LA OPACIDAD
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Por Jorge Jauri
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Por Jorge Jauri
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Publicado en “La República”
Lunes 22 de diciembre 2008
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Ostensiblemente, las situaciones se precipitan y un manto de opacidad comienza a envolver el mercado, entendido este como el de las transacciones complejizadas por la crisis. Uruguay no es un islote y la inestabilidad global se ha internalizado en el país.
Precisamente en estos tiempos, hay una cuenta cuyos resultados deben ser expuestos en el mismo nivel de jerarquía en el cual el gobierno expone el resultado de las grandes cuentas nacionales: esa cuenta refiere a la oferta pública de información que en general es ofrecida por el Estado y utilizada por elites gubernamentales y operadores privados en condiciones de uso privilegiado.
A partir del desastre de 2002, se ha intentado reconstruir la fortaleza y utilidad del Estado en zonas de gestión delicada generalmente vinculadas a la provisión de servicios básicos, entre ellos aquellos vinculados a la gestión económica: la seguridad bancaria, la gestión de su deuda pública, la monetaria, etcétera.
Se ha hecho muy poco en cambio, en el sentido de rodear esa reconstrucción de la institucionalidad fuerte del estado de un área de comunicación especial de lo económico y financiero vinculado al uso y la didáctica de las conductas individuales. Persiste un halo de desprecio y temores para acompañar la mejora de la gestión económica de sistemas de comunicación capaces de mostrar en línea ese proceso y exigirlo desde afuera. Cuando adviene la crisis, esas carencias comienzan a generar tensiones que las autoridades parecen desconocer.
Un ejemplo alcanza para evitar ingresar a la deplorable esfera de la comunicación pública de las instituciones reguladoras del Estado en materia de auditoría interna, energía, comunicaciones, etcétera. Ese ejemplo refiere a la postergación en la publicación ya inexplicable de un documento que desde la salida de la crisis de 2002 resumió la mejor información y análisis económico global disponible en el país hasta el fin de 2007: el Informe trimestral de Policía Monetaria, cuya última edición data del primer trimestre de 2008 con datos analizados al fin del último trimestre de 2007... Sencillamente, una barbaridad institucional.
Lunes 22 de diciembre 2008
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Ostensiblemente, las situaciones se precipitan y un manto de opacidad comienza a envolver el mercado, entendido este como el de las transacciones complejizadas por la crisis. Uruguay no es un islote y la inestabilidad global se ha internalizado en el país.
Precisamente en estos tiempos, hay una cuenta cuyos resultados deben ser expuestos en el mismo nivel de jerarquía en el cual el gobierno expone el resultado de las grandes cuentas nacionales: esa cuenta refiere a la oferta pública de información que en general es ofrecida por el Estado y utilizada por elites gubernamentales y operadores privados en condiciones de uso privilegiado.
A partir del desastre de 2002, se ha intentado reconstruir la fortaleza y utilidad del Estado en zonas de gestión delicada generalmente vinculadas a la provisión de servicios básicos, entre ellos aquellos vinculados a la gestión económica: la seguridad bancaria, la gestión de su deuda pública, la monetaria, etcétera.
Se ha hecho muy poco en cambio, en el sentido de rodear esa reconstrucción de la institucionalidad fuerte del estado de un área de comunicación especial de lo económico y financiero vinculado al uso y la didáctica de las conductas individuales. Persiste un halo de desprecio y temores para acompañar la mejora de la gestión económica de sistemas de comunicación capaces de mostrar en línea ese proceso y exigirlo desde afuera. Cuando adviene la crisis, esas carencias comienzan a generar tensiones que las autoridades parecen desconocer.
Un ejemplo alcanza para evitar ingresar a la deplorable esfera de la comunicación pública de las instituciones reguladoras del Estado en materia de auditoría interna, energía, comunicaciones, etcétera. Ese ejemplo refiere a la postergación en la publicación ya inexplicable de un documento que desde la salida de la crisis de 2002 resumió la mejor información y análisis económico global disponible en el país hasta el fin de 2007: el Informe trimestral de Policía Monetaria, cuya última edición data del primer trimestre de 2008 con datos analizados al fin del último trimestre de 2007... Sencillamente, una barbaridad institucional.
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