jueves, 28 de mayo de 2009

EL PETROLEO AZUL DEL FUTURO



DESCRIPCIÓN
DEL GUARANÍ

Informe de
“LE MONDE DIPLOMATIQUE”
Martín Latorraca,
Maximiliano Martínez
Publicado en
Edición Cono Sur
Número de edición 74
Agosto 2005

NOTA 2

(CONTINUACION) Los estudios realizados hasta hoy sostienen que el SAG tiene una superficie aproximada de 1.194.000 kilómetros cuadrados, de los cuales 839.000 corresponden a Brasil (10% de su territorio), 226.000 a Argentina (6%), 71.700 a Paraguay (18%), y 59.000 a Uruguay (25%). En Argentina, sus aguas corren por debajo de las provincias de Misiones, Formosa, Chaco, Santa Fe, Corrientes y Entre Ríos.
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La extensión del SAG es similar a la de los territorios de España, Portugal y Francia juntos. Su volumen se estima en unos 55.000 kilómetros cúbicos de agua potable y su nivel de recarga anual es de entre 160 y 250 kilómetros cúbicos 3. "Si recordamos que cada kilómetro cúbico equivale a un billón de litros de agua (1.000.000.000.000), explotando de manera racional 80 kilómetros por año se podría abastecer a unos 720 millones de personas de 300 litros por día", explica la profesora Elsa Bruzzone, del Centro de Militares para la Democracia Argentina (CEMIDA), que asesora en temas de recursos naturales y medioambiente a legisladores argentinos.

Los límites del SAG aún no se han podido demarcar totalmente. Por el norte, en territorio brasileño, se conecta con el Pantanal y con la Amazonia; al oeste se estima que se prolonga hacia la cuenca del río Bermejo y más allá de la laguna de Mar Chiquita, situada en el extremo noreste de la provincia de Córdoba, Argentina; al sur los límites son una incógnita sin develar: varios estudios de organizaciones ecológicas afirman que el Acuífero sobrepasa la región pampeana y se conecta con los lagos precordilleranos en la Patagonia.

Un dato sí es seguro: la fragilidad y vulnerabilidad del SAG ante la contaminación. María Esther Bondanza, directora general de Asuntos Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores, Comercio Internacional y Culto de Argentina, sostiene: "A través de pesticidas, desechos industriales y domésticos, y siendo las aguas subterráneas, una vez contaminadas es muy difícil el proceso para poder revertirla". El también llamado Acuífero Gigante del MERCOSUR o Sistema Acuífero MERCOSUR, posee varias áreas de carga y descarga de su caudal.

Según la concentración de usos y usuarios. Con una población estimada en 15 millones de habitantes, las zonas de mayor actividad (áreas consideradas hot spots o pilotos) son Concordia, en Argentina; Salto y Rivera, en Uruguay; y Santana do Livramento y Riberão Preto, en Brasil. En el caso argentino-uruguayo se destaca la gran explotación termal, como por ejemplo el complejo turístico de Villa Elisa en Entre Ríos. Por el lado de Brasil, la situación es de alto impacto debido a las miles de perforaciones que se realizaron sin tener en cuenta la superexplotación y la contaminación crecientes.

Allí, el SAG sirve de abastecimiento agrícola, urbano e industrial a más de 300 ciudades de entre 3.000 y 500.000 habitantes. En la frontera uruguaya-brasileña se detectó un altísimo déficit de saneamiento sanitario. Asimismo, Itapúa en Paraguay, está sufriendo un proceso de deforestación a gran escala a medida que se expanden las plantaciones de soja, en suelos muy frágiles sobre el SAG. Ambos desarrollos provocan una desertificación creciente con su consiguiente reflejo en el reservorio.

Pero sin duda, la zona más importante para la carga y descarga del SAG es la triple frontera argentino-paraguayo-brasileña, donde confluyen la mayoría de los ríos más caudalosos de la Cuenca del Plata. Allí, el río Paraná tiene su punto de encuentro con el Iguazú, al norte con la represa de Itaipú y al este con las Cataratas del Iguazú, y la zona está rodeada por las cuencas de los ríos Paraguay, Uruguay, Pilcomayo, Grande y Bermejo, que conforman un verdadero paraíso de agua. Los primeros datos oficiales sobre la existencia del Acuífero fueron relevados por investigadores brasileños.

Eso ocurrió en la década de 1930, fecha desde la que vienen utilizando sus recursos. En Argentina fue descubierto por las exploraciones petroleras llevadas a cabo por Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) en 1950, pero hubo que esperar 24 años para que el Estado confeccionara el primer mapa del Acuífero 4. En 1994, universidades de los cuatro países del MERCOSUR se juntaron para formar el llamado Proyecto de Protección del Acuífero Guaraní y Desarrollo Sustentable. Sin embargo, en sintonía con la ola privatizadora que dominó la década del '90.

Los gobiernos argentino, brasileño, paraguayo y uruguayo, decidieron en 1997 licitar la continuidad del proyecto. El 22 de abril de ese mismo año firmaron el Acta de Paysandú, que establecía que los gobiernos de los cuatro países debían crear los instrumentos de coordinación para una investigación y un mejor desarrollo sustentable del Acuífero con un presupuesto estimado por las universidades nacionales en 26,700 millones de dólares.

Esgrimiendo falta de recursos, los Estados decidieron entregarle el proyecto al Banco Mundial (BM), luego de un seminario realizado en Foz de Iguazú en enero de 2000, en el que además del BM participaron el Departamento de Desarrollo Sostenible de la Organización de Estados Americanos (OEA) y el Fondo Mundial para el Medio Ambiente (GEF, por su sigla en inglés). En medio de la brutal crisis político-social argentina, en noviembre de 2001 el BM aprobó el proyecto y se comprometió a preservar el SAG de la contaminación y lograr un desarrollo sustentable. (CONTINUARÄ)
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CONTINÚA EL LUNES, EN NOTA 3

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