Reflexiones del compañero Fidel:
Martes 1ºde Noviembre de 2011
LA HAZAÑA DE GUADALAJARA
Escribe
FIDEL
CASTRO RUZ
31 de Octubre de 2011
.
Hago un
breve receso en mis análisis políticos para dedicar este espacio a la hazaña de
los atletas cubanos en los Decimosextos Juegos Deportivos Panamericanos.
Los
Juegos Olímpicos y las competencias deportivas internacionales que giran en
torno a ellos, y despiertan tanto interés en miles de millones de personas,
tienen una hermosa historia que no por ultrajada debiera dejar de recordarse.
El
aporte del creador de los Juegos Olímpicos fue especialmente nítido, más aún
que el de Nobel quién en una etapa de su vida, buscando crear un medio más
eficaz de producción, produjo el explosivo con cuyos frutos económicos los
designados para cumplir su voluntad en favor de la paz lo mismo premian a un
científico o escritor brillante, que al jefe de un imperio que ordena el
asesinato de un adversario en presencia de su familia, el bombardeo de una
tribu en el centro de Asia o de un pequeño país independiente del norte de
África, y el exterminio de sus órganos de mando.
El
Barón Pierre de Coubertin fue el creador de los Juegos Olímpicos modernos; de
origen aristocrático, nacido en Francia, país capitalista donde un campesino,
un obrero, o un artesano, no tenían en aquella sociedad posibilidad alguna de
emprender esa tarea.
Desatendiendo
los deseos de su familia, que deseaba hacer de él un oficial del ejército,
rompió con la Academia Militar y se consagró a la pedagogía. De cierta forma su
vida recuerda la de Darwin, descubridor de las leyes de la Evolución Natural.
Coubertin se convierte en discípulo de un pastor anglicano, funda la primera
revista dedicada al deporte y logra que el gobierno francés la incluya en la
Exposición Universal de 1889.
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Escuela Internacional de los Deportes de Cuba |
Sus
ideas inicialmente no fueron muy comprendidas pero persistió, viajó por el
mundo hablando de paz y unión entre los pueblos y los seres humanos.
Finalmente,
el Congreso Internacional de Educación Física, celebrado en Paris en junio de
1894, creó los Juegos Olímpicos.
La idea
encontró resistencia e incomprensión en Inglaterra, la principal potencia
colonial; el boicot de Alemania, poderoso imperio rival; e incluso la oposición
de Atenas, ciudad escogida para la primera Olimpiada.
Pierre
de Coubertin logró comprometer a emperadores, reyes y gobiernos de Europa con
sus incansables esfuerzos y su talento diplomático.
Lo
principal fue, a mi juicio, la profundidad y la nobleza de sus ideas que
ganaron el apoyo de los pueblos del mundo.
El 24
de marzo de 1896, el Rey de Grecia, por primera vez, declaró abierto los
Primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas, hace 115 años.
Dos
destructivas y demoledoras guerras han transcurrido desde entonces, originadas
ambas en Europa, las que costaron al mundo decenas de millones de personas
muertas en los combates, y a los cuales se sumaron los civiles muertos en los
bombardeos o por el hambre y las enfermedades que vinieron después. La paz no
está garantizada. Lo que se conoce es que, en una nueva guerra mundial, las
armas modernas podrían destruir varias veces a la humanidad.
Es a la
luz de estas realidades que tanto admiro la conducta de nuestros deportistas.
Lo más
importante del movimiento olímpico es la concepción del deporte como
instrumento de educación, salud y amistad entre los pueblos; un antídoto real a
vicios como las drogas, el consumo de tabacos, el abuso de bebidas alcohólicas,
y los actos de violencia que tanto afectan a la sociedad humana.
Por la
mente del fundador del olimpismo no pasaba el deporte tarifado ni el mercado de
atletas. Ese fue también el noble objetivo de la Revolución cubana, lo cual
implicaba el deber de promover tanto el deporte como la salud, la educación, la
ciencia, la cultura y el arte, que fueron siempre principios irrenunciables de
la Revolución.
Más no
solo eso, nuestro país promovió la práctica deportiva y la formación de
entrenadores en los países del Tercer Mundo que luchaban por su desarrollo. Una
Escuela Internacional de Educación Física y Deportes funciona en nuestra Patria
desde hace muchos años, y en ella se han formado numerosos entrenadores que
desempeñan con eficiencia sus funciones en países que a veces compiten en
importantes deportes con nuestros propios atletas.
Miles
de especialistas cubanos han prestados sus servicios como entrenadores y
técnicos deportivos en muchos países del llamado Tercer Mundo.
Es en
el marco de esos principios aplicados durante decenas de años que nuestro
pueblo se siente orgulloso de las medallas que obtienen sus atletas en las
competencias internacionales.
Las
transnacionales del deporte tarifado han dejado muy atrás los sueños del
creador del olimpismo.
Valiéndose
del prestigio creado por las competencias deportivas, excelentes atletas, la
mayoría de ellos nacidos en países pobres de África y América Latina, son
comprados y vendidos en el mercado internacional por aquellas empresas, y solo
en contadas ocasiones se les permite jugar en los equipos de su propio país,
donde fueron promovidos como atletas prestigiosos por sus esfuerzos personales
y su propia calidad.
Nuestro
pueblo, austero y sacrificado, ha tenido que enfrentarse a los zarpazos de esos
mercachifles del deporte rentado que ofrecen fabulosas sumas a nuestros
atletas, y en ocasiones privan al pueblo de su presencia con esos groseros
actos de piratería.
Como
aficionado al deporte muchas veces conversé con los más destacados, y por ello
en esta ocasión me complacía mucho ver a través de la televisión los éxitos
deportivos de nuestra delegación y su regreso victorioso a la Patria,
procedente de Guadalajara, donde Estados Unidos, a pesar de poseer
aproximadamente 27 veces más habitantes que Cuba, sólo pudo obtener 1,58 veces
más títulos y las correspondientes medallas de oro que Cuba, la cual alcanzó
58.
.
A pesar de las victorias, que enorgullecen a
nuestro pueblo, tenemos el deber de seguir superándonos
.
Brasil,
con más de 200 millones de habitantes, obtuvo 48.
México,
con más de 100, obtuvo 42.
Canadá,
un país rico y desarrollado con 34 millones de habitantes, obtuvo solo 30.
El
número total de medallas de oro, plata y bronce alcanzadas por Cuba, fue
proporcional al número de títulos mencionados.
No
pocos de nuestros jóvenes atletas tuvieron éxitos verdaderamente sorprendentes.
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