¿VIENE OTRA CRISIS?
Escribe
SAMUEL RUIZ GARCÍA
sgarcia@elsemanario.com.mx
Publica
MILENIO online
http://impreso.milenio.com/
Como ha comentado el Premio Nóbel de Economía, Paúl Krugman, en una de sus últimas entradas en su blog llamado La conciencia de un liberal: “Grecia puede acaparar los titulares de los periódicos por representar el caso más acuciante y delicado de desequilibrio fiscal en la eurozona, pero el que está en el corazón de la crisis es España.
“Lo está por una simple razón: el PIB de España es casi cuatro veces y media el de Grecia. Mientras que la economía helénica representa menos de 3 por ciento del PIB de la eurozona, el de España se acerca a 12 por ciento, por lo que sus potenciales efectos desestabilizadores sobre la región del euro son mucho más inquietantes.
Grecia causa alarma porque si no se ataja su crisis de deuda pública cuanto antes, puede prender la mecha que hará explotar la dinamita del riesgo soberano en los países periféricos de Europa, no sólo de España, sino también Portugal, Irlanda y, en menor medida, Italia. Y eso sí podría hacer volar por lo aires el euro y detonar una crisis de consecuencias impredecibles…”
El texto anterior se publicó en El Semanario el pasado 18 de febrero (“España herida”) pero podría haber sido escrito ayer mismo cuando al cierre de las bolsas europeas el Ibex35 de la Bolsa de Madrid se desplomó 5.4 por ciento y el euro cayó a sus niveles mínimos en un año —por debajo de 1.3 dólares— en una jornada de verdadera estampida de los inversionistas por los temores de que Grecia esté caminando hacia la insolvencia y, con ello, a una crisis europea sin precedentes desde el nacimiento de la eurozona.
Los temores no son infundados. Economistas como Krugman, Stiglitz y Roubini, entre otros, han advertido sobre la insuficiencia del plan de rescate instrumentado por el FMI y los países de la eurozona para solventar la crisis griega y su contagio a otras economías europeas. Aquí en México las autoridades hacendarias han comenzado a matizar el discurso ante el optimismo desbordado para las perspectivas económicas del país de las últimas semanas.
En este sentido, ayer MILENIO reportó en estas páginas que el responsable de Planeación Económica de Hacienda, Miguel Messmacher, admite que “la economía mexicana aún está sujeta a riesgos externos”. Menos mal, porque eso significa —quiero pensar— que nuestros funcionarios públicos tomarán las medidas precautorias para enfrentar una potencial reedición de la crisis financiera-bancaria que estalló en Nueva York en 2008, pero ahora en el viejo continente.
Esperamos que esto no ocurra. Que los europeos logren contener la crisis griega y, con ello, eviten el contagio a economías que no está bien paradas como Portugal, Irlanda, España e, incluso, Italia o Gran Bretaña. No hay que olvidar que los bancos europeos tienen una enorme co dependencia en materia de deuda por lo que una crisis europea generalizada de deuda los colocaría en una delicada situación financiera y en la antesala de una nueva crisis financiera global, con consecuencias impredecibles para México y América Latina.
Más vale prevenir a tiempo, que lamentar después con expresiones como “nunca nos imaginamos una situación así’.
.
(*)Samuel Ruiz García (1924) México. Obispo católico en 1959 en San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas Defensor de los derechos de los pueblos indígenas de México y de América Latina. mediador en varios conflictos latinoamericanos. En especial del Gobierno con el Ejercito Zapatista. En 2000 fue Premio Simon Bolivar de la Unesco. El 2001 recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg. Recibió el doctorado Honoris Causa por la Universidad Iberoamericana.
Escribe
SAMUEL RUIZ GARCÍA
sgarcia@elsemanario.com.mx
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MILENIO online
http://impreso.milenio.com/
Como ha comentado el Premio Nóbel de Economía, Paúl Krugman, en una de sus últimas entradas en su blog llamado La conciencia de un liberal: “Grecia puede acaparar los titulares de los periódicos por representar el caso más acuciante y delicado de desequilibrio fiscal en la eurozona, pero el que está en el corazón de la crisis es España.
“Lo está por una simple razón: el PIB de España es casi cuatro veces y media el de Grecia. Mientras que la economía helénica representa menos de 3 por ciento del PIB de la eurozona, el de España se acerca a 12 por ciento, por lo que sus potenciales efectos desestabilizadores sobre la región del euro son mucho más inquietantes.
Grecia causa alarma porque si no se ataja su crisis de deuda pública cuanto antes, puede prender la mecha que hará explotar la dinamita del riesgo soberano en los países periféricos de Europa, no sólo de España, sino también Portugal, Irlanda y, en menor medida, Italia. Y eso sí podría hacer volar por lo aires el euro y detonar una crisis de consecuencias impredecibles…”
El texto anterior se publicó en El Semanario el pasado 18 de febrero (“España herida”) pero podría haber sido escrito ayer mismo cuando al cierre de las bolsas europeas el Ibex35 de la Bolsa de Madrid se desplomó 5.4 por ciento y el euro cayó a sus niveles mínimos en un año —por debajo de 1.3 dólares— en una jornada de verdadera estampida de los inversionistas por los temores de que Grecia esté caminando hacia la insolvencia y, con ello, a una crisis europea sin precedentes desde el nacimiento de la eurozona.
Los temores no son infundados. Economistas como Krugman, Stiglitz y Roubini, entre otros, han advertido sobre la insuficiencia del plan de rescate instrumentado por el FMI y los países de la eurozona para solventar la crisis griega y su contagio a otras economías europeas. Aquí en México las autoridades hacendarias han comenzado a matizar el discurso ante el optimismo desbordado para las perspectivas económicas del país de las últimas semanas.
En este sentido, ayer MILENIO reportó en estas páginas que el responsable de Planeación Económica de Hacienda, Miguel Messmacher, admite que “la economía mexicana aún está sujeta a riesgos externos”. Menos mal, porque eso significa —quiero pensar— que nuestros funcionarios públicos tomarán las medidas precautorias para enfrentar una potencial reedición de la crisis financiera-bancaria que estalló en Nueva York en 2008, pero ahora en el viejo continente.
Esperamos que esto no ocurra. Que los europeos logren contener la crisis griega y, con ello, eviten el contagio a economías que no está bien paradas como Portugal, Irlanda, España e, incluso, Italia o Gran Bretaña. No hay que olvidar que los bancos europeos tienen una enorme co dependencia en materia de deuda por lo que una crisis europea generalizada de deuda los colocaría en una delicada situación financiera y en la antesala de una nueva crisis financiera global, con consecuencias impredecibles para México y América Latina.
Más vale prevenir a tiempo, que lamentar después con expresiones como “nunca nos imaginamos una situación así’.
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(*)Samuel Ruiz García (1924) México. Obispo católico en 1959 en San Cristóbal de las Casas, en el estado de Chiapas Defensor de los derechos de los pueblos indígenas de México y de América Latina. mediador en varios conflictos latinoamericanos. En especial del Gobierno con el Ejercito Zapatista. En 2000 fue Premio Simon Bolivar de la Unesco. El 2001 recibió el Premio Internacional de Derechos Humanos de Núremberg. Recibió el doctorado Honoris Causa por la Universidad Iberoamericana.
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