lunes, 8 de marzo de 2010

LA COLUMNA DE LEONARDO BOFF (viernes 5) con el COMENTARIO de JORGE ANICETO MOLINARI

LA SOCIEDAD
MUNDIAL DE LA CEGUERA

Escribe
LEONARDO BOFF
(*)

Publicado
Viernes 5 de marzo 2010
http://servicioskoinonia.org/boff/

El poeta Affonso Romano de Sant'Ana y el premio Nobel de literatura, el portugués José Saramago hicieron de la ceguera tema para críticas severas a la sociedad actual, asentada sobre una visión reduccionista de la realidad. Mostraron que hay muchos videntes presumidos que son ciegos y unos pocos ciegos que son videntes.

Hoy se difunde pomposamente que vivimos en la sociedad del conocimiento, una especie de nueva era de las luces. Efectivamente así es. Conocemos cada vez más sobre cada vez menos. El conocimiento especializado ha colonizado todas las áreas del saber. El saber reunido en un año es mayor que todo el saber acumulado en los últimos 40 mil años. Si por una parte esto trae innegables beneficios, por otra, nos hace ignorantes de infinidad de dimensiones, colocándonos escamas sobre los ojos e impidiéndonos así ver la totalidad.

Lo que está en juego hoy es la totalidad del destino humano y el futuro de la biosfera. Objetivamente estamos pavimentando un camino que nos puede conducir al abismo. ¿Por qué este hecho brutal no está siendo visto por la mayoría de los especialistas, ni de los jefes de Estado, ni de los grandes medios de comunicación que pretenden proyectar los posibles escenarios del futuro? Simplemente porque en su mayoría, se encuentran enclaustrados en sus saberes específicos, dentro de los cuales son muy competentes, pero que, por eso mismo, se vuelven ciegos para los acuciantes problemas globales.

¿Cuáles de los grandes centros de análisis mundial de los años 60 previeron el cambio climático de los años 90? ¿Qué analistas económicos con premio Nobel antevieron la crisis económico-financiera que ha devastado los países más desarrollados en 2008? Todos eran eminentes especialistas en su campo limitado, pero idiotizados en las cuestiones fundamentales. Generalmente es así: sólo vemos lo que entendemos. Como los especialistas entienden apenas una mínima parte de lo que estudian, acaban viendo apenas esa mínima parte, quedando ciegos para el todo. Cambiar este tipo de saber cartesiano desmontaría hábitos científicos consagrados y toda una visión de mundo.

Es ilusoria la independencia de los territorios de la física, de la química, de la biología, de la mecánica cuántica y de cualquier otro. Todos los territorios y sus saberes son interdependientes, una función del todo. De esta percepción nació la ciencia del sistema Tierra. De ella se derivó la teoría Gaia que no es un tema de la New Age sino el resultado de una minuciosa observación científica. Ella ofrece la base para políticas globales de control del calentamiento de la Tierra que, para sobrevivir, tiende a reducir la biosfera e incluso el número de los organismos vivos, no excluidos los seres humanos.

Fue emblemática la COP-15 de Copenhague sobre el cambio climático. Como en nuestra cultura la mayoría es rehén del hábito de la atomización de los saberes, lo que predominó en los discursos de los jefes de estado fueron los intereses parciales: tasas de carbono, niveles de calentamiento, cotas de inversión y otros datos parciales. La cuestión central era otra: ¿qué destino queremos para la totalidad que es nuestra Casa Común? ¿Qué podemos hacer colectivamente para garantizar las condiciones necesarias para que Gaia siga siendo habitable por nosotros y por otros seres vivos?

Estos son problemas globales que trascienden nuestro paradigma de conocimiento especializado. La vida no cabe en una fórmula, ni el cuidado en una ecuación de cálculo. Para captar ese todo se necesita una lectura sistémica unida a la razón cordial y compasiva, pues esta razón es la que nos mueve a la acción.

Tenemos que desarrollar urgentemente la capacidad de sumar, de interactuar, de religar, de repensar, de rehacer lo que ha sido deshecho y de innovar. Este desafío se dirige a todos los especialistas para que se convenzan de que la parte sin el todo no es parte. De la articulación de todos estos pedazos de saber rediseñaremos el panel global de la realidad a ser comprendida, amada y cuidada. Esa totalidad es el contenido principal de la conciencia planetaria, ésta sí, la era de la luz mayor que nos libera de la ceguera que nos aflige.
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(*)Leonardo Boff es un teólogo, filósofo y escritor nacido en Concordia, Estado de Santa Catarina, Brasil Es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino. En 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el ya cardenal Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) le silenció por un año por su libro La Iglesia, Carisma y Poder, que estaba en contra de la Doctrina de la Iglesia Católica. Ha trabajado como profesor en los campos de teología, ética y filosofía en Brasil, además de dar conferencias en muchas universidades en el extranjero, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Ha escrito más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood
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COMENTANDO LA NOTA
de LEONARDO BOFF:

Escribe
JORGE ANICETO
MOLINARI (*)

Ante materiales como el de la nota de esta semana, (La Sociedad de la ceguera) pensamos que esta plenamente justificada nuestra persistencia, en la publicación en el Blog, de los muy interesantes notas de Leonardo Boff, porque es indudable que sus artículos siempre dan para pensar.

En el acuerdo o en el disenso.-

En este caso recurrimos de memoria al Ing. Juan Grompone cuando afirma que nunca hubo en la historia humana tanta gente, estudiando, pensando, escribiendo, analizando. Acá en el Uruguay el plan Ceibal puso en manos de cada uno de los escolares una computadora portátil, con las cuales son capaces de hacer maravillas.-

Entonces como explicamos este análisis de Boff.- Nosotros partimos de que el modo de producción condiciona el desarrollo del conocimiento.

La inmensa capacidad acumulada y en desarrollo está siendo contenida por un modo de producción que está llegando al limite de sus posibilidades. Esto está en la base de la crisis actual del sistema.

Boff pone en el horizonte personal la solución del problema, lo cual para nosotros es un error.

La contradicción de limitar el pensamiento colectivo, a lo ético, lo moral, no afectando el modo de producción, llega a un callejón sin salida

El horizonte personal es válido si nos ayuda a concentrar y aunar esfuerzos que incidan para una salida en beneficio de la humanidad.-

Las chacras individuales son importantes, pero su valor solo se puede potenciar en el ámbito colectivo.

La que está en crisis no es el individuo, sino el modo de producción.-

Boff entra en la trampa dialéctica, de que si no se cambia todo no se cambia nada.- En la historia siempre hubo transición entre un sistema y otro.

Lo que no se entiende hoy por la deformación stalinista que la izquierda ha sufrido, que esta transición camina por las instancias de la democratización de la economía. Que hemos resumido en dos llaves: la moneda y el sistema impositivo gravando la circulación del dinero sobre la base de la regulación de toda la actividad económica y con la sentencia a muerte de los paraísos fiscales.

Nada de esto será posible sin unir a lo mejor del mundo, en todos los planos, sociales, políticos, religiosos, etc.etc.- Es un cambio tan grande lo que significan estas reformas que no es ni nada más ni nada menos que el inicio de una nueva revolución.-
MONTEVIDEO, (URUGUAY) 6 DE MARZO DE 2010.
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(*) JORGE ANICETO MOLINARI: Militante sindical y político desde épocas estudiantiles (en Paysandú) Dirigente y militante gremial en AEBU, CNT. Participó en la fundación del Frente Amplio. Actual miembro titular en el Consejo Honorario de Caja Bancaria (por Jubilados y Pensionistas) Consecuente estudioso del camino que abriera Carlos Marx y empecinado en creer que un mundo mejor es posible. Partidario de la moneda unica universal y del impuesto a las transacciones financieras, militante de ATTAC.-

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