miércoles, 1 de abril de 2015

LA GUERRA CIVIL ÁRABE

ÁRABES Y HERMANDAD MUSULMANA BUSCAN 
SOCIEDAD DOMINADA POR   HOMBRES. 
IRÁN Y SUS ALIADOS UNA  SOCIEDAD NUEVA: 
HOMBRES Y MUJERES DE IGUALES DERECHOS

Escribe 
THIERRY MEYSSAN (*) 
Fuente
RED VOLTAIRE DAMASCO (SIRIA) 
FRANÇAIS  ENGLISH  ITALIANO  
PORTUGUÊS  فارسى  SUOMI
  РУССКИЙ  POLSKI  DEUTSCH 
30 de marzo  2015

  (*) THIERRY MEYSSAN (1957 Gironda, Francia) es un periodista y activista político francés, autor de investigaciones sobre la extrema derecha así como sobre la Iglesia Católica, entre otras. Escritor y analista internacional., Presidente fundador de la Red Voltaire y de la conferencia Axis for Peace. Sus análisis sobre política exterior se publican en la prensa árabe, latinoamericana y rusa. Es analista y consultante de varios gobiernos.Conferencista internacional en desarrollar analisis de geopolitica.   


Símbolo de la lucha de Muammar el-Kadhafi contra los islamistas, el Líder libio se había rodeado de una guardia personal femenina. Sin embargo, después de lincharlo y enterrarlo, la OTAN se justificaba “revelando” a la opinión pública occidental que las amazonas de Kadhafi sólo eran
prostitutas en manos de un dictador obsesionado por el sexo. En Francia, esta propaganda dio incluso lugar a la publicación de un libro de la “periodista” Annick Coljean, basado enteramente en un solo testimonio. Occidente aplaude los bombardeos de Arabia Saudita contra Yemen y la caída de la ciudad siria de Idlib en manos de al-Qaeda, a pesar de que al-Qaeda es oficialmente una organización terrorista antisaudita públicamente proclamada responsable de los atentados del 11 de septiembre de 2001. ¿Qué está pasando que ahora nos ponen nuevamente a los discípulos de Osama ben Laden en el campo de los «freedom fighters» [“combatientes por la libertad”], como

cuando luchaban contra los soviéticos en Afganistán, porque tomaron Idlib, en la Siria de Bachar al-Assad?. En el terreno, los hechos están confirmando, por desgracia, lo que yo mismo escribí en este sitio web hace 2 semanas: la locura sanguinaria que se ha apoderado del mundo árabe no tiene nada que ver con clases sociales, con tendencias ideológicas ni con creencias religiosas. Desde hace 4 años, gran número de individuos han modificado sus posiciones y han cambiado de bando. Poco a poco, las cosas van decantándose y una nueva línea limítrofe va apareciendo sin que los pueblos tengan conciencia de ello. En los años 1950, el mundo árabe se dividía en proestadounidenses y pro-rusos. En los

años 1990, se dividía en proisraelíes y miembros de la Resistencia. Pero el presidente estadounidense George W. Bush y su vicepresidente Dick Cheney rompieron con la lógica de los intereses de los Estados para favorecer los intereses de las compañías petroleras. Y hoy estamos recogiendo los frutos de la política de Barack Obama. Estamos viendo una explosión de violencia de partidarios de la poligamia contra defensores de los derechos de la mujer. Las monarquías árabes y la Hermandad Musulmana defienden una sociedad dominada por los hombres mientras que Irán y sus aliados luchan por una sociedad nueva, donde hombres y mujeres son dueños de su fecundidad y disponen de los
mismos derechos. Podemos torcer y retorcer los hechos en todos los sentidos pero la realidad es que no existe prácticamente ninguna otra diferencia de peso entre ambos bandos. Estamos viendo la oposición entre dos visiones del mundo. ¿Qué tienen en común los gobernantes árabes que han sido blanco de la hostilidad de Occidente –el tunecino Zinedin Ben Ali, el libio Muammar el-Kadhafi, el sirio Bachar al-Assad, el iraquí Nuri al-Maliki y el yemenita Abdul Malik al-Huthi? Nada, aparte del hecho que todos lucharon contra la poligamia. ¿Y qué tienen en común los aliados de Occidente en el mundo árabe –los países miembros del Consejo de Cooperación del Golfo y
la Hermandad Musulmana? Son todos favorables a la poligamia. Esa es hoy absolutamente la única línea divisoria que atraviesa el mundo árabe, exceptuando Irak y Egipto. En Irak, Estados Unidos todavía no ha escogido claramente a sus socios. Oficialmente Washington respalda a Haider al-Abadi contra el Emirato Islámico, pero la prensa de Irán, al igual que la de Irak, ya ha demostrado que Estados Unidos está jugando un doble juego y que ha entregado voluntariamente armas al Emirato Islámico y matado soldados iraquíes. En cuanto a Egipto, el presidente al-Sissi todavía sigue dudando entre su concepción personal de los derechos de las mujeres y la
de su padrino saudita, cuyo dinero le resulta indispensable para la economía de su país, actualmente en bancarrota. Los años de propaganda nos han vuelto ciegos a la realidad. Creemos, erróneamente, que los códigos iraníes para el vestir son similares a los de Arabia Saudita. El hecho es que en Irán las mujeres se convirtieron en dueñas de su fecundidad desde los primeros años de la Revolución, o sea antes que las mujeres de la mayor parte de los países de Europa. En las universidades iraníes, las mujeres son mucho más numerosas que los hombres y llegan a ejercer las más altas responsabilidades. Por el contrario, en Arabia Saudita las mujeres no gozan por sí mismas de ningún derecho.   

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