
Diario "PAGINA 12"
Buenos Aires 21 junio 2010
FRAY BENTOS,
DESPUES DEL
LEVANTAMIENTO
Mates y rutina en la otra orilla
Por Nicolás Lantos
Desde Fray Bentos
En las primeras 24 horas de liberado el paso, unos 900 autos cruzaron el puente hacia Uruguay y otros 300 hacia Argentina. Los vecinos de Fray Bentos no esperan muchos cambios y dicen que la pastera sólo ofreció trabajo durante la construcción de la planta.
Desde el Puente Internacional San Martín, la planta de UPM (ex Botnia) parece un gigante que fuma recostado sobre la orilla del río Uruguay. Sólo un día después de que se levantara el corte que interrumpió el paso internacional entre Gualegaychú y Fray Bentos durante tres años y siete meses, en protesta por la instalación de esa pastera, el tráfico ya es el habitual y en el paso fronterizo se acumulan los autos que van o vienen: según las autoridades, en las primeras 24 horas unos 900 autos cruzaron hacia Uruguay y otros 300, hacia Argentina. En la pequeña ciudad uruguaya, de poco más 20 mil habitantes, la rutina no parece haber cambiado, o al menos eso comentan de forma unánime los vecinos. “Es un domingo igual que el domingo pasado. Y el domingo que viene va a ser igual”, reflexiona una mujer de unos cincuenta años que, junto a otras cuatro, toma sol y unos mates en la puerta de su casa.
Por Nicolás Lantos
Desde Fray Bentos
En las primeras 24 horas de liberado el paso, unos 900 autos cruzaron el puente hacia Uruguay y otros 300 hacia Argentina. Los vecinos de Fray Bentos no esperan muchos cambios y dicen que la pastera sólo ofreció trabajo durante la construcción de la planta.
Desde el Puente Internacional San Martín, la planta de UPM (ex Botnia) parece un gigante que fuma recostado sobre la orilla del río Uruguay. Sólo un día después de que se levantara el corte que interrumpió el paso internacional entre Gualegaychú y Fray Bentos durante tres años y siete meses, en protesta por la instalación de esa pastera, el tráfico ya es el habitual y en el paso fronterizo se acumulan los autos que van o vienen: según las autoridades, en las primeras 24 horas unos 900 autos cruzaron hacia Uruguay y otros 300, hacia Argentina. En la pequeña ciudad uruguaya, de poco más 20 mil habitantes, la rutina no parece haber cambiado, o al menos eso comentan de forma unánime los vecinos. “Es un domingo igual que el domingo pasado. Y el domingo que viene va a ser igual”, reflexiona una mujer de unos cincuenta años que, junto a otras cuatro, toma sol y unos mates en la puerta de su casa.
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Es el barrio Anglo, una tranquila zona residencial a medio kilómetro del centro de Fray Bentos, así bautizada por uno de los grandes frigoríficos ingleses que tenía su central aquí, y que también le da nombre a un club y varios comercios. “Nos decían ‘la cocina del mundo’”, comenta, orgulloso, el encargado de una estación de servicio a la que el corte benefició: el combustible es bastante más barato en Gualeguaychú, por lo que, antes del conflicto, muchos cruzaban al otro lado para llenar el tanque. “De acá salía casi toda la comida para los soldados ingleses en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial. Claro que salían 18 o 20 buques por mes y llegaban 4. Al resto los torpedeaban.”
Es el barrio Anglo, una tranquila zona residencial a medio kilómetro del centro de Fray Bentos, así bautizada por uno de los grandes frigoríficos ingleses que tenía su central aquí, y que también le da nombre a un club y varios comercios. “Nos decían ‘la cocina del mundo’”, comenta, orgulloso, el encargado de una estación de servicio a la que el corte benefició: el combustible es bastante más barato en Gualeguaychú, por lo que, antes del conflicto, muchos cruzaban al otro lado para llenar el tanque. “De acá salía casi toda la comida para los soldados ingleses en la Primera y en la Segunda Guerra Mundial. Claro que salían 18 o 20 buques por mes y llegaban 4. Al resto los torpedeaban.”
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(...)Ciudad espejo, aunque más pequeña, de Gualeguaychú, Fray Bentos fue fundada por un entrerriano como puerto complementario del argentino, ya que el Uruguay es menos profundo en su costa Oeste. El corte no cambió la rutina, pero Botnia sí. Durante el tiempo que duró su construcción, hubo buen trabajo y bien pago. Ahora sólo emplean ahí trabajadores calificados (muchos islandeses, que conforman una nueva colectividad en Fray Bentos, aunque también hay uruguayos). “Todos sabían que, si no aprovechaban eso para juntar un dinero, después no se podían quejar”, contó otra vecina. Uno de los funcionarios de aduana que durante casi cuatro años hizo guardia ante un puente desierto detalla: “Yo fui albañil en la obra de la bomba que toma el agua del río, un edifico enorme. Me pagaron más de lo que gano en dos años, y fueron siete meses”.
(...)Ciudad espejo, aunque más pequeña, de Gualeguaychú, Fray Bentos fue fundada por un entrerriano como puerto complementario del argentino, ya que el Uruguay es menos profundo en su costa Oeste. El corte no cambió la rutina, pero Botnia sí. Durante el tiempo que duró su construcción, hubo buen trabajo y bien pago. Ahora sólo emplean ahí trabajadores calificados (muchos islandeses, que conforman una nueva colectividad en Fray Bentos, aunque también hay uruguayos). “Todos sabían que, si no aprovechaban eso para juntar un dinero, después no se podían quejar”, contó otra vecina. Uno de los funcionarios de aduana que durante casi cuatro años hizo guardia ante un puente desierto detalla: “Yo fui albañil en la obra de la bomba que toma el agua del río, un edifico enorme. Me pagaron más de lo que gano en dos años, y fueron siete meses”.
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Desde la ruta se ve la entrada a la planta: aunque es domingo a la tarde, en menos de dos minutos entran siete camiones con dos acoplados repletos de troncos de eucaliptus. Cae el sol y adentro se encienden las luces: ahora parece un parque de diversiones silencioso. Por el Puente Internacional San Martín, los autos van y vienen entre los dos países pero se frenan contra un costado de la ruta para bajar y sacarse una foto con la pastera iluminada como fondo, un paisaje que hasta anteayer nadie había podido contemplar desde ese privilegiado mirador.
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Diario LA NACION
Desde la ruta se ve la entrada a la planta: aunque es domingo a la tarde, en menos de dos minutos entran siete camiones con dos acoplados repletos de troncos de eucaliptus. Cae el sol y adentro se encienden las luces: ahora parece un parque de diversiones silencioso. Por el Puente Internacional San Martín, los autos van y vienen entre los dos países pero se frenan contra un costado de la ruta para bajar y sacarse una foto con la pastera iluminada como fondo, un paisaje que hasta anteayer nadie había podido contemplar desde ese privilegiado mirador.
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Diario LA NACION
Buenos Aires - ARGENTINA
21 junio 2010
MUY POCOS URUGUAYOS
SE ANIMAN A CRUZAR
TEMOR A REPRESALIAS
TEMOR A REPRESALIAS
DE ASAMBLEISTAS
Jaime Rosemberg
Enviado especial
Ya no están la barrera ni las enormes bobinas con consignas contra Botnia que cruzaban de lado a lado el kilómetro 28 de la ruta internacional 136. Pero los uruguayos de aquí y de allá se resisten a cruzar el puente General San Martín, cuyo acceso estuvo cortado durante tres años y medio por los asambleístas que anteayer iniciaron una tregua "atenta y vigilante" en el paraje de Arroyo Verde, que se extenderá hasta el 19 de agosto.
Enviado especial
Ya no están la barrera ni las enormes bobinas con consignas contra Botnia que cruzaban de lado a lado el kilómetro 28 de la ruta internacional 136. Pero los uruguayos de aquí y de allá se resisten a cruzar el puente General San Martín, cuyo acceso estuvo cortado durante tres años y medio por los asambleístas que anteayer iniciaron una tregua "atenta y vigilante" en el paraje de Arroyo Verde, que se extenderá hasta el 19 de agosto.
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"Hay que esperar que la cosa se calme. No sé; hubo muchos agravios desde allá y no queremos pasar un mal momento", dijo Carlos Gilardoni, dueño del bar El Paragua, de Fray Bentos.
Gilardoni, que tiene amigos en Gualeguaychú a los que no ve desde que empezó el conflicto, contó que probablemente venga a esta ciudad
"dentro de tres o cuatro días".
"Hay que esperar que la cosa se calme. No sé; hubo muchos agravios desde allá y no queremos pasar un mal momento", dijo Carlos Gilardoni, dueño del bar El Paragua, de Fray Bentos.
Gilardoni, que tiene amigos en Gualeguaychú a los que no ve desde que empezó el conflicto, contó que probablemente venga a esta ciudad

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(.....)Los uruguayos que viven en Gualeguaychú entienden los temores de sus compatriotas. "Hay que tratar de que nadie reciba una agresión. Si no, esto no se termina más", afirma a LA NACION, mate en mano, Héctor Sartori. Dueño de un taller de pintura y con esposa e hijos argentinos, Sartori confía en que el levantamiento del corte "ayude a terminar con las discusiones inútiles".
(.....)Los uruguayos que viven en Gualeguaychú entienden los temores de sus compatriotas. "Hay que tratar de que nadie reciba una agresión. Si no, esto no se termina más", afirma a LA NACION, mate en mano, Héctor Sartori. Dueño de un taller de pintura y con esposa e hijos argentinos, Sartori confía en que el levantamiento del corte "ayude a terminar con las discusiones inútiles".
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Su amigo y compatriota, Sergio Llambí, cree que el corte de ruta dificultaba las relaciones entre ambas ciudades, a pesar de que estuvo anteayer en Arroyo Verde con las dos banderas en la mano. "Las pocas veces que nos juntábamos con amigos allá en Uruguay se discutía sólo sobre el corte. Era una guerra de hinchadas favorecida por los gobiernos, que esperemos se termine", afirma Llambí, en la puerta de su negocio de comidas. Al igual que Sartori, cree que al comienzo no habrá mucho paso de uruguayos hacia esta ciudad.
Su amigo y compatriota, Sergio Llambí, cree que el corte de ruta dificultaba las relaciones entre ambas ciudades, a pesar de que estuvo anteayer en Arroyo Verde con las dos banderas en la mano. "Las pocas veces que nos juntábamos con amigos allá en Uruguay se discutía sólo sobre el corte. Era una guerra de hinchadas favorecida por los gobiernos, que esperemos se termine", afirma Llambí, en la puerta de su negocio de comidas. Al igual que Sartori, cree que al comienzo no habrá mucho paso de uruguayos hacia esta ciudad.
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(....)"Hola, hijo, pasá, que te preparé las milanesas", dice Sarita de Iturburúa en la p
uerta de su casa, en la pequeña ciudad uruguaya de Nueva Palmira. "Gracias, mamá", le contesta su hijo Jorge, y le da el regalo que le tenía preparado: un ramo de flores comprado en Gualeguaychú para su cumpleaños número 80, que su madre debió festejar sola el martes último.
(....)"Hola, hijo, pasá, que te preparé las milanesas", dice Sarita de Iturburúa en la p

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La reapertura del puente general San Martín que une a Entre Ríos con el departamento de Río Negro, en Uruguay, trajo consigo incertidumbre, pero también reencuentros y buenas noticias a ambas orillas del río. Una de ellas es la posibilidad que tuvo Jorge Iturburúa, dueño de un taller de tapicería y muebles en la ciudad de los carnavales, de viajar junto a su mujer y sus dos hijos, a visitar a su madre sin tener que dar rodeos interminables para cruzar la frontera común. Una constante durante los tres años y media de corte de ruta."Fue fantástico; llegué después de hacer los 150 kilómetros en dos horas. Era un disparate hacer 400 kilómetros de más para llegar hasta acá", dice Jorge,
La reapertura del puente general San Martín que une a Entre Ríos con el departamento de Río Negro, en Uruguay, trajo consigo incertidumbre, pero también reencuentros y buenas noticias a ambas orillas del río. Una de ellas es la posibilidad que tuvo Jorge Iturburúa, dueño de un taller de tapicería y muebles en la ciudad de los carnavales, de viajar junto a su mujer y sus dos hijos, a visitar a su madre sin tener que dar rodeos interminables para cruzar la frontera común. Una constante durante los tres años y media de corte de ruta."Fue fantástico; llegué después de hacer los 150 kilómetros en dos horas. Era un disparate hacer 400 kilómetros de más para llegar hasta acá", dice Jorge,
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