martes, 19 de enero de 2010

CRISIS FINANCIERA MUNDIAL: EL LADO OSCURO DE LA LUNA (2)

ESTADOS UNIDOS:
EN EL ABISMO
DE LA RECESIÓN

Nota DOS

FUENTE
“LA TRIBUNA HISPANA USA”
19 de enero de 2010
ESCRIBE
ALEXANDR MONDRAGÓN
(Es continuacion de NOTA UNO)

Ed Hernández, comisario adjunto para el Departamento de Servicios Sociales del Condado de Suffolk, dijo que Suffolk sigue una política sobre el problema que es similar al de Nassau y Westchester. Él dijo que el estado, adhiriéndose a las leyes federales y estatales, no reembolsa al condado por ofrecer alberges a inmigrantes indocumentados porque carecen de un estatus legal y no son elegibles para la mayoría de los servicios del estado, financiados con fondos federales.

Hernández dijo que el condado podría darles albergue por su propia cuenta, pero ésa no es la práctica. Anthony Farmer, portavoz de la Oficina de Ayuda Temporal por Incapacidad, confirmó al Newsday que el estado no reembolsa a los condados si ellos dan albergue a los inmigrantes indocumentados a corto o largo plazo. Aunque añadió: “No hay nada en la ley que evite a los condados usar sus dólares para hacer eso.”

El condado de Nassau tiene la misma política que Suffolk, dijo a Karen Garber, portavoz del Departamento de Servicios Sociales de ese condado, el cual no da albergue a los indocumentados porque el estado no les reembolsará el costo, dijo ella. La Ciudad de Nueva York, sin embargo, permite a los inmigrantes indocumentados quedarse en la noche o pasar todo el día en los refugios a largo plazo, dijo Heather Janik, la vocera del Departamento de Servicios para Desamparados de NYC.

Ante esta situación, algunos defensores de los inmigrantes, como el Rev. Allan Ramírez, pastor en la Brookville Reformed Church, al margen de criticar la actitud de las autoridades que ayudaron a desalojar a los desamparados del monte —"No es humano echar abajo estos refugios que estos hombres tienen y mandarlos a las calles…. Es salvajismo"—, ha iniciado una campaña de colectas para ayudar a estos desamparados a capear el temporal, en una época donde el gélido frío invernal les hace más difícil pernoctar en estos lugares.

Dos días después que LTH visito los refugios de los desamparados, las autoridades municipales con el permiso del dueño de la propiedad, procedieron a desalojar a los desamparados y destruir sus refugios. "Esto es muy malo, porque vamos a morir de frío en las calles", dijo Jorge Mendoza, de 45 años. Él dijo que había estado viviendo en el bosque alrededor de un mes, porque no tenía trabajo ni podía pagar una renta. Los otros dijeron que habían estado viviendo allí entre uno a dos años, desde que comenzó la recesión.

Sin embargo, hay otros líderes que plantean soluciones que van más allá de la caridad, enfocando la situación de estos desamparados como un resultado no solo de la recesión económica sino también a la falta de una Reforma Migratoria. "Yo creo que el problema fundamental de estos desamparados es no tener documentos", dijo el ex organizador laboral Omar Henríquez, y ahora funcionario del Censo 2010. "Y si a esto le agregamos la recesión económica, en estas situaciones el que tiene menos le cuesta más no tener documentos. Se le hace más difícil tener trabajo, y puede llegar a estas situaciones extremas que es un recordatorio de lo que pasó en la Gran Recesión de los 1930's".

Al hablar con estos desamparados, lo que ellos expresan claramente es que "quieren trabajar" y, a la misma vez, "no pueden tener acceso a la asistencia que cualquier otra persona puede tener, precisamente por ser indocumentados", remarcó Henríquez. Y sí, sin trabajo, sin documentos y sin dinero, para decenas esta es la única opción que tienen para vivir sin molestar a nadie y capear el huracán de la recesión económica.

“Es el único lugar que tenemos”, dijo José Fuentes, mientras recogía pedazos de leña que había recolectado para comenzar una hoguera que, a menudo es la única fuente de calor para protegerse del frío y cocinar un poco de arroz. Como los otros, él dijo que hay poco trabajo para los jornaleros, y que no tiene dinero para el alquiler de una habitación. En este contexto, agrega Henríquez, la Reforma Migratoria tiene mucho que ver para ayudar a estos trabajadores a salir no solo de las sombras de la ilegalidad, sino también de los bosques.

"Hago un llamado a los inmigrantes que son ciudadanos, a que se involucren no necesariamente dando comida o ayudas pasajeras, sino a luchar por una reforma migratoria justa que, a largo plazo, beneficiará a todos. Como inmigrantes es lo que menos podemos hacer", declaró Henríquez

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