LA DIETA DEL PAN MILAGROSO
VICTOR J. SANZ (*)
http://impresionesmias.com/
15 de julio 2011.
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(*) Víctor J. Sanz (Alicante, España) Periodista especializado en temas de Política Internacional, con acento en las realidades sociales. Medios en los que participa: KAOSenlaRed. Rebelión, Tercera Información, Agencia Latinoamericana de información, Webislam, Aporrea, De igual a igual, La Haine, Cuba Información, Revista Fusión, Revista Amauta, Puerto Plata Digital
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EL BUEN CIUDADANO ES AQUEL QUE NO PUEDE TOLERAR EN SU PATRIA UN PODER QUE PRETENDE HACERSE SUPERIOR A LAS LEYES---Marco Tulio CicerónLa utilización del concepto “patria” está relacionado la mayor parte de las veces con unas fronteras políticas, que a su vez pueden delimitar y circunscribir a un conjunto más o menos homogéneo de personas unidas por la cultura, el idioma o el ente Estado. Pero el concepto patria hace aguas cuando se utiliza como argumento para llevar a cabo acciones relacionadas con el dinero.
Durante el acoso neoliberal a Grecia hemos visto al primer ministro Papandreu solicitar a su pueblo que asuma y soporte los costes de los excesos y desvaríos del sistema financiero. Les ha solicitado que asuman privatizaciones a precio de saldo, les ha solicitado que asuman reformas que debilitan exclusivamente el poder adquisitivo de las clases más desfavorecidas, y les ha solicitado que asuman intereses por los bonos nacionales de hasta un 25%[1].
Y el pueblo griego contestó reuniéndose masivamente en la plaza Syntagma, frente al parlamento, esa oficina de representación comercial que tiene el sistema financiero en cada Estado. Ante la exigencia de unidad por parte la UE y el FMI, Papandreu se dirigió a todos los partidos políticos y apeló al patriotismo[2] para que Grecia pudiera tener la suerte de ser rescatada expoliada de nuevo. Los griegos aún se preguntan qué es lo que entiende Papandreu por “patria”.
Pero en España hay más compatriotas. En el río revuelto de la ofensiva neoliberal intentan pescar quienes vienen huyendo de la honradez como alma que lleva el dinero. Javier Sáenz de Cosculluela, presidente de la Asociación Nacional de Empresas Constructoras de Obra Pública (Aerco), ha propuesto al gobierno que suba el precio de los combustibles unos céntimos por litro[4] para que con ellos se pueda financiar la renovación de la red de carreteras. Es una idea contradictoria al ajuste en el gasto público tan cacareado por los más patriotas, pero no es la única contradicción que encierran sus palabras.
Habla Sáenz de “patrimonio viario”, patrimonio público se entiende, me pregunto si lo dirá para que cuando se privatice ese patrimonio, quien lo compre no tenga que gastarse dinero en reformas. Por otra parte, Sáenz cree, o quiere hacernos creer, que esta medida es “perfectamente soportable por el consumidor” y que se corresponde con “los intereses nacionales”, supongo que se refiere a los intereses de la nación de Dinerolandia. Acaba Sáenz su convulsión, afirmando que “no haría ascos a cinco céntimos [de incremento por litro de combustible]”. Sepa, estimado Sáenz, que los ciudadanos no haríamos ascos a que usted y los de su calaña fueran más decentes y un poco menos patriotas.
Estas llamadas al patriotismo son los límites conocidos de la desvergüenza humana, son la máxima expresión de la desesperación de quien realiza la llamada. Las llamadas al patriotismo son el terreno limítrofe con la nada, pues nada hay más allá de ese terreno movedizo del patriotismo.
Puede que solo sean impresiones mías, pero creo que reclamar a los compatriotas reales que vacíen sus bolsillos en las arcas de Dinerolandia debería ser constitutivo de delito.
Notas
[2] http://www.publico.es/dinero/384219/papandreu-apela-al-patriotismo-para-aprobar-el-plan-de-ajuste
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