estado y de gobierno. Entre los que vinieron a la manifestación de
París pudimos ver a David Cameron y Benyamin Netanyahu, cuyos países gozan de
una censura militar omnipotente; al secretario de Justicia estadounidense Eric
Holder, cuyo país es tan amante de la libertad de prensa que ha bombardeado y destruido
numerosas estaciones de televisión, desde la de Belgrado –en la ex Yugoslavia–
hasta las de Libia–; al primer ministro de Turquía, Ahmet Davutoglu, cuyo país
prohíbe la construcción de iglesias cristianas (aunque ahora parece dispuesto a
autorizar una). Y tampoco podemos
olvidar que hace poco Netanyahu felicitaba
personalmente a los heridos de al-Qaeda que reciben cuidados en hospitales
israelíes y que los países de Eric Holder, Ahmet Davutoglu y la Jordania rey
Abdallah reorganizaron el Estado Islámico en enero de 2014. ¿Qué hacían
entonces estos personajes en París? En todo caso no estaban defendiendo la
libertad de expresión ni la libertad de culto, que sus países combaten
activamente. No fueron los políticos los únicos que trataron de mejorar su imagen
exhibiéndose en la manifestación de París. También lo hizo la prensa, que ve en
Charlie Hebdo un ejemplo de la libertad que ella misma pisotea constantemente
con su permanente autocensura y mostrándose cada vez más solidaria con los
crímenes que el gobierno comete en el extranjero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario