VEJEZ: SOBRE LA JUBILACION..Del BLOG: DEMAYORES.com
Dicen los expertos en demografía, sociología y gerontología, que es la ciencia que estudia el envejecimiento de los seres humanos, que relativamente pronto la media de edad de una persona en los países más avanzados será de aproximadamente noventa años. Y que la existencia humana se dividirá en tres etapas más o menos de treinta años cada una. La primera (de cero a treinta años) es la etapa de la educación, del estudio, de la formación y, en definitiva, de la preparación para la segunda etapa (de treinta a sesenta años) que es la etapa de la vida laboral, profesional, productiva, consumista, competitiva, etc.
Pero, curiosamente, para la tercera etapa (de los sesenta a los noventa años de media), nadie se prepara, nadie se capacita, nadie sabe nada, se deja todo a la improvisación, a la chapuza, a lo que salga. Y ¿qué está sucediendo con los jubilados y pensionistas que vemos a nuestro alrededor?. Que para unos, en palabras de Ernesto Hemingway, el autor de “El viejo y el mar”, la jubilación es “la palabra más horrorsa del diccionario” porque desgraciadamente es para muchos sinónimo de pobreza, de pérdida de roles y de prestigio, de soledad, de aislamiento, de enfermedades y achaques, de abandono, de síndromes, de traumas y de cercanía de la muerte.
Afortunadamente, para otros, como escribe Aldous Huxley, el autor de “Un mundo feliz”, la jubilación “significa la liberación de las ataduras” y, en suma, la mejor etapa de la vida humana, un tiempo para vivir y para gozar de todo lo bello y lo bueno que te ofrece la vida, que te proporciona una sociedad libre y democrática.
Pero todo esto no cae del cielo porque sí, no es producto del azar o de la buena suerte. Esta tercera etapa tan importante de la existencia humana hay que prepararla, hay que cuidarla, hay que mimarla, porque de ello dependerá treinta años de salud, de vida, de felicidad, de amor y de ilusión Esto es lo que hacen los países más desarrollados. Esto es lo que buscan y consiguen los ciudadanos más inteligentes.
Porque nos jugamos mucho. Y con la vida, la salud y la felicidad no se juega.
Pero, curiosamente, para la tercera etapa (de los sesenta a los noventa años de media), nadie se prepara, nadie se capacita, nadie sabe nada, se deja todo a la improvisación, a la chapuza, a lo que salga. Y ¿qué está sucediendo con los jubilados y pensionistas que vemos a nuestro alrededor?. Que para unos, en palabras de Ernesto Hemingway, el autor de “El viejo y el mar”, la jubilación es “la palabra más horrorsa del diccionario” porque desgraciadamente es para muchos sinónimo de pobreza, de pérdida de roles y de prestigio, de soledad, de aislamiento, de enfermedades y achaques, de abandono, de síndromes, de traumas y de cercanía de la muerte.
Afortunadamente, para otros, como escribe Aldous Huxley, el autor de “Un mundo feliz”, la jubilación “significa la liberación de las ataduras” y, en suma, la mejor etapa de la vida humana, un tiempo para vivir y para gozar de todo lo bello y lo bueno que te ofrece la vida, que te proporciona una sociedad libre y democrática.
Pero todo esto no cae del cielo porque sí, no es producto del azar o de la buena suerte. Esta tercera etapa tan importante de la existencia humana hay que prepararla, hay que cuidarla, hay que mimarla, porque de ello dependerá treinta años de salud, de vida, de felicidad, de amor y de ilusión Esto es lo que hacen los países más desarrollados. Esto es lo que buscan y consiguen los ciudadanos más inteligentes.
Porque nos jugamos mucho. Y con la vida, la salud y la felicidad no se juega.
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