lunes, 28 de diciembre de 2009

LA VEJEZ, UNA PARTE DE LA VIDA



NUESTRO CEREBRO,
EL MAYOR CAPITAL
DE LA PERSONA...


Escribe
GONZALO
CANAL RAMÍREZ (*)

El cerebro es el único órgano de nuestra anatomía cuyas células no se renuevan, decíamos al terminar ayer la nota y decíamos que si se renovaran no tendríamos memoria, porque la memoria se estampa en ellas y si ellas desaparecen, desaparece la memoria, entre otras funciones. Estas células no se renuevan, pero, por ser tantas, las neuronas nos alcanzan para una vida de 110 años, a pesar de las que van muriendo todos los días. A otras muchas destruye el alcohol, la nicotina, el exceso de drogas, la mala nutrición, las grandes fatigas y la falta de uso.

Estas neuronas, como todo aquello que no se usa en el organismo, mueren también por falta de empleo. En cambio se vitalizan, se restauran y se energizan con el ejercicio mental. Quienes piensan continuamente mantienen su energía cerebral por más años durante la vejez. El ocio mental es tan perjudicial como el físico. Ambos destruyen, sobre todo en la vejez. La persona común no aprovecha sino el 5 por ciento de su potencia mental. Cuando la persona llega al 10 por ciento, ya es extraordinario, cuando va en el 15, ya tiene poderes mentales capaces de gran talento.

Con el 20 por ciento de aprovechamiento mental comienza el prodigio de verdad, y el milagro del genio. El cerebro es lo mejor que usted tiene en la vejez. Usted vera como muchas de las obras maestras de la ciencia y el arte de la humanidad fueron producidas por viejos entre 60n y los 90 años. En el cerebro esta impreso aquello que usted vio, sintió, estudio, pensó y reflexionó antes. Una reserva muy útil ahora. Todo un arsenal apto para tantos usos, incluso para el de la experiencia y la sabiduría. Y su cerebro funciona sin usted lo pone en marcha. Vigile y piense, no lo deje dormir.

El cerebro suyo, así provisto de recursos, es un gran instrumento para hacernos útiles y seguir viviendo. Los niños lo veneran, los jóvenes lo envidian, los maduros lo necesitan. Empléelo a fondo, sin temor. No lo sobrecargue, porque le puede dar un colapso, pero no lo deje ocioso porque se le muere. En la vejez hay una regla para todo: el justo medio. La norma de Horacio a los Pisones es una regla para usted: “Hay ciertos límites, más acá de los cuales, o mas allá de los cuales, no puede existir la rectitud.”.

El cerebro de la persona humana, en proporción a la estatura y al peso humano es grande: un promedio de kilo y medio, para 70 kilos en promedio. En la ballena es de 9 kilos para seis mil kilos de masa total. Pero a diferencia de lo que se pensaba en el siglo pasado, no son el volumen ni el peso del cerebro los determinantes de la inteligencia. El cerebro de Einstein pesaba lo mismo que el de su portero. En realidad la capacidad intelectiva, cognoscitiva y rectora del cerebro se origina en su organización interna y en la divina chispa creadora que lo ilumina.

Günter Haaf dice...”El cerebro humano es el órgano más eficaz para la elaboración de información. En un centímetro cúbico almacena diez mil veces más información que las mejores computadoras existentes” y agrega el mismo autor: “Nuestro cerebro, una masa viscosa gris rosácea, de apenas kilo y medio de peso, es el órgano más complicado que produjo la naturaleza. El puente y el cerebro dirigen las funciones corporales vitales. El tronco, rodeado totalmente por el cerebro, con sus glándulas (hipófisis, glándula pineal) controla entre otros, el sentimiento. La muy plegada corteza gris el cerebro es la sede del lenguaje, la memoria y la conciencia. Cerca de ochenta mil millones de células nerviosas, reunidas en diez mil millones de neuronas (microcircuitos biológicos) y entrelazadas por quinientos billones de contactos (sinopsis) hacen del Homo el Hombre pensante”
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España

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