
N. de R. Repetimos esta nota de ayer, como referente, ya que las dos entradas que siguen, con un material de Jorge Aniceto Molinari, en lo conceptual tienen mucha relación con estos hechos que serian motivacion para el conclave de Basilea.
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Enero 10 y 11:BASILEA
CUMBRE BANCARIA
CUMBRE BANCARIA
POR TEMOR DE NUEVA
CRISIS FINANCIERA MUNDIAL
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JOSEPH STIGLITZ hizo duras críticas
JOSEPH STIGLITZ hizo duras críticas
al control de finanzas en el mundo,
equiparándolo al azar.
Fuente El Sol de San Luis.
San Luis de Potosi México
Carlos Siula / Corresponsal
10 de enero 2009
París, Francia.- La cumbre bancaria que se realiza este fin de semana en Basilea (Suiza) revela los temores que existen en el mundo financiero por la amenaza de una nueva crisis financiera mundial, que -esta vez- podría tener consecuencias para la economía internacional.
Alarmado por el actual cuadro de situación, el Banco Internacional de Pagos (BIP) convocó a una conferencia sin precedentes que comenzó ayer por la mañana en Basilea y concluirá hoy. Los resultados de ese cónclave recién se conocerán el lunes por la mañana durante la conferencia de prensa del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, que actuará como vocero de la reunión.
Desde el sábado se respira una atmósfera cargada de electricidad en Basilea, que contrasta con su reputación -justificada- de ser la ciudad más monótona de Suiza.
En su sede de Centralbahnplatz N° 2, el BIP reunió a los presidentes de los bancos centrales más importantes del mundo (el G-10) y, en forma inhabitual, convocó a la crema de las finanzas internacionales: Goldman Sachs, Citigroup, JPMorgan Chase, Morgan Stanley, BlackRock y Wells Fargo por Estados Unidos, el alemán Deutsche Bank, los franceses BNP Paribas y Société Générale, en algo-asiático HSBC, UniCredito (Italia) y los españoles Santander y BBVA.
Del cónclave también participa Mario Draghi, gobernador de la Banca de Italia y presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, que se ocupa de temas de regulación y supervisión por mandato del G-20.
El llamado "banco central de los bancos centrales" -que tuvo una decisiva participación en la tormenta financiera de 2007-2008- convocó a esa conferencia de 48 horas a puertas cerradas alarmado por los "riesgos excesivos" que están tomando los bancos, el recurso a los "métodos agresivos que prevalecían antes de la crisis" y la aparición de "nuevas burbujas especulativas".
En otras palabras, el BIP teme el estallido de una crisis sistémica, provocada por cuatro fenómenos paralelos:
*La disimulación contable de los viejos activos tóxicos que aún poseen los bancos, y que nadie conoce con claridad.
*La aparición de nuevos productivos derivados de "muy alto riesgo".
*La usura que practican las instituciones financieras usando las líneas de crédito que distribuyen los bancos centrales a casi cero por ciento de interés para acordar créditos a tasas elevadas.
*La fiebre especulativa que agita a los bancos (en los mercados financieros, de derivados y de materias primas).
"El mundo de las finanzas se ha vuelto una verdadera ruleta", comentó el expremio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, en un coloquio realizado el viernes en París.
La gravedad de la situación fue confirmada en términos dramáticos por Simón Johnson, exjefe economista del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando dijo: "Están dadas todas las condiciones para una nueva catástrofe económica mundial". El problema reside, sobre todo, en que "ahora tenemos un sistema financiero que reposa sobre la creencia de que el Estado intervendrá indefinidamente para evitar el derrumbe de los bancos en dificultades, como ocurrió en 2008", explicó.
El primer ministro francés François Fillon, por su parte, advirtió sobre el riesgo que presenta la "subsistencia de burbujas" especulativas.
En ese contexto crítico, algunos miembros de la FED comenzaron a evocar la posibilidad de aumentar la tasa de referencia. El BIP, por su lado, prevé aumentar las normas prudenciales, el ratio que debe existir entre fondos propios y volumen de créditos. Pero, sobre todo, está tentado de imponer alguna forma de regulación global para que actúe como árbitro y saque tarjeta amarilla cuando advierte que los "métodos agresivos" de un jugador pueden poner en peligro el sistema.
Fuente El Sol de San Luis.
San Luis de Potosi México
Carlos Siula / Corresponsal
10 de enero 2009
París, Francia.- La cumbre bancaria que se realiza este fin de semana en Basilea (Suiza) revela los temores que existen en el mundo financiero por la amenaza de una nueva crisis financiera mundial, que -esta vez- podría tener consecuencias para la economía internacional.
Alarmado por el actual cuadro de situación, el Banco Internacional de Pagos (BIP) convocó a una conferencia sin precedentes que comenzó ayer por la mañana en Basilea y concluirá hoy. Los resultados de ese cónclave recién se conocerán el lunes por la mañana durante la conferencia de prensa del presidente del Banco Central Europeo (BCE), Jean-Claude Trichet, que actuará como vocero de la reunión.
Desde el sábado se respira una atmósfera cargada de electricidad en Basilea, que contrasta con su reputación -justificada- de ser la ciudad más monótona de Suiza.
En su sede de Centralbahnplatz N° 2, el BIP reunió a los presidentes de los bancos centrales más importantes del mundo (el G-10) y, en forma inhabitual, convocó a la crema de las finanzas internacionales: Goldman Sachs, Citigroup, JPMorgan Chase, Morgan Stanley, BlackRock y Wells Fargo por Estados Unidos, el alemán Deutsche Bank, los franceses BNP Paribas y Société Générale, en algo-asiático HSBC, UniCredito (Italia) y los españoles Santander y BBVA.
Del cónclave también participa Mario Draghi, gobernador de la Banca de Italia y presidente del Consejo de Estabilidad Financiera, que se ocupa de temas de regulación y supervisión por mandato del G-20.
El llamado "banco central de los bancos centrales" -que tuvo una decisiva participación en la tormenta financiera de 2007-2008- convocó a esa conferencia de 48 horas a puertas cerradas alarmado por los "riesgos excesivos" que están tomando los bancos, el recurso a los "métodos agresivos que prevalecían antes de la crisis" y la aparición de "nuevas burbujas especulativas".
En otras palabras, el BIP teme el estallido de una crisis sistémica, provocada por cuatro fenómenos paralelos:
*La disimulación contable de los viejos activos tóxicos que aún poseen los bancos, y que nadie conoce con claridad.
*La aparición de nuevos productivos derivados de "muy alto riesgo".
*La usura que practican las instituciones financieras usando las líneas de crédito que distribuyen los bancos centrales a casi cero por ciento de interés para acordar créditos a tasas elevadas.
*La fiebre especulativa que agita a los bancos (en los mercados financieros, de derivados y de materias primas).
"El mundo de las finanzas se ha vuelto una verdadera ruleta", comentó el expremio Nobel de economía, Joseph Stiglitz, en un coloquio realizado el viernes en París.
La gravedad de la situación fue confirmada en términos dramáticos por Simón Johnson, exjefe economista del Fondo Monetario Internacional (FMI), cuando dijo: "Están dadas todas las condiciones para una nueva catástrofe económica mundial". El problema reside, sobre todo, en que "ahora tenemos un sistema financiero que reposa sobre la creencia de que el Estado intervendrá indefinidamente para evitar el derrumbe de los bancos en dificultades, como ocurrió en 2008", explicó.
El primer ministro francés François Fillon, por su parte, advirtió sobre el riesgo que presenta la "subsistencia de burbujas" especulativas.
En ese contexto crítico, algunos miembros de la FED comenzaron a evocar la posibilidad de aumentar la tasa de referencia. El BIP, por su lado, prevé aumentar las normas prudenciales, el ratio que debe existir entre fondos propios y volumen de créditos. Pero, sobre todo, está tentado de imponer alguna forma de regulación global para que actúe como árbitro y saque tarjeta amarilla cuando advierte que los "métodos agresivos" de un jugador pueden poner en peligro el sistema.
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