JOSE SARAMAGO
y SUS PERSONAJES
Reportaje de
Carlos María Domínguez
“El País” Cultural Nº 707
P: ¿CÓMO ES LA RELACIÓN CON SUS PERSONAJES? ¿COMPENSAN LO QUE NO PUDO O NO QUISO VIVIR? ¿SON EL CHIVO EXPIATORIO DE SUS DUDAS?
JS: No en mi caso. Mis personajes no nacen de la observación. No es que yo mire a alguien y diga: este me sirve para un personaje. No pertenezco a ese grupo de escritores que anotan lo que ven o escuchan. Por eso no describo nunca a los personajes. Recuerdo una novela de Balzac en la que describe una cocina a lo largo de un capítulo, hasta el detalle de la más pequeña sartén, luego, en toda la novela, no se habla más de la cocina. Yo no hago eso, que el lector se imagine al personaje como quiera.
P: PERO INSISTO ¿QUE REPRESENTAN PARA USTED?
JS: No creo que me sirvan para compensar esto o aquello, o sean el chivo espiritual de mis frustraciones. Ellos hacen lo que hacen, y yo cuento su destino. Por ejemplo, el de la mujer del médico en Ensayo sobre la ceguera, que entra a la ambulancia aunque no está ciega, solo por acompañar a su marido. Si ella hubiera hecho otra cosa, todo sería distinto. Pero yo no sabía que iba a hacer eso. Quien tenga que morir, morirá, a quien le toque sufrir sufrirá. No me identifico con ellos. Como dije al recibir el premio en la Academia Sueca, yo he aprendido con mis propios personajes. He sido aprendiz en experiencia y en conocimiento. Al mismo tiempo que los creo, soy su criatura. Los personajes son autónomos y yo los trato de seguir. Hay una especie de intercambio, que no responde a una identificación. Nunca los llevo a hacer esto o aquello. Conozco la situación concreta que está viviendo, pero maestro uno, maestro el otro, el personaje y el autor. Se me ha ocurrido ahora, que mis personajes son heterónimos, en el sentido pessoano. Tienen sus propias biografías, y yo converso con ellos. No lo había pensado.
P: SE LO PREGUNTÉ PORQUE VARGAS LLOSA AFIRMA QUE LA LITERATURA COMPENSA LAS FRUSTRACIONES DE LA VIDA, Y ESO ME HA HECHO PENSAR EN DOS RAZAS DE ESCRITORES, TAL VEZ MÁS.
JS: Si, hay distintas razas. Que Vargas Llosa sea escritor y yo también, no significa que pertenezcamos a la misma raza. Y tampoco Dostoievsky aunque podría parecerlo. Cuando yo hablo de los escritores que integran mi famita espiritual. Y hablo de Kafka, Montaigne, Cervantes, Antonio Vieira, me doy cuenta que todos ellos, incluido Cervantes, tienen una tentación ensayista, que no se nota tanto, aparentemente en el caso de Kafka, cuando parece que se limita a contar una historia, pero uno siente palpitar la reflexión bajo el relato de la superficie. Una necesidad de pensar y pensarse a si mismo en lo que se escribe. Eso no lo sientes en Hemingway, que cuenta su historía magníficamente, pero hay niveles en los que no se involucra.
P: EN VARIAS OCASIONES HA NOMBRADO AL JESUITA ANTONIO VIEIRA, DESCONOCIDO POR AQUÍ. ¿QUIÉN ES Y DE QUE MODO LO HA IMPRESIONADO?
JS: Seguramente, saben quien fue Bartolomé de las Casas. El padre Antonio Vieira es nuestro Bartolomé de las Casas por su defensa de los indios de Brasil y de los nativos de África. Es el autor del portugués más hermoso que se ha escrito. Los sermones y sus prédicas acompañaron una actividad increíble que lo llevó a viajar infinidad de veces a las colonias, fue asediado por la Inquisición, sufrió la cárcel, y usaba su condición sacerdotal como un instrumento de denuncia contra las injusticias coloniales. Y era un gran escritor. Nunca el idioma portugués ha sido tan hermoso como en sus cartas y sermones, luego recopilados. Hay un sermón que se llama “Sermón de San Antonio a los peces” donde hace una crítica a la sociedad brasileña de entonces, con una denuncia feroz de la injusticia y el maltrato contra los indígenas, el robo y el saqueo. Es nuestro Bartolomé, pero parece que los portuguesas no logramos difundir a Antonio Vieira como merece. Todos me escuchan nombrarlo, pero nadie lo conoce y queda aislado en la lengua portuguesa.
(SACADO de CONTEXTO)
y SUS PERSONAJES
Reportaje de
Carlos María Domínguez
“El País” Cultural Nº 707
P: ¿CÓMO ES LA RELACIÓN CON SUS PERSONAJES? ¿COMPENSAN LO QUE NO PUDO O NO QUISO VIVIR? ¿SON EL CHIVO EXPIATORIO DE SUS DUDAS?
JS: No en mi caso. Mis personajes no nacen de la observación. No es que yo mire a alguien y diga: este me sirve para un personaje. No pertenezco a ese grupo de escritores que anotan lo que ven o escuchan. Por eso no describo nunca a los personajes. Recuerdo una novela de Balzac en la que describe una cocina a lo largo de un capítulo, hasta el detalle de la más pequeña sartén, luego, en toda la novela, no se habla más de la cocina. Yo no hago eso, que el lector se imagine al personaje como quiera.
P: PERO INSISTO ¿QUE REPRESENTAN PARA USTED?
JS: No creo que me sirvan para compensar esto o aquello, o sean el chivo espiritual de mis frustraciones. Ellos hacen lo que hacen, y yo cuento su destino. Por ejemplo, el de la mujer del médico en Ensayo sobre la ceguera, que entra a la ambulancia aunque no está ciega, solo por acompañar a su marido. Si ella hubiera hecho otra cosa, todo sería distinto. Pero yo no sabía que iba a hacer eso. Quien tenga que morir, morirá, a quien le toque sufrir sufrirá. No me identifico con ellos. Como dije al recibir el premio en la Academia Sueca, yo he aprendido con mis propios personajes. He sido aprendiz en experiencia y en conocimiento. Al mismo tiempo que los creo, soy su criatura. Los personajes son autónomos y yo los trato de seguir. Hay una especie de intercambio, que no responde a una identificación. Nunca los llevo a hacer esto o aquello. Conozco la situación concreta que está viviendo, pero maestro uno, maestro el otro, el personaje y el autor. Se me ha ocurrido ahora, que mis personajes son heterónimos, en el sentido pessoano. Tienen sus propias biografías, y yo converso con ellos. No lo había pensado.
P: SE LO PREGUNTÉ PORQUE VARGAS LLOSA AFIRMA QUE LA LITERATURA COMPENSA LAS FRUSTRACIONES DE LA VIDA, Y ESO ME HA HECHO PENSAR EN DOS RAZAS DE ESCRITORES, TAL VEZ MÁS.
JS: Si, hay distintas razas. Que Vargas Llosa sea escritor y yo también, no significa que pertenezcamos a la misma raza. Y tampoco Dostoievsky aunque podría parecerlo. Cuando yo hablo de los escritores que integran mi famita espiritual. Y hablo de Kafka, Montaigne, Cervantes, Antonio Vieira, me doy cuenta que todos ellos, incluido Cervantes, tienen una tentación ensayista, que no se nota tanto, aparentemente en el caso de Kafka, cuando parece que se limita a contar una historia, pero uno siente palpitar la reflexión bajo el relato de la superficie. Una necesidad de pensar y pensarse a si mismo en lo que se escribe. Eso no lo sientes en Hemingway, que cuenta su historía magníficamente, pero hay niveles en los que no se involucra.
P: EN VARIAS OCASIONES HA NOMBRADO AL JESUITA ANTONIO VIEIRA, DESCONOCIDO POR AQUÍ. ¿QUIÉN ES Y DE QUE MODO LO HA IMPRESIONADO?
JS: Seguramente, saben quien fue Bartolomé de las Casas. El padre Antonio Vieira es nuestro Bartolomé de las Casas por su defensa de los indios de Brasil y de los nativos de África. Es el autor del portugués más hermoso que se ha escrito. Los sermones y sus prédicas acompañaron una actividad increíble que lo llevó a viajar infinidad de veces a las colonias, fue asediado por la Inquisición, sufrió la cárcel, y usaba su condición sacerdotal como un instrumento de denuncia contra las injusticias coloniales. Y era un gran escritor. Nunca el idioma portugués ha sido tan hermoso como en sus cartas y sermones, luego recopilados. Hay un sermón que se llama “Sermón de San Antonio a los peces” donde hace una crítica a la sociedad brasileña de entonces, con una denuncia feroz de la injusticia y el maltrato contra los indígenas, el robo y el saqueo. Es nuestro Bartolomé, pero parece que los portuguesas no logramos difundir a Antonio Vieira como merece. Todos me escuchan nombrarlo, pero nadie lo conoce y queda aislado en la lengua portuguesa.
(SACADO de CONTEXTO)
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