martes, 18 de mayo de 2010

"NOS SALVAMOS DE ESTA...PARA PODER CAER EN LA SIGUIENTE..."

LA ECUACIÓN
DEL COPROLITO

FUENTE: Diario vasco.com
15 de mayo de 2010

Escribe
ANDRES
MONTERO GÓMEZ
PRESIDENTE DE LA
SOCIEDAD ESPAÑOLA
DE PSICOLOGÍA DE LA VIOLENCIA

«Todo lo que estamos haciendo es el parche mal puesto que asegura el retorno de una nueva crisis. Nos salvamos de ésta sólo para que estemos en condiciones de caer en la siguiente. Verán cómo esto lo arreglamos entre todos... los de siempre»

Como lingüista, Noam Chomsky tuvo el mérito de hacernos entender que, por encima de las diferencias en su estructura superficial, todos los idiomas comparten una arquitectura profunda común. Es decir, que los idiomas no son más que maneras distintas de canalizar la facultad del lenguaje que, a su vez, está articulada por modos similares de entender y representar el mundo. O sea, que el euskera y el castellano son, en esencia, sonidos distintos en la superficie para describir esencias iguales en el fondo.
Otro personaje alejado de Chomsky en el espacio y en el tiempo, el filósofo estoico y emperador romano Marco Aurelio, nos advirtió de que, por encima de adornos racionales, la manera más segura y eficaz de entender un fenómeno era recurriendo a sus componentes esenciales, a sus principios constituyentes, a la simplicidad. En matemáticas se dice de una ecuación que es elegante cuando explica el máximo utilizando las mínimas operaciones e ingredientes. El máximo del mínimo.
.
En ciencia existe un principio, que unos denominan la navaja de Occam y otros la parsimonia, en función del cual entre varias alternativas explicativas para algo que ocurre, la mejor por eficiente y operativa será siempre la más sencilla. La crisis financiera puede ser explicada con numerosos argumentos y desde variados enfoques. Por ejemplo, los sindicatos españoles pueden opinar que es relativamente injusto recortar derechos sociales y de trabajadores para apuntalar el plan anticrisis del presidente Zapatero.
.
No muy lejos, los ciudadanos de EE UU que contemplan cómo las autoridades ejecutan un desalojo para expulsarlos de su vivienda, en función del impago de una hipoteca que les reclama un banco que no se ha hundido por la inyección de dinero público (o sea, también de ese ciudadano), hipoteca que no puede afrontar porque ha sido despedido por el plan de austeridad de su empresa de toda la vida, plan de austeridad que esa empresa no ha tenido más remedio que implantar para financiar su gasto corriente.
.
Debido a que el banco que acaba de echar a su ex empleado de su casa no le concede un crédito a esos ciudadanos, como digo, pueden opinar que es relativamente injusto abandonar su casa de toda la vida, después de limpiarla para dejarla en estado de revista para la subasta, eso sí, debido a un 'crash' que ellos entienden que ha sido ocasionado por los mismos que ahora están recogiendo beneficios sobre las pérdidas.
.
Es complejo llegar a la explicación más sencilla. Por lo menos es difícil asimilar, aunque más fácil entender, que estados como España, Grecia o Portugal. Esos ahora llamados PIGS, como el yacimiento de los jamones de pata negra, tengan que defender sus sistemas de constantes ataques especulativos provenientes del mismo sistema financiero que diseñó los productos súper estructurados de ingeniería cuántica que ocultaban millones de porciones de finanzas huecas.
.
Ataques azuzados además por valoraciones o calificaciones de deudas públicas realizadas y publicadas por las agencias de 'ratings' que desde hace años nos informan sobre la salud de los agentes y productos financieros, agencias sobre las que no es inocente preguntarse cómo es que ahora se expresan con rotundidad asegurando que las deudas griega, española o portuguesa son basura mientras a nadie (del común, por lo menos) advirtieron sobre la inmensa defecación que recorría las alcantarillas de las sucesivas y yuxtapuestas burbujas financieras que eran etiquetadas con la triple A de lo bueno y bonito.
.
La única manera de entender que todavía no hayan desaparecido los paraísos fiscales del mapa es pensar que los países que tienen que decidir su extinción son quienes más se benefician de ellos. La manera más elegante, parsimoniosa y simple de comprender la naturaleza de una crisis financiera en la que los más perjudicados son quienes más beneficiados deberían haber salido, mientras los más beneficiados son quienes más tiritando deberían de estar, es teorizando que quienes la provocaron ya conocían de antemano cuál era la ganancia esperada al final del túnel, con luz para unos y hollín para otros.
.
Con la crisis ha profilerado el comportamiento de fondos especulativos y esos que denominan fondos buitre (culture Fonds), especializados en invertir en la debilidad para esperar la agonía y alimentarse de la carroña. Si Marco Aurelio mantuviera la mente operativa nos diría que todo cuanto estamos haciendo no es más que el parche mal puesto que asegura el retorno de una nueva crisis, que golpeará otra vez a ese funcionario al que ya le han congelado el sueldo por enésima vez, a esa pequeña empresa sin crédito, a ese hipotecado con contrato sin futuro o a esa clase media cuyos impuestos desembocan en el esmerado estuario de engorde de los Bonds de los gestores de fondos buitre.
.
Todo esto ocurre, nos diría la elegancia de una ecuación matemática, porque dos y dos siempre son cuatro, y si vendemos un paquete de excrementos envuelto en seda y lo pagamos como seda, al final estaremos comprando caca por el precio de la seda, con lo que aumentaremos artificialmente el precio global del coprolito, creando una burbuja de concreto fecal que cuando estalle no expulsará seda, sino detritus.
.
La ventaja siempre la tendrá quien la ha vendido y el buitre siempre sobrevolará a quien la ha comprado. Es más, por el mecanismo de participaciones recíprocas de sociedades mercantiles, fondos de inversión y demás, es muy probable que el buitre comparta una significativa porción de ADN con el diseñador de los excrementos de seda. Nos hemos salvado de ésta sólo para que estemos en condiciones de caer en la siguiente. Ya verán como esto lo arreglamos entre todos. Los de siempre.

No hay comentarios: