miércoles, 5 de diciembre de 2007

PENSAMIENTO DE LA PATRONAL BANCARIA (4)

Ec. Julio De Brun
SOBRE LA SITUACION
de la CAJA BANCARIA

N. de R. Proseguimos con la intervención del presidente de la Asociación de Bancos Privados, en este caso comentando la situación de la Caja. Como hemos dicho, es interesante atender estas expresiones, ya que provienen de ese interlocutor con el que deberá negociar AEBU la salida definitiva para la Caja Bancaria.

Y ahí sí, después vemos cómo definimos el campo de aportación correspondiente a este sistema. Pero antes hay que atenuar sustancialmente las distorsiones que tiene hoy la caja en relación al sistema de tributación que se está imponiendo sobre las actividades financieras del Uruguay. El presidente de la Caja Bancaria dijo hoy algo que me pareció muy valiente, que me gustaría destacar. Él hablaba de la convergencia en el tiempo hacia un sistema de seguridad social único y yo creo que es un tema que realmente nos tenemos que plantear a largo plazo.
Porque este sistema aislado de la Caja Bancaria tiene algunos problemas estructurales dinámicos, que de alguna manera explican los problemas que encontramos hoy. En primer lugar, hay prácticamente una proyección de crecimiento nulo del empleo en el sector financiero. Pero además de tener un sector que emplea cada vez menos gente o eventualmente lo mismo, los costos en términos de aportación al sistema no dejan de ser un dato menor. La evolución del empleo en el sistema bancario es endógeno a los costos que implica la contratación de mano de obra en el sector, en base a impuestos del propio sistema provisional. Ese es un círculo vicioso del que debemos tratar de salir.
Además, tenemos un problema de concentración de riesgo sectorial. El futuro de la caja está en relación con lo que pueda ser la evolución de la actividad bancaria. Cuando uno es aportante a un sistema de seguridad social general, las vicisitudes de cada sector son compensadas por el funcionamiento de la economía en su conjunto. Aquí estamos hablando de seguridad social y les estamos diciendo a los futuros pasivos que la evolución de sus pasividades de alguna manera está sujeta a los riesgos de la actividad sectorial, sin el beneficio de la diversificación de la economía en su conjunto. Y ese es un tema importante a considerar. Además, tenemos un problema de concentración de riesgo demográfico. Las características demográficas de los bancarios son distintas que las del conjunto de la economía.
Algo que aparentemente en los últimos tiempos ha generado una especia de maldición e los bancarios es que tienden a vivir más que el promedio de los uruguayos, con lo cual, en términos del diseño del sistema de seguridad social para ellos, implica justamente una mayor esperanza de vida, más años de pasividad y una tendencia a un empeoramiento natural de la relación activo–pasivo, por esas características demográficas. Observen ustedes que un funcionario público de la administración central, que tiene en general la misma esperanza de vida que los bancarios, sin embargo cuenta con un sistema de seguridad social en el que sus características demográficas están diversificadas con otros sectores de la población con características demográficas totalmente distintas.
En líneas generales, eso le permite aspirar a mejores jubilaciones que las que bajo el mismo nivel de aportaciones podría tener un bancario. Al tener un sistema aislado uno también pierde la posibilidad de la diversificación demográfica que ofrece un sistema general. A partir de todo esto se puede pensar en dos soluciones para el tema de la Caja Bancaria. Una, básicamente es la corrección de los parámetros vigentes, que es un poco lo que se ha estado hablando hasta ahora. Y otra cosa es ir a un sistema con un modelo alternativo al que estamos considerando hoy por hoy para la Caja Bancaria. En la Asociación de Bancos hemos considerado las dos alternativas. En cuanto a los ajustes sobre el sistema vigente, no hay nada nuevo bajo el sol.
Consiste en lo típico: ya que vivimos más, trabajemos más años, aumentemos la edad de retiro... Esto va implicar ajustes en cómo se computa la jubilación básica, un ajuste a la baja en la tasa de reemplazo, entre otras cosas. Esas son las medidas contenidas en la propuesta del Poder Ejecutivo, y luego uno puede discutir si son esos los parámetros o son otros. Según los cálculos que hicimos en la Asociación de Bancos, en los próximos 10 años se puede tener parámetros un poco más benevolentes que los de la propuesta del Poder Ejecutivo. Pero sin entrar a discutir números aquí, la idea es que parte de la solución del tema de la caja y la reducción de este pasivo actuarial que la caja tiene, pasa justamente por modificar parte de los parámetros del sistema.
También existe el tema de la igualación de las condiciones de retiro de hombres y mujeres, que de acuerdo a las características de la caja pasa a ser algo inevitable. En cuanto a los aportes tradicionales de las empresas, recojo el guante de lo que señala Aebu, pero con algunos matices. Y también aquí voy a hacer referencia a algunas exposiciones anteriores y sobre todo a la de Daniel Sureda, que de alguna manera recogió el tema de los impuestos a la actividad financiera. Comparto plenamente lo que señalaban el presidente de la caja y el señor Molinari, sobre aquel impuesto original a las transacciones financieras que tenía la caja en el momento de su creación, que supuestamente tenía una forma muy compleja de recaudación.
Tanto Molinari como el presidente de la caja señalaban que gracias a los cambios tecnológicos esa complejidad ya no sería tal, algo que comparto plenamente. Ya no es complejo recaudar este tipo impuestos, pero es imposible. Tengámoslo claro. Salvo el caso de Brasil, que es un caso especial, las experiencias que han existido han sido transitorias. Se trató de una medida para atender emergencias fiscales en algunos países, así que estaríamos utilizando algo que en el mundo se ha utilizado como transitorio para financiar un sistema de seguridad social. Y ahí tenemos un problema.

No hay comentarios: