CAÍDA
EN PRECIOS DEL PETRÓLEO.
EMBARGO DE ALGUNOS PAÍSES SOBRE RUSIA.
HAN CREADO PROBLEMAS SOBRE GASTOS PÚBLICOS
Y SOBRE EL CONSUMO INDIVIDUAL.
EMBARGO DE ALGUNOS PAÍSES SOBRE RUSIA.
HAN CREADO PROBLEMAS SOBRE GASTOS PÚBLICOS
Y SOBRE EL CONSUMO INDIVIDUAL.
Escribe
IMMANUEL WALLERSTEIN (*)
Columnista político en
“La Jornada” de México -
Traducción: Ramón Vera Herrera
8 de Febrero 2015
(*)WALLERSTEIN IMMANUEL (1930) sociólogo y
científico social histórico de EE UU.
Principal teórico del análisis de sistema-mundo. Estudio en Columbia con
doctorado en 1959. De 1976 a 1999 Profesor de Sociología en Binghamton.
Director del Centro Braudel de estudios económicos. ocupó varios puestos al ser
profesor visitante en diferentes universidades alrededor del mundo, fue
premiado con múltiples títulos honoríficos. Es presidente de la Comisión
Gulbenkian.
Visitar
Rusia, lo que hice recientemente, es una extraña experiencia para alguien que
venga del Norte Global. Como sabemos, la mayoría de los rusos tiene una lectura
totalmente diferente de la historia reciente del mundo de la que tiene la
mayoría de las personas en ese Norte Global. Además, sin embargo, se
preocupan
por cosas diferentes de las que los visitantes esperarían que se preocupen. En
Rusia hoy, casi todos a lo ancho del espectro político consideran que
Occidente, y Estados Unidos en particular, ha conspirado con algunos otros
–principalmente Arabia Saudita e Israel– para castigar a Rusia por sus acciones
y supuestas fechorías al emprender lo que los rusos consideran como legítima defensa
de sus intereses nacionales. El debate se centra primordialmente en Ucrania,
pero incluye también, en menor grado, a Siria e Irán. La teoría de la
conspiración es probablemente un tanto exagerada, ya que Estados Unidos comenzó
a desarrollar su petróleo de esquistos (un importante factor del sobre abasto
mundial de hoy) alrededor de 1973, en respuesta al aumento en el precio que
Dimitri Medvedev |
promovió la OPEP. Nadie oye gran discusión de estos asuntos de política
exterior. Esto se debe, probablemente, a que no hay demasiado disenso al
interior del país respecto de las posiciones oficiales rusas de política
exterior, ni siquiera de personas o grupos muy críticos al presidente Putin en
otros asuntos. En cambio, lo que uno oye discutir es cuál es la mejor manera de
manejar el agudo déficit presupuestario que enfrenta el Estado ruso. Hay tres
posiciones básicas. Una es reducir significativamente los gastos del Estado.
Podríamos decir que ésta es la opción neoliberal. Es promovida por el ministro
de Finanzas. La segunda es utilizar las reservas aún disponibles para el Estado
ruso, con lo que se minimizaría la necesidad de reducir los gastos en lo
inmediato. Podríamos decir que ésta es la opción socialdemócrata. Es promovida
por el ministro de Desarrollo Económico. La tercera es utilizar uno de los dos
paquetes de reservas, pero no ambos
. Podríamos decir que ésta es la opción
intermedia. Esto garantizaría estabilidad para 18 meses, probablemente, y se
basa en la esperanza de que, de algún modo, el precio del petróleo y el gas comience
a subir de nuevo para entonces y/o que las sanciones sean anuladas o que en
gran medida se les pueda dar la vuelta. Lo notable es que las tres posiciones
fueron promovidas dentro del relativamente pequeño círculo de personas que
toman decisiones y que rodea al presidente Putin. Hasta ahora parece que Putin
mismo favorece la opción intermedia. Lo que también es notable es que este
debate sea casi público. Por lo menos esto no es secreto para ningún ruso que
siga las declaraciones públicas de los protagonistas, así como las filtraciones
a la prensa –que son más diversas de lo
que los comentaristas en Occidente
sugieren normalmente. Sin embargo, existe un peligro acechando, ocasionado por
este debate casi público. Y el peligro es que los hombres de negocios rusos,
los bancos, y el público en general (particularmente las personas más
acaudaladas), entren en pánico, pensando que prevalecerá una opción que temen y
entonces, en consecuencia, realicen vastos retiros de recursos que conduzcan a
una prisa por ir a los bancos, y a una inflación importante. Si ocurre un
pánico de este tipo, entonces ninguna de las opciones podrá funcionar para
habilitar al Estado a que sobreviva al estrangulamiento financiero. El primer
ministro Dimitri Medvedev le pidió a todo mundo que respaldara esta opción,
precisamente para apagar cualquier posibilidad de pánico. Y de hecho terminó su
discurso citando la famosa frase del presidente Franklin Roosevelt en 1933: Lo
único que debemos temer es al temor mismo. Medvedev afirmó que el gobierno ruso
no tiene miedo.
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