domingo, 13 de abril de 2008

PARA INTERESADOS EN ALTA ECONOMIA

TODO DEPENDE
DE LA INFLACION
Por JORGE JAURI
(Publicado en “La República”

el viernes 11 de abril)
El gobierno ha reanudado ­tempranamente este año- la práctica de manejar algunos de los precios administrados, a los efectos de contribuir en puede hacer el BCU para impedir que el rebrote inflacionario barra en poco tiempo la estabilidad relativa que ostenta la economía uruguaya.
Este es el punto del frente de la batalla del cambio más desconocido y despreciado a nivel social.
Últimamente el ministro Astori ha incursionado en esto con más énfasis que el que usualmente utiliza en su discurso público. Con más dificultad en la expresión y menos espacio en su agenda de comunicación, también el presidente Vázquez ha indicado que conoce el problema y está dispuesto a acompañar soluciones más audaces frente al riesgo creciente de la desestabilización. Veremos si en las reuniones de la cúpula económica del próximo jueves 17, se trasunta la voluntad del gobierno de enfrentar decididamente el tema o, en caso contrario, lo desplaza a un segundo orden, bordeando en las comunicaciones del CCM y el COPOM esa centralidad, e indicando de tal manera que a dieciocho meses de la elecciones nacionales el gobierno no puede hacer mucho más en este punto de la línea de batalla.

Pudiera suceder que el gobierno no pueda enfrentar esto y decida utilizar el margen de tiempo que tiene antes que afloren en toda su dimensión las consecuencias financieras y fiscales de eludir la confrontación con los formadores de precios y las causas internas de la inflación.
Ello supondría convivir con una expectativa de inflación que, obviamente, ya no tiene nada que ver con ese condescendiente 6.9% que informa la encuesta oficial de expectativas privadas. La liquidez en pesos del sistema financiero es elevada y posibilita que las tasas en pesos no estén obligando aún al BCU a convalidar tasas que expresen la expectativa inflacionaria.
El Central avanza con cuidado en la colocación de deuda en pesos indexados, deuda sobre la cual se abalanzan ahora públicos y privados.
Aún el gobierno cuenta con la capacidad de enlentecer o desdibujar el riesgo apelando a modificar administrativamente los precios que permiten "poner" la variación del IPC políticamente aceptable por un rato más.

Argentina ha ingresado en una espiral de conflictividad insoportable por haber elegido este tipo de corralón en el cual andar, a diferencia de Brasil que, con otras garantías institucionales y posibilidades monetarias, va por otro camino.
Hay que atender los próximos discursos y la letra menuda de los comunicados de la próxima semana. Importa leer cómo se acomoda el gobierno e intuir en qué andarán o cómo pueden andar en el futuro dos de los tres actores principales: el Ministro de Economía y el presidente Vázquez. El nivel de consenso y acuerdo social implícito o explicito que logren para apagar la mecha inflacionaria será decisiva para construir confianza y estabilidad. Y si el gobierno se anima o no a señalizar sus intenciones aumentando la tasa de Política Monetaria y reordenando el programa fiscal, decisiones de este tipo serán importantes y, realmente, no vemos mucha gente intentando explicar por qué.

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