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Escribe
GONZALO CANAL
RAMIREZ (*)
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El cerebro es el único órgano de nuestra anatomía cuyas células no se renuevan. Si se renovaran no tendríamos memoria, porque esta se estampa en ellas y desaparecería con ellas. Este descubrimiento de la ciencia de hoy recuerda la teoría de San Agustín –hace 15 siglos– según la cual la memoria era una especie de serie de cajoncitos en la cabeza, (neuronas) donde guardamos las imágenes de los recuerdos. Estas células no se renuevan, pero, por ser tantas, las neuronas nos alcanzan para una vida de 110 años, a pesar de las que van muriendo todos los días. A otras muchas destruye el alcohol, la nicotina, el exceso de medicación, la mala nutrición, las grandes fatigas y la falta de uso. Estas neuronas, como todo aquello que no se usa en el organismo, mueren también por falta de empleo. En cambio, se vitalizan, se restauran y se energizan con el ejercicio mental. Quienes piensan continuamente mantienen su energía cerebral por más años durante la vejez.
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El cerebro es el único órgano de nuestra anatomía cuyas células no se renuevan. Si se renovaran no tendríamos memoria, porque esta se estampa en ellas y desaparecería con ellas. Este descubrimiento de la ciencia de hoy recuerda la teoría de San Agustín –hace 15 siglos– según la cual la memoria era una especie de serie de cajoncitos en la cabeza, (neuronas) donde guardamos las imágenes de los recuerdos. Estas células no se renuevan, pero, por ser tantas, las neuronas nos alcanzan para una vida de 110 años, a pesar de las que van muriendo todos los días. A otras muchas destruye el alcohol, la nicotina, el exceso de medicación, la mala nutrición, las grandes fatigas y la falta de uso. Estas neuronas, como todo aquello que no se usa en el organismo, mueren también por falta de empleo. En cambio, se vitalizan, se restauran y se energizan con el ejercicio mental. Quienes piensan continuamente mantienen su energía cerebral por más años durante la vejez.
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El ocio mental es tan perjudicial como el físico. Ambos destruyen, sobre todo en la vejez. El hombre común no aprovecha sino el 5% de su potencia mental. Cuando el hombre llega al 10 % ya es extraordinario, cuando va en el 15v%, ya tiene poderes mentales capaces e gran talento. Con el 20 % de aprovechamiento mental comienza el prodigio de verdad, y el milagro del genio. El cerebro es lo mejor que usted tiene en la vejez. Usted vera como muchas de las obras maestras de la ciencia y el arte de la humanidad fueron producidas por viejos entre los 60 y los 90 años. En el cerebro esta impreso aquello que usted vio, sintió, estudio, pensó y reflexionó antes. Una reserva muy útil ahora. Todo un arsenal apto para tantos usos, incluso para el de la experiencia y la sabiduría. Y su cerebro funciona si usted lo pone en marcha. Vigile y piense. No lo deje dormir.
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Ese cerebro suyo, así provisto de recursos, es un gran instrumento para hacernos útiles y seguir viviendo. Los niños lo veneran, los jóvenes lo envidian, los maduros lo necesitan. Empléelo a fondo sin temor. No lo sobrecargue, porque le puede dar un colapso, pero no lo deje ocioso porque se le muere. En la vejez hay una regla para todo: el justo medio. La norma de Horacio a los Pisones es una ley para usted: “Hay ciertos límites mas acá de los cuales, o mas allá de los cuales, no puede existir la rectitud”. El cerebro, el instrumento de lo racional, nuestra diferencia con el bruto, puede embrutecerse también. La peor venganza de la historia no es matar, es embrutecer.
Ese cerebro suyo, así provisto de recursos, es un gran instrumento para hacernos útiles y seguir viviendo. Los niños lo veneran, los jóvenes lo envidian, los maduros lo necesitan. Empléelo a fondo sin temor. No lo sobrecargue, porque le puede dar un colapso, pero no lo deje ocioso porque se le muere. En la vejez hay una regla para todo: el justo medio. La norma de Horacio a los Pisones es una ley para usted: “Hay ciertos límites mas acá de los cuales, o mas allá de los cuales, no puede existir la rectitud”. El cerebro, el instrumento de lo racional, nuestra diferencia con el bruto, puede embrutecerse también. La peor venganza de la historia no es matar, es embrutecer.
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(...)Y sin embargo, el ser humano, con la más portentosa maravilla de la creación dentro de su cabeza, usa sus facultades mínimamente y se da a la tarea de destruirla con los abusos y los excesos. El viejo desaprovecha en su cerebro la mejor arma de su edad. En la Tercera Edad el cerebro debe funcionar mejor. Póngalo en movimiento... Seremos siempre jóvenes, si conservamos la juventud del cerebro. Y por el número de neuronas con que venimos al mundo, el cerebro humano esta hecho para trabajar mucho tiempo, si nosotros no lo aniquilamos.
Este tema va a continuar...
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.
(...)Y sin embargo, el ser humano, con la más portentosa maravilla de la creación dentro de su cabeza, usa sus facultades mínimamente y se da a la tarea de destruirla con los abusos y los excesos. El viejo desaprovecha en su cerebro la mejor arma de su edad. En la Tercera Edad el cerebro debe funcionar mejor. Póngalo en movimiento... Seremos siempre jóvenes, si conservamos la juventud del cerebro. Y por el número de neuronas con que venimos al mundo, el cerebro humano esta hecho para trabajar mucho tiempo, si nosotros no lo aniquilamos.
Este tema va a continuar...
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.
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