martes, 9 de marzo de 2010

LA COLUMNA DE LEONARDO BOFF

Ex profeso hemos elegido, de su archivo, algo que el autor escribió hace cinco años ¿El presente se ajusta a lo previsto?

¿TIENE ARREGLO
EL SER HUMANO?


Escribe
LEONARDO
BOFF (*)

Publicado el
21 de enero de 2005
http://servicioskoinonia.org/boff/

El cataclismo del sudeste asiático suscita en muchas personas los fantasmas del fin del mundo o por lo menos del posible fin de la especie humana. Y con razón, pues no son fantasmas sino señales perturbadoras. El premio Nóbel de Biología 1974, Christian de Duve en su fascinante libro Polvo Vital, origen y evolución de la vida en la Tierra (Grupo Editorial, Buenos Aires 1995 y Norma, Bogotá 1999), afirma que en la actualidad «la evolución biológica marcha aceleradamente hacia una grave inestabilidad.

En cierta forma, nuestro tiempo recuerda a una de aquellas importantes rupturas en la evolución, marcadas por extinciones masivas». La causa de esta inestabilidad proviene de un asteroide terrible: la especie humana. Desde que surgió como homo habilis hace más de dos millones de años viene desequilibrando su relación con la naturaleza. Hasta hace cuarenta mil años los daños ecológicos eran insignificantes, pero a partir de esta fecha comenzó el asalto sistemático a la biosfera, al haber desarrollado instrumentos capaces de dominar la naturaleza.

En pocos miles de años, los cazadores acabaron con los mamuts, los perezosos gigantes y otros mamíferos prehistóricos. En los días actuales, este proceso se ha agravado hasta el punto de que anualmente se ven abocados a la extinción millares de seres vivos por causa de la acción humana. Existe una tasa de extinción de fondo considerada normal, que es de cerca de doscientas especies por año. E.O.Wilson, el gran nombre de la biodiversidad, estima el número de las especies entre diez y cien millones, aunque las catalogadas lleguen sólo a 1.4 millones.

De éstas, desaparece una cada 13 minutos, debido a la agresión sistemática de nuestro estilo de vida depredador y consumista. El científico Norman Myers calculó que en los últimos 35 años solamente en Brasil se están extinguiendo cuatro especies por día. Hace ya 2 millones de años que estamos dentro de la Edad del Hielo. La actual fase interglacial caliente comenzó hace 18 mil años y prosigue. Según los patrones del pasado, deberíamos ingresar en un nuevo periodo de enfriamiento.

Sin embargo, nuestra especie ha alterado la naturaleza de la atmófera y dos gases importantes están produciendo desequilibrios: el ozono y el dióxido de carbono. Éste que realiza la fotosíntesis de las plantas y libera oxígeno para la atmósfera se ha elevado excesivamente debido a las industrias y a las quemas. Produce el calentamiento global, el efecto invernadero, los deshielos y los huracanes. Si en los próximos decenios la temperatura aumentase 10 grados, los océanos se elevarían 73 metros y ocurriría una catástrofe inaudita. El otro es el ozono. Los agujeros de su capa dejan de bloquear la radiación ultravioleta que produce cáncer de piel, afecta el código genético y extingue especies.

A estos problemas hay que añadir la carencia de agua potable y la superpoblación de la especie humana que ha ocupado ya el 83% del planeta saqueándolo. ¿Podremos los seres humanos vivir juntos en una única Casa Común? No somos seres pacíficos, sino extremamente agresivos, faltos de cooperación y de cuidado. El astrónomo real Martin Rees, de Inglaterra, en su reciente libro Nuestra hora final (Drakontos, Madrid 2004) estima que, si todo sigue como hasta hora, podríamos liquidarnos en este siglo.
Catástrofes como la del sudeste asiático nos hacen pensar y nos estimulan a tener otro comportamiento, de más cuidado y responsabilidad. Si no encontramos una solución colectiva y racional, la selección natural lo hará irracionalmente contra nosotros. Es la lección que nos ofrece la historia de la vida.
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(*)Leonardo Boff es un teólogo, filósofo y escritor nacido en Concordia, Estado de Santa Catarina, Brasil Es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación, junto con Gustavo Gutiérrez Merino. En 1985, la Congregación para la Doctrina de la Fe, dirigida por el ya cardenal Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) le silenció por un año por su libro La Iglesia, Carisma y Poder, que estaba en contra de la Doctrina de la Iglesia Católica. Ha trabajado como profesor en los campos de teología, ética y filosofía en Brasil, además de dar conferencias en muchas universidades en el extranjero, como Heidelberg, Harvard, Salamanca, Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Ha escrito más de 100 libros, traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio Right Livelihood

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