lunes, 19 de enero de 2009

LA VEJEZ... ESE TIEMPO DE VIDA...

LOS INTERESES
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Escribe
GONZALO CANAL

RAMIREZ (*)
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¿La vida es un problema? Sí. Pero es el único tiempo que tenemos para resolver ese problema. Ahí radica el interés de vivir. La peor actitud frente a los problemas es pretender ignorarlos, o ser indiferentes ante ellos. Todos tenemos problemas solubles o insolubles, y se han de comunicarlos a quienes, por razones profesionales, amigables o familiares, deben conocerlos, y a los partícipes del problema o aquellos cuyos intereses, de cualquier orden, están involucrados en nuestra problemática.
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En la problemática, comunicarse es ya comenzar la solución. Nadie encerrado solo con sus problemas puede soportarlos. Ese diálogo sobre nuestros problemas es necesario.
La vejez, como cada edad, acarrea sus propios intereses y sus correspondientes problemas. Debemos conocerlos y aceptarlos dándoles a cada uno su lugar, sin disminuirlos ni aumentarlos, y, menos, desconocerlos.
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En primer lugar, el de los intereses trascendentes, especialmente penetrantes e la tercera edad, porque se tiene más tiempo para pensar y porque se piensa mejor. Los problemas trascendentales, en realidad son los intereses básicos de la persona humana: la religión, la política y el amor y la muerte. El viejo necesita, más que nunca, intereses para dar razón y sentido a la vida. Son estos los mejores lazos para mantenerlo vivo. Cuando se pierden los intereses, la vida pierde su contenido.
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La religión nos vincula a Dios, si usted tiene un Dios. Difícilmente se puede carecer de uno. Si usted es cristiano o miembro de algún credo sobre la inmortalidad del alma, tan afirmada en occidente desde Platón en Grecia y Cicerón en Roma, y tan luminosamente afianzada por Cristo, el saberse inmortal –si la profesa de veras– lo tranquilizará sobre las contingencias del tiempo y, lo confortará con la esperanza. Por medio de la religión usted se realizará ante Dios. La política lo vinculará con la comunidad como compromiso en su destino de asociado, le impedirá el aislamiento ciudadano y le suministrará materia prima fácil y frecuente para el diálogo con sus conciudadanos. Con la política usted se realizará ante la sociedad y su pueblo. El amor, sal de la vida calentará su corazón, abrigará sus ilusiones, esas lámparas tan necesarias para iluminar nuestro camino y le hará cumplir su compromiso con la especie.
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Pero no solo los intereses trascendentes son los nuestros. A su lado abrigamos otra serie de intereses, intrascendentes desde3 el ángulo de la filosofía, pero importantes desde el punto de vista concreto de nuestra individualidad, de ese ser con nombre propio que somos. Son nuestra opción o nuestra obligación y, en uno u otro caso, significativos para cada, a su escala. Constituyen una amplia gama e matices en cuyo manejo nuestra longevidad está comprometida.
Estos temas proseguirán...
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.

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