lunes, 3 de agosto de 2009

COMUNIDAD NEGRA EN URUGUAY - 4 -



DE ESCLAVAS A DOMÉSTICAS.
SOBRE LAS MUJERES
AFRO
DESCENDIENTES
EN URUGUAY
.
Escribe
Silvina Santillán
28 de JULIO de 2009

(NOTA FINAL)

Publicado en
Boletín “UN-MUNDO.org.

En “las comparsas hay cada vez mas gente blanca, los blancos se apropian. Hay una canción que dice ‘el candombe es de los negros pero gozan los demás’ y eso es así. Hay una apropiación y hay también una mezcolanza y se pierde la esencia, esto se está convirtiendo en algo comercial, muy bueno para la intendencia, muy bueno para los que viven del carnaval pero no tan bueno para nosotros”, opina Mirta, y sus compañeros varones de carpa asienten, en silencio.

SEXISMO A LA URUGUAYA
Sacudiendo con coquetería sus largos y renegridos rizos rastas, Claudia de los Santos enumera las diferencias: antes, y quizás no mucho “antes”, se veía a la mujer negra como un “símbolo sexual” por sus pechos, por sus formas, por su cola, dice –enfundada en un jean que realza sus caderas rotundas- y agrega con sarcasmo: “muchas chicas blancas se quieren hacer rasta, pero sólo para el verano. ‘Qué divino’ dicen, pero yo ando todo el año con rasta”. Ella aún se pelea a sus 40 años cuando en la calle, y casi siempre varones, le dicen ‘che, negra’, con tono despectivo “porque a veces en lugar de decirle un piropo a una mujer negra bien vestida a algunos hombres les sale un insulto”, reflexiona.

Lo últimos años los casos de agresiones hacia las mujeres, por parte de varones, se incrementaron en Uruguay: donde el año pasado murió una mujer cada 13 días por violencia doméstica según datos del ministerio del Interior. En el caso de las mujeres negras asumen también una forma de discriminación, que puede ir desde un ataque verbal unido a la condición de género y raza a casos extremos de agresión física.

El uruguayo tiene una sutileza muy especifica para discriminarte, dice Mirta alargando la “u” del “muy”. “Vos te sentás en el ómnibus y están todos los asientos ocupados y el de al lado tuyo vacío y todos siguen de largo… En mi trabajo éramos cinco compañeros: el coordinador bien ‘motudo’ (por el cabello ensortijado, apretado, muy común en la gente afro) y otra compañera grandota, gorda y azul de negra. Cuando salíamos por los corredores todos juntos, la gente se abría. Era hasta gracioso entrar al ascensor y ver la gente mirarnos como diciendo ‘qué me van a hacer’, te dan ganas de ‘decir señora no se asuste, no mordemos, no hacemos nada’”.

En el diagnóstico sobre la mujer afro uruguaya realizado por Mundo Afro ya citado, el 35 por ciento de las encuestadas dijeron que alguna vez se sintieron discriminadas por ser negras, percepción que aumentó en los tramos más jóvenes (41 por ciento de las mujeres de entre 15 y 30 años) mientras más de un 40 por ciento mencionó haber sido hostilizada “de palabra o insulto” y en un 10 por ciento admitieron haber sido víctimas de “agresiones físicas y golpes”.

“Había una encargada que siempre tenía problemas conmigo, pero no me decía que yo era una mala costurera, no, lo que me decía es que era una ‘negra de mierda’”, recuerda Mirta, que tampoco le deja pasar una a “su” gente. “Aquí -dice y su mirada abarca la carpa-, estamos aquí desde que comenzó el carnaval, exhibiendo artesanías afro uruguayas. Bueno, los negros casi no entran, mayormente son personas blancas. ¿No les da curiosidad?”. “En otras temporadas hice camisetitas que pinté con tambores o alguna escena con una mujer negra. Una chiquilina se acercó un día con su mamá, quería comprarse el bucito con un dibujo de una joven negra con trenzas con caracolitos, me había quedado divino. La madre le dice ‘sos loca cómo te vas a poner eso’. Se la llevó a otro local y al rato salió con otro bucito con unos dibujos chinos. A veces los negros discriminan a los negros”, resume.

VARONES QUE NO AYUDAN TANTO

Mael dice que adora a sus amigos varones negros pero que como pareja son “desastrosos, completamente infieles, despreciativos de sus mujeres” y “contados con los dedos de las manos” aquellos que las respetan. “Es un tema de educación, la mujer siempre tenía que ser ama de casa y más las negras. Muchas mujeres negras soportan lo insoportable por tener su compañero pero ese no es mi caso. Yo no pretendo que alguien me mantenga pero tampoco voy a mantener a nadie, los jóvenes negros son desastrosos”, insiste.

En el marco de las grandes transformaciones que a nivel mundial experimentó la familia, desde fines de los 80 en Uruguay la formación de la pareja también se fue desplazando en el tiempo, rezago que difiere de acuerdo al sector cultural del que se proceda. Al parecer, el patrón se repite en la comparación de las mujeres blancas y las afrodescendientes. Estudios del ministerio de Desarrollo Social señalan que la proporción de mujeres que están en unión a los 20-24 años es 10 puntos porcentuales mayor entre las de origen afro que entre las blancas, situación que se equipara en la franja 25-29 años. En la treintena aparecen las separaciones y divorcios. A partir de los 40 años en cambio la cantidad de mujeres afrodescendientes en pareja es sistemáticamente menor respecto de las blancas en esas edades y desde los 55 años es perceptible una “desproporcionada magnitud” de mujeres negras que no conviven con su
pareja.

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