jueves, 5 de marzo de 2015

¿GUERRA NUCLEAR, GUERRA FRÍA, ACOMODAMIENTO…?

SE DETECTA QUE EL ATAQUE MASIVO DE EE. UU.
SE CENTRARÁ EN EL TALÓN DE AQUILES RUSO: 
MALTRECHA ECONOMÍA Y   VULNERABLES FINANZAS.

Escribe  
ALFREDO JALIFE-RAHME (*) 
Columnista de Internacionales 
en “La Jornada” de México 
4 de marzo 2015

(*) ALFREDO JALIFE-RAHME- Escritor y periodista. Profesor de Ciencias Políticas y Sociales en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Especialista en relaciones internacionales. Publica crónicas sobre política internacional en el diario “La Jornada” de Mexico,  el semanario “Contralínea” y  otros importantes medios del continente. Editorialista y maestro de postgrado en geopolítica y negocios internacionales de la UNAM. Edito varios libros de gran éxito editorial, Último publicado: “El Híbrido Mundo Multipolar: un Enfoque Multidimensional, “(Orfila, 2010)..


Si fue un error de juicio de Estados Unidos y la Unión Europea (UE) haber subestimado la capacidad de respuesta de Rusia en la era del zar Putin –en la fase post Crimea del despliegue del nuevo orden mundial multipolar–, sería un mayo
Jeremy Shapiro
r error minimizar el poderío nihilista letal de Washington, que no se quedará con los brazos cruzados. Jeremy Shapiro –anterior miembro del Departamento de Estado y hoy becario de la BI– arguye que en lugar de armar a Ucrania, Estados Unidos debe escoger entre dos opciones: la “nueva guerra fría del siglo XXI” mediante la cual Occidente contiene a Rusia; y/o un acomodamiento con Moscú al concederle una esfera de influencia en su vecindad con una mayor voz en la seguridad europea. Debido al elevado riesgo de un conflicto militar entre Estados Unidos y Rusia, Shapiro se pronuncia por el acomodamiento, que no goza buena prensa en Occidente desde 1930, pero que es preferible a una nueva guerra fría. Thomas Wright, director del Proyecto sobre el Orden Internacional y Estrategia de la BI y anterior director ejecutivo del Chicago Council con Global Affairs, juega al malabarismo geoestratégico que suena hasta contradictorio: “Cómo contener a Rusia sin una nueva guerra fría”. Más allá del contencioso de Ucrania oriental, a juicio de Thomas Wright, la fractura de la relación entre Rusia y Occidente tiene que ver ante todo con la diferencia
Thomas Wright,
fundamental sobre como constituir el orden de la seguridad europea. ¿Un nuevo Muro de Berlín en Ucrania no equivale a una nueva guerra fría? Thomas Wright desecha cualquier perspectiva de guerra nuclear entre Estados Unidos y Rusia, pero reclama el fortalecimiento de la OTAN en su cerco económico a Rusia.   Se detecta que el ataque masivo de Estados Unidos se centrará en el talón de Aquiles de Rusia: su maltrecha economía y sus vulnerables finanzas. Thomas Wright se pronuncia por la reducción de la influencia de Moscú en Europa central mediante una moderna contención aplicada por Washington y sus aliados europeos, mientras rechaza los altos costos de una guerra fría, así como las consecuencias catastróficas del regreso del orden de las esferas de influencia en Europa. Para Wright la contención moderna comporta tres características: debe ser regional (confinada a Europa central), basada en armas convencionales sin armas nucleares y dirigida contra Putin y no contra Rusia. La flagrante contradicción de Thomas Wright es que su “contención sin guerra fría”

será equiparada justamente como “una nueva guerra fría” por Rusia, que tampoco se quedará con los brazos cruzados, como ha demostrado fehacientemente desde 2008 en Osetia del Sur, Abjasia, Crimea. Fiona Hill –directora del Centro sobre EU y Europa en la BI– es de las pocas académicas de Estados Unidos que no desprecian los alcances de Rusia en Europa, en la era de Vlady Putin, como consecuencia de su triunfo estratégico en Ucrania mediante el acuerdo Minsk-2 y la derrota estrepitosa del ejército del régimen de Kiev en Debaltsevo: “así como Estados Unidos festejó su victoria en la guerra fría, ahora es el turno de Occidente de ser humillado”, cuando Putin intenta que Rusia trace las nuevas fronteras de Europa. Fiona Hill ostenta muchas coincidencias con mi tesis sobre 
Fiona Hill

la multipolaridad del nuevo orden mundial: Putin desea que Europa entienda, como declaró en un discurso a los embajadores de Rusia en 2014, que el orden unipolar encabezado por Estados Unidos había finiquitado. También otra coincidencia conmigo es la prevalencia de un sutil orden tripolar geoestratégico entre Estados Unidos, Rusia y China: EU está sobrextendido después de más de una década de guerras en Afganistán y en Irak, y parece incapaz de tratar con las crisis en el Medio Oriente, mientras China es el jugador dominante en el este de Asia.     

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