lunes, 23 de marzo de 2015

CHEVRON HIZO DESAPARECER A DOS PUEBLOS INDÍGENAS

LA SELVA BRINDA UN ESCENARIO DE ENORME  BELLEZA. 
BAJO LA SUPERFICIE, EL OLOR Y EL COLOR
DEL PETRÓLEO MUESTRA OTRA REALIDAD:

VICTORIA SURNES
FERNANDO CASADO
y REBECA SANCHEZ

ENTREVISTAN A FRANÇOIS HOUTART(*) 

en su visita a la Amazonia 
contaminada por Chevron, 
como antesala al 
Foro Social  Mundial 2015 en Túnez 

Fuente “Rebelión” 
22 de marzo 2015

(*) FRANÇOIS HOUTART (Bruselas, 1925) es un sacerdote católico y sociólogo marxista belga. Fundador del Centro Tricontinental (CETRI) conocido como el “papa antiglobalización”. Premio UNESCO-Madanjeet Singh por la promoción de la Tolerancia y la No Violencia. Doctor en Sociología (Universidad de Lovaina, 1973). Doctor Honoris Causa de Notre Dame University, Indiana. Referente mundial en  temas de  Derechos Humanos y de Ecología.


Como antesala al Foro Social Mundial (FSM) 2015 (Túnez, entre el 24 y el 28 de marzo) Francois Houtart visitó la selva ecuatoriana para constatar los daños medioambientales causados por  Chevron, tras ser invitado por el abogado del juicio del siglo, Pablo Fajardo, para que vea y lleve un
mensaje a los pueblos en el FSM. Promotor de la Teología de la Liberación y activista de la lucha de los pueblos para la construcción de Otro Mundo Posible, Houtart destacó la lucha por la Amazonía, que “es de todos”, especialmente hoy cuando un 20% de esta vasta región suramericana ha sido destruida, corriendo el peligro de convertirse en un valle si llegara a alcanzar un 40% de degradación. Nos encontramos en Lago Agrio, unas de las puertas centrales de la selva noreste de Ecuador: hogar de las poblaciones indígenas cofanes y secoyas. Una de las áreas con mayor biodiversidad del mundo. En 1964 cuando Ecuador se encontraba en plena dictadura militar, la compañía de EE UU

Texaco Petroleum Company (absorbida por Chevron en el año 2001) empieza la explotación de la selva ecuatoriana. Hecho característico de la injerencia estadounidense en América Latina. Un gobierno dictatorial instalado por la CIA facilitó  explotación y extracción en las venas abiertas de Ecuador. Este es el comienzo de una de las tantas historias sobre la violencia ejercida por las empresas transnacionales en América Latina, pero con un matiz distinto: la transnacional petrolera de norte no se salió con la suya. 23 años después de la salida de Chevron-Texaco, no hace falta cavar más que 20 centímetros bajo tierra para encontrar aún grandes charcos de petróleo, derramados de forma irresponsable por la transnacional petrolera. Las voces silenciadas de los afectados hablan en


presencia del abogado Pablo Forjado, el intelectual Francois Houtart (quien cumplió 90 años) el investigador del IAEN Ricardo Restrepo y un grupo de estudiantes mexicanos.  Cuando Chevron-Texaco comenzó a explotar el petróleo, las comunidades indígenas se vieron obligadas a dejar sus hogares acosadas por las actividades petroleras, que contaminaron sus ríos, arrasaron la selva y aniquilaron su forma de vida. Pero la compañía también introdujo el alcohol para pulverizar cualquier tipo de resistencia y organización indígena y tomó mujeres para prestar servicios sexuales a los obreros de la transnacional petrolera. Gran parte de las comunidades indígenas no sabía que el petróleo era tóxico y Chevron, frente a los frecuentes derrames, las engañaba asegurándoles


que el petróleo era saludable y que curaba enfermedades como el reumatismo. Algunas personas en su buena fe se cubrían con el petróleo. Donald Moncayo uno de los activistas del Frente de Defensa de la Amazonía, que aglutina a más de 30 mil afectados por las actividades de Chevron, relata: “Nos decían que el petróleo era bueno para la salud, porque supuestamente teníamos malaria, pero lo que tenemos es plomo en la sangre”. Debido a ello y hasta el día de hoy, a los pobladores no se les permite donar sangre. El saldo más cruel dejado por Chevron en la Amazonía ecuatoriana ha sido la desaparición total de dos pueblos indígenas, los teetetes y sashauaris.


Chevron ha invertido millones de dólares en una campaña mediática contra el gobierno ecuatoriano y contra los abogados y los demandantes del caso. La empresa asegura haber utilizado la más alta tecnología de la época. No obstante, tres años antes de la llegada de Texaco-Chevron a Ecuador, técnicos de la misma empresa publicaron un informe acerca de cómo minimizar la contaminación relacionada con la explotación petrolera, que nunca se aplicó. La empresa tenía conciencia plena de los daños que causaría, de este modo se puede afirmar que la contaminación ocasionada no responde a un accidente, como el producido por BP en el Golfo de México en el año 2010, sino un acto intencional. ¿Por qué? En primer lugar por sed de ganancia.  el racismo, ya que la empresa no reconocía a los pobladores como seres humanos dignos de estas tierras, eran los nadies, de los que habla Eduardo Galeano.     

(…leer el informe completo)






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