7 - VEJEZ, COSTUMBRE QUE TIENE LA GENTE

AMOR A
LA JUVENTUD
Y A LA NIÑEZ
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Escribe
GONZALO

CANAL RAMIREZ (*)
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No se asuste por “la pugna de las generaciones”. Es natural. En la fila de la vida los de atrás quieren avanzar y los e adelante les impiden, como en las colas de los cinematógrafos. Necesitan desplazar para emplazarse, desubicarse para ubicarse. Entre edad y edad hay una “tierra de nadie”. No es un abismo. Y, si lo fuere, a nosotros nos corresponde terraplenarlo o tender el puente. No tome la agresividad entre generaciones como un reto, sumérjase en la corriente de la vida y no dé codazos. Hay campo para todos. Ellos, los de atrás, nos necesitan y nosotros los necesitamos. Sus intereses y los nuestros no son siempre los mismos, pero no tienen porque ser conflictivos. A usted los conflictos le dañan más. Es suficiente con no dejarse marginar.

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La figura del abuelo para contar cuentos y refunfuñar y de la abuela para zurcir calcetines y cantar canciones de cuna han desaparecidos. Por otra parte, usted necesita de los jóvenes para rejuvenecerse. Se ha demostrado como la profesión donde se envejece menos es la del profesor o institutor, por su contacto con jóvenes y adolescentes. Trátelos, mézclese con ellos, obsérvelos, óigalos, interprételos. En el proceso de compensaciones, tan visible en las diversas edades del hombre, los jóvenes no son siempre los más favorecidos. Ponga las ventajas de usted, sabiduría y experiencia, al servicio de ellos. La juventud atraviesa uno de los momentos más difíciles de su trayectoria a través de los siglos; en los últimos cincuenta años de ciencia y técnica han sucedido más cambios en el mundo que en el resto de su historia.
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Estos cambios están produciendo un tipo de sociedad nueva sin que sus miembros individualmente hayan cambiado lo suficiente para adecuarse. La juventud, por haber nacido en ese acontecer de cambios sorprendentes, ha variado más que nosotros y nos ven muy lejos, porque hay muchos senescentes sin cambiar aun. Siguen estos viviendo su época, y esta es ya otra época. Recuerde, adáptese, no se anquilose. Use los “suiches”. Conéctese. Los jóvenes le ayudarán, le rejuvenecerán. No son tan tontos como usted piensa. El hecho de la mayor adaptabilidad de la juventud a la actualidad no significa la adecuación todavía. Una etapa se derrumbó y la otra no se ha terminado de construir.

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No tenga envidia del “Dios joven”. Norteamérica ha hecho el lanzamiento de esa imagen e la divinización de la juventud, por tantas razones, una, por la extraordinaria dinámica de su sociedad económica, a ritmo de computador. Sin embargo, esa juventud es angustiada. No tiene tiempo para nada. He conocido personalmente dos norteamericanos muy importantes en el mundo de la producción y como hombres: Hillard Nevin, gran gestor de los anestésicos, con laboratorios en casi todo el mundo, y Alfred Rossotti, empresario de artes gráficas, con una inmensa litografía en Brooklin. La pasión de Nevin era la cacería, pero no podía hacerlo sino una vez al año, y, para ganar tiempo tenía que alquilar un avión. Rossotti amaba el tiro al pichón. Era de origen veneciano. Su propósito del año era asistir a las competencias del Veneto en este deporte. Nunca tenía más de 5 días libres al año para hacerlo.

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Ahora hablemos de usted, lectora amigo, lector amigo. Su tercera edad es la edad de su liberación. Y medite en esto para ver cuanta dependencia tiene el niño, cuanta limitación el joven, cuantos compromisos y responsabilidades el hombre maduro. Usted está más allá de esas presiones, goza de un pináculo de serenidad y experiencia, desde donde puede ayudarles. Y ellos le ayudarán. La ley e la reciprocidad es una ley de la vida, aunque falle algunas veces. No siempre hay que aguardar la reciprocidad de nuestros beneficiados, a veces hay desconocidos que pagan la deuda. La justicia inmanente siempre está ahí.

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El viejo tiene la tendencia a creerse mejor que los jóvenes. En términos individuales, eso puede ser o no ser cierto aquí y allá en casos específicos. Pero generalmente no es cierto. Luciano Salce, hace 20 años, hizo una película con Catherine Spag. “La Voglia Matta” (deseo loco). Travesuras, peripecias de un grupo de jóvenes de ambos sexos que viven al impulso de una gran autenticidad y, sin quererlo, desenmascaran las tretas inmorales de un adulto maduro que a ellos los creía inmorales. El film dió mucho para hablar sobre la calificación moral de la juventud.

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Las conclusiones en Francia fueron similares a un foro televisado en Italia, por citar dos ejemplos. Y muy aleccionadoras para los viejos: los jóvenes de hoy estudian mas que sus padres estudiaron, tienen más aprecio de los valores artísticos, son menos convencionales y ostentosos, beben menos alcohol (aunque algunos usan más estupefacientes), practican el amor libre, acuden menos al amor de conveniencia, se casan más tarde, un buen número de ellos son más fieles. En una palabra, en promedio, la juventud de hoy es mejor.

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Con una gran falla sí: los grandes cambios (de los cuales nosotros somos mas responsables que ellos) borraron las líneas de demarcación y demolieron las normas. Los jóvenes andan en busca de algo mejor para reemplazar todo eso. No lo han encontrado. Ni ellos ni nosotros hemos hallado el sustituto, ni lo hemos creado. Por eso, aunque son mejores, sin normas y sin mitos son más tristes que nosotros. Están en búsqueda. Ahí está usted para ayudarlos. Ellos le ayudarán a vivir. No se desvincule. No los deje solos.
Estos temas continuarán...
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Nota al lector: La primera edición de este libro fue en Octubre de 1980. Hay aspectos en los que el tiempo no influye pero en algunos, casi 30 años importan...
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(*) Gonzalo Canal Ramírez, es un reconocido especialista en temas de la Tercera Edad. De origen colombiano, esta radicado en España. Estos textos son del libro “ENVEJECER NO ES DETERIORARSE” que ha merecido innumerables ediciones y traducciones desde 1980, año de su aparición en España.