LA ACTITUD URUGUAYA ES DOBLEMENTE PROBLEMÁTICA.
IGNORA QUE
VAMOS HACIA UN MUNDO UNIPOLAR,
QUE VENDRÁ CON MÁS CONFLICTOS QUE AHORA.
UN TIEMPO DONDE CADA QUIÉN DEBERÁ
TOMAR PARTIDO
Escribe
RAÚL ZIBECHI (*)
Fuente ALAI
8 de abril 2015
(*) RAÚL ZIBECHI- (Uruguay 1952) Periodista, docente, investigador y escritor uruguayo.
Analista internacional en Red Voltaire. Logró en 2003 Premio José Martí por sus
crónicas sobre Argentina. En diversos medios del continente y del exterior,
incursiona en una visión panorámica sobre las luchas sociales en nuestra
América. Escribe
la sección internacional de “Brecha” (Uruguay). Profesor en “Multiversidad
Franciscana” de América Latina
“La prisión de
opositores es preocupante”, dijo el canciller uruguayo Rodolfo Nin Novoa.(foto) “Es
enormemente preocupante. Sobre todo para un país que vivió las mismas
condiciones que están viviendo parte de los venezolanos ahora, hace más de 30
años, y tuvimos que salir al
mundo a pedir ayuda. Porque los derechos humanos
es la única materia en la cual el argumento de la no injerencia en asuntos
internos de un país no es válida” (El Observador, 7 de abril de 2015). Las
declaraciones del canciller uruguayo se producen horas antes de la Cumbre de las
Américas en Panamá y confirman el hondo viraje de la política externa del
gobierno de Tabaré Vázquez (foto) que asumió el cargo hace apenas un mes. Peor: de
algún modo compara la situación en Venezuela con la dictadura militar uruguaya.
Llama la atención que el gobierno uruguayo enfoque sus críticas hacia Venezuela
y pase por alto las miles de violaciones de los derechos humanos que se
producen en México, incluyendo asesinatos y desapariciones. Sorprende que esas
afirmaciones del canciller se produzcan cuando Estados Unidos emprende una
fuerte campaña contra Venezuela y no se dice nada al respecto. En rigor, no es
la
primera vez que el gobierno de Vázquez se enfrenta con otros gobiernos
progresistas de la región. En 2011 reconoció que durante su primera gestión
(2005-2010) durante el conflicto con Argentina por la instalación de la
papelera Botnia en Fray Bentos pidió apoyo a Estados Unidos (en concreto a
Condoleeza Rice, entonces secretaria de Estado, ante una eventual guerra entre
vecinos). Pero fue bastante más lejos en un intercambio con Hugo Chávez, cuando
Vázquez quería firmar un TLC con Washington. Según el propio presidente
uruguayo, le dijo a Chávez que Uruguay estaba dispuesto a declararle la guerra
a Estados Unidos si Venezuela dejaba de venderle petróleo a ese país. Vázquez
recordó que Chávez le dijo: “Tabaré, vas a firmar un tratado de libre comercio
con el imperio...”. “Sí, si es favorable para Uruguay, sí. ¿Tú no le vendés
petróleo a Estados Unidos? Si vos no le vendés más petróleo, yo le declaro la
guerra a Estados Unidos”, afirmó ante las risas de la platea.
“Le quiero vender
carne, lana, tierra, arena... lo que pueda porque es trabajo para nuestra
gente”, señaló Vázquez. La conversación refleja un modo de ver el mundo que se
ha vuelto hegemónico en buena parte del mundo. Una lógica que dice que todo lo
que genere empleo es necesario para el bienestar de la población. Pero esa
lógica no sólo es engañosa sino que puede llevar a situaciones en las que el
único proyecto del país sea vender, ganar dinero, tener ingresos. Deja de haber
proyectos de largo plazo, como la integración regional. La actitud del gobierno
uruguayo es doblemente problemática. En primer lugar, ignora que vivimos una
transición hacia un mundo unipolar, en la cual habrá aún más conflictos que
ahora, y cada quién deberá tomar partido. Es posible que, por puro pragmatismo,
este gobierno ya haya elegido que
su lugar en el mundo es junto a los Estados
Unidos. Sería bueno saberlo. En segundo lugar, pueden y deben formularse
críticas a
Lord John Ponsonby |
Venezuela. Pero cuando un país que vive un proceso complejo de
cambios, es agredido por la principal potencia del mundo, es obligatorio
ponerse del lado del agredido. Gobiernos conservadores como el de Juan Manuel
Santos no han dudado en hacerlo. Por eso lo que está haciendo el canciller Nin
Novoa, con indudable apoyo del presidente Vázquez, suena a ignominia. La peor
hipótesis sería que Uruguay haya optado por volver a jugar el papel de “Estado
tapón” que le asignó la corona británica cuando apoyó la independencia, con el
objetivo declarado de “poner un algodón entre dos cristales”, como dijera Lord
John Ponsonby cuando gestionó el nacimiento del país en 1830 evitando la
continuación de las guerras entre Brasil y Argentina. Pero detrás de la
creación de un nuevo país, estaba el interés de la nueva potencia hegemónica,
Inglaterra, de asegurar la navegación de los ríos para facilitar el comercio,
la principal arma en su expansión imperial. Sería penoso que casi dos siglos
después, el país juegue a dividir a la región, a ser usado como punta de lanza
contra el Mercosur y, muy en particular, contra Argentina y Brasil.
(…el texto completo aqui)
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