martes, 23 de noviembre de 2010

MEDIO SIGLO DESPUES, LA SOCIEDAD CUBANA SE INTERROGA

REVOLUCIÓN O REFORMA EN CUBA

Escribe
ENRIQUE
UBIETA
(foto)
“CubaDebate”
23 NOVIEMBRE 2010

.
(CON UN COMENTARIO
de JORGE MOLINARI) (*)

CINCUENTA VECES CUBA.
Dentro de pocos meses la Revolución cubana cumplirá su primer medio siglo de haberse declarado socialista. Existía en el país una tradición revolucionaria que se remontaba a los orígenes de la nación: las necesidades vitales (económicas) de la población nacida en la colonia -de la esclava, por supuesto, de ascendencia africana o asiática, por momentos mayoritaria; pero también de la criolla, hija de peninsulares e isleños españoles–, solo podían ser satisfechas desde presupuestos éticos. Hasta que esas necesidades no cuajaron en moldes justicieros, no se fraguó el sentimiento independentista.


El primer acto en pos de la independencia, fue inevitablemente de justicia: la liberación de los esclavos. Una rara identidad de lo ético y de lo útil engendraba la Patria. José Martí hablaría dos décadas después de “la utilidad de la virtud”. Cuando le correspondió organizar la nueva guerra, no habló de nación -un concepto viciado por sus usos metropolitanos, y por reivindicaciones raciales–, sino de Patria, que era, decía, Humanidad. Y paradójicamente, no creó un Partido Independentista, sino uno que nombró, para siempre, Revolucionario.

Una importante cualidad animaba el pensamiento martiano, profundamente revolucionario: hombre culto, de fina sensibilidad y extraordinarios conocimientos científicos, Martí rechazó el materialismo vulgar, en el fondo idealista, del positivismo, al que se adherían muchos de sus coetáneos. Había en Martí un “loco” indomable, que rechazaba de forma casi instintiva el acatamiento pasivo de los “hechos” sociales: si algún antecedente tuvo la frase convertida en graffiti por una mano anónima en una calle parisina del 68 del siglo siguiente, esa que pedía que fuésemos realistas, e hiciéramos lo imposible, fue quizás el realismo político del decimonónico Martí.

En algún texto he propuesto una diferenciación conceptual entre el “deber ser” y el “poder ser” martiano; el primer concepto ignora la realidad en todas sus facetas -lo visible, lo fáctico, y lo posible, lo latente–, para aferrarse a un ideal no ratificado por la práctica, y ajustar artificialmente la realidad al modelo; el segundo, parte de la existencia de diferentes posibilidades latentes en la sociedad, todas reales, aunque no totalmente manifiestas, y de la certeza de que la realización de cualquiera de ellas puede y debe impulsarse de forma conciente. Los positivistas recolectaban datos, y en nombre de la ciencia, al decir de Martí y con verbo de su invención, “insecteaban por lo concreto”; en oposición, pedía un vuelo de cóndor, en el que participase la intuición como forma del saber. Los positivistas eran esencialmente reformistas, José Martí fue un revolucionario.

¿Y esto qué tiene que ver con el socialismo cubano? El hilo de Ariadna solo sirve para encontrar el pasado, jamás para hallar el futuro; el presente aún puede conducir a diferentes futuros. Decir, como alegan sus enemigos, que la Revolución se ha inventado una historia teleológica, es una mala treta. Salto por sobre simplificaciones y esquematismos manualescos, siempre presentes: la Revolución cubana cuenta con una sólida tradición histórica. Tanto es así, que algunos ideólogos de la contrarrevolución propusieron en los noventa la existencia de dos líneas matrices en paralelo (necesitados ellos de una): la moderna, capitalista, que transitaba por los diversos reformismos -en la Cuba decimonónica, el anexionismo y el autonomismo, y en la del siglo XX, un capitalismo dependiente que finalmente se adhería a posturas neo-anexionistas o neo-autonomistas–, y que partía de los primeros patricios blancos, en los que aún la justicia y el interés de clase no se fundían, y llegaba hasta los actuales empresarios cubano americanos, en los que ya nunca la una y los otros encontrarán espacio común; y por la otra, la que llamaron antimoderna, utópica -en un sentido despectivo–, por anticapitalista, en la que juntaron sin recato y con razón a Martí y a Fidel.
(CONTINUA- EL ENLACE AL FIN DE LA NOTA)
.
(*) COMENTARIO
De JORGE ANICETO MOLINARI
.

Desde Uruguay:

El 15 de setiembre comentamos el comunicado de la CTC de la manera que sigue: La historia vuelve a repetirse, como las crisis del sistema, pero cada episodio es superior al anterior.

Estamos ante la crisis más grande del sistema, El contador Danilo Astori(Vice Presidente de Uruguay) ahora la reconoce expresamente (seminario del Frente Liber Seregni) aunque a renglón seguido hace una disquisición sobre quienes la sufren y quienes no, ignorando que el propio desarrollo de China también está dentro de la crisis, como nuestras exportaciones actuales.-

En pleno desarrollo de la revolución rusa, construido el ejército rojo,
Leon Trotsky ante la parálisis de la producción pretendió militarizar el trabajo
e implantar el comunismo de guerra.
Lenin se opuso y comenzó su lucha por la NEP, política económica que suponía el restablecimiento de las relaciones del capitalismo normal en importantes sectores de la producción.- Protegiendo las conquistas de la revolución en salud, en educación, en vivienda, en derechos laborales.-

La crisis, el bloqueo, la inmadurez de la revolución hizo el resto, se impuso el stalinismo, y los revolucionarios del 17 fueron liquidados.
En el Uruguay,Don José Batlle y Ordoñez, analizando la contribución de Lenin al desarrollo de Rusia: decía (no es textual), han hecho una hazaña pero no se podrán saltear etapas en su vinculación con el mundo. Lo que no sabía era que Lenin eso lo tenía totalmente asumido.-

Carlos Quijano, fue quien más educó en este sentido (analizaba la NEP), recordemos sus intercambios con El Che.- La declaración de los trabajadores de Cuba tiene importantes limitaciones.
Falta un análisis político que guíe algo que está en la tapa del libro. La sociedad cubana no puede, como ninguna en el mundo subvencionar trabajo ineficiente. Pero el capitalismo en el mundo hoy necesita de cada vez menos gente trabajando.

¿Ahora por que el Estado en su orbita no puede crear trabajo eficiente?
Porque eso presupone crear un capitalismo de estado en competencia con el capitalismo mundial. Esto tan sencillo de escribir es el meollo del asunto.
Estoy escribiendo en una notebook, cuando tardaría cualquier Estado desprendido del capitalismo mundial en hacer notebooks.- Podría poner miles de ejemplos.-

El criminal bloqueo a Cuba, es para que la revolución se cocine en su propia salsa. Por eso la lucha hoy es sobre la base ética de la revolución poder dar la batalla en el plano universal.- Sentimos que es necesario desde Cuba llegar a todos los trabajadores del
mundo. Esta nueva organización del trabajo supone un sistema impositivo para solventar los gastos del Estado.

El neoliberalismo organizó este sistema impositivo sobre la base de impuestos al trabajo, al consumo, y a las maniobras con las diferentes monedas. En pleno desarrollo de la crisis cuando en los países desarrollados hay millones de desocupados, un planteo de moneda única universal y la creación de un sistema impositivo basado sobre la circulación del dinero son la base de dos reformas sustanciales para abrir una revolución en el modo de
producción.- El desafío para la CTC , no es solo hacer más eficiente el trabajo en Cuba, y responder por la situación de 500.000 trabajadores, es además la necesidad de dirigirse al mundo con un mensaje basado en la autoridad moral de Cuba.-
-
PARA ACCEDER A LA NOTA COMPLETA SOBRE CUBA,
hacer clic en este enlace:
http://www.cubadebate.cu/opinion/2010/11/23/a-cincuenta-anos-de-haberse-declarado-socialista-la-revolucion-cubanarevolucion-o-reforma/

No hay comentarios: