miércoles, 11 de febrero de 2015

Pánico por el pánico: RUSIA Y EL SISTEMA MUNDO HOY

CAÍDA EN  PRECIOS DEL PETRÓLEO.  
EMBARGO DE ALGUNOS PAÍSES SOBRE RUSIA. 
HAN CREADO  PROBLEMAS  SOBRE  GASTOS PÚBLICOS 
Y SOBRE EL CONSUMO INDIVIDUAL.


Escribe 
IMMANUEL WALLERSTEIN (*) 
Columnista político en 
“La Jornada” de México - 
Traducción: Ramón Vera Herrera 
8 de Febrero 2015

 (*)WALLERSTEIN IMMANUEL (1930) sociólogo y científico social histórico de EE UU.   Principal teórico del análisis de sistema-mundo. Estudio en Columbia con doctorado en 1959. De 1976 a 1999 Profesor de Sociología en Binghamton. Director del Centro Braudel de estudios económicos. ocupó varios puestos al ser profesor visitante en diferentes universidades alrededor del mundo, fue premiado con múltiples títulos honoríficos. Es presidente de la Comisión Gulbenkian.


Visitar Rusia, lo que hice recientemente, es una extraña experiencia para alguien que venga del Norte Global. Como sabemos, la mayoría de los rusos tiene una lectura totalmente diferente de la historia reciente del mundo de la que tiene la mayoría de las personas en ese Norte Global. Además, sin embargo, se

preocupan por cosas diferentes de las que los visitantes esperarían que se preocupen. En Rusia hoy, casi todos a lo ancho del espectro político consideran que Occidente, y Estados Unidos en particular, ha conspirado con algunos otros –principalmente Arabia Saudita e Israel– para castigar a Rusia por sus acciones y supuestas fechorías al emprender lo que los rusos consideran como legítima defensa de sus intereses nacionales. El debate se centra primordialmente en Ucrania, pero incluye también, en menor grado, a Siria e Irán. La teoría de la conspiración es probablemente un tanto exagerada, ya que Estados Unidos comenzó a desarrollar su petróleo de esquistos (un importante factor del sobre abasto mundial de hoy) alrededor de 1973, en respuesta al aumento en el precio que 
Dimitri Medvedev 

promovió la OPEP. Nadie oye gran discusión de estos asuntos de política exterior. Esto se debe, probablemente, a que no hay demasiado disenso al interior del país respecto de las posiciones oficiales rusas de política exterior, ni siquiera de personas o grupos muy críticos al presidente Putin en otros asuntos. En cambio, lo que uno oye discutir es cuál es la mejor manera de manejar el agudo déficit presupuestario que enfrenta el Estado ruso. Hay tres posiciones básicas. Una es reducir significativamente los gastos del Estado. Podríamos decir que ésta es la opción neoliberal. Es promovida por el ministro de Finanzas. La segunda es utilizar las reservas aún disponibles para el Estado ruso, con lo que se minimizaría la necesidad de reducir los gastos en lo inmediato. Podríamos decir que ésta es la opción socialdemócrata. Es promovida por el ministro de Desarrollo Económico. La tercera es utilizar uno de los dos paquetes de reservas, pero no ambos


. Podríamos decir que ésta es la opción intermedia. Esto garantizaría estabilidad para 18 meses, probablemente, y se basa en la esperanza de que, de algún modo, el precio del petróleo y el gas comience a subir de nuevo para entonces y/o que las sanciones sean anuladas o que en gran medida se les pueda dar la vuelta. Lo notable es que las tres posiciones fueron promovidas dentro del relativamente pequeño círculo de personas que toman decisiones y que rodea al presidente Putin. Hasta ahora parece que Putin mismo favorece la opción intermedia. Lo que también es notable es que este debate sea casi público. Por lo menos esto no es secreto para ningún ruso que siga las declaraciones públicas de los protagonistas, así como las filtraciones a la prensa –que son más diversas de lo
que los comentaristas en Occidente sugieren normalmente. Sin embargo, existe un peligro acechando, ocasionado por este debate casi público. Y el peligro es que los hombres de negocios rusos, los bancos, y el público en general (particularmente las personas más acaudaladas), entren en pánico, pensando que prevalecerá una opción que temen y entonces, en consecuencia, realicen vastos retiros de recursos que conduzcan a una prisa por ir a los bancos, y a una inflación importante. Si ocurre un pánico de este tipo, entonces ninguna de las opciones podrá funcionar para habilitar al Estado a que sobreviva al estrangulamiento financiero. El primer ministro Dimitri Medvedev le pidió a todo mundo que respaldara esta opción, precisamente para apagar cualquier posibilidad de pánico. Y de hecho terminó su discurso citando la famosa frase del presidente Franklin Roosevelt en 1933: Lo único que debemos temer es al temor mismo. Medvedev afirmó que el gobierno ruso no tiene miedo.     

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