Domingo
30 de Octubre de 2011
EL
PROBLEMA DEL MUNDO
NO ES LA CRISIS EUROPEA,
ES LA
CRISIS FISCAL ESTADOUNIDENSE
NIALL
FERGUSON (*)
Fuente “El
Pais” de Madrid
29 de
Octubre de 2011
.
(*) NIALL
FERGUSON (Glasgow, 1964) autor de diversos libros de economía, el último de los
cuales es “La vida del banquero Siegmund Warburg” aún no publicado en España.Polemiza
con Paul Krugman y critica a los neokeynesianos, cita con profusión al padre
del neoliberalismo Milton Friedman ("pase lo que pase, los Gobiernos no
deben dejar que sus bancos quiebren" Se le considera un fundamentalista
del liberalismo (aunque cambia de opinión a menudo y eso no parece importarle
demasiado) y se le acusa de revisionista en lo relativo al colonialismo y al
imperialismo; desde su cátedra de Harvard sostiene que la globalización es la
nueva forma de dominio que ha inventado EE UU.
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"El problema de Europa no son las cajas
españolas, sino los bancos alemanes; y el problema del mundo no es la crisis
fiscal europea, sino la crisis fiscal estadounidense que se avecina". Al
cabo, el Commerzbank alemán acumula más vencimientos este año que todos los
bancos y cajas españoles juntos; la deuda y el déficit estadounidenses están
varios cuerpos por encima de la media europea.
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PREGUNTA– La crisis fiscal parece estar
acabando con parte del romanticismo que rodeaba la idea de Europa. ¿Ve en la Union
Europea el mayor riesgo para la economía?
RESPUESTA–
Queda crisis europea para rato, pero ese no es el mayor problema: la
preocupación de la economía mundial debería ser la crisis fiscal estadounidense
que se avecina. Además es un error decir que lo de Europa es en puridad una
crisis fiscal. Hay dos cosas más importantes: la crisis bancaria, que no está
ni mucho menos cerrada, y la divergencia entre los costes laborales de Alemania
y el resto. La crisis fiscal es consecuencia de esos dos problemas. En una
unión monetaria debe haber transferencias fiscales del centro a la periferia o
un mercado laboral completamente integrado; nada de eso ocurre en Europa.
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Pero se ha impuesto el discurso de la
austeridad, una especia de Consenso de Berlín.R. Es inquietante que los líderes
europeos estén luchando contra los síntomas de la enfermedad, no contra las
verdaderas causas. El problema son las diferencias de competitividad. Y el
problema son los bancos alemanes, y no las cajas españolas. Europa debería
resolver el problema recapitalizando esos bancos, no proponiendo ese doloroso
proceso de austeridad en medio de la crisis.
P.
¿POR QUÉ
ENTONCES
EL MERCADO
PONE
ESE ÉNFASIS
EN LAS CAJAS?
¿POR QUÉ
ENTONCES
EL MERCADO
PONE
ESE ÉNFASIS
EN LAS CAJAS?
R. Los
landesbanken [bancos regionales alemanes] se endeudaron más incluso que los
bancos de EE UU; se metieron en subprimes, en activos tóxicos; desde luego,
están en más líos que las cajas. Por el simple hecho de ser alemanes se les
está tratando mejor que a las cajas, y esa es una lógica discutible. España ha
puesto en marcha una reforma que va en la buena dirección, aunque no sé si lo
suficientemente ambiciosa. Pero el orden de magnitudes de las cajas es inferior
al agujero de los bancos alemanes. Y, sobre todo, lo increíble es esa atmósfera
política que se ha instalado en el norte de Europa y que parece no tener en
cuenta que los problemas de la banca en los países del sur inciden directamente
en la banca del norte, que tiene una enorme exposición al riesgo en esos
países.
P. ¿LA
RESPUESTA POLÍTICA ESTÁ SIENDO LA ADECUADA?
R. El
escenario más preocupante es que Europa siga arrastrando los pies detrás de los
mercados; que se sigan identificando los problemas de Portugal y sobre todo de
España con los de Irlanda y Grecia, algo completamente desafortunado. Y que
prosiga esa política casi masoquista desde las instituciones europeas, que no
acaban de encontrar soluciones pese a que están totalmente identificadas. Eso
incluye tanto a Bruselas como al BCE: el banco central tiene una
responsabilidad, debe continuar comprando bonos de los países periféricos para
reducir la presión si no quiere que prosiga ese juego tan peligroso entre
política y mercados.
P.
¿ALEMANIA ES EL PROBLEMA?
R. Los
alemanes no pueden seguir pretendiendo que el problema no va con ellos. La
crisis fiscal de la periferia europea es definitivamente su problema. Es el
problema de sus bancos. Y es el problema de su economía: sus exportaciones van
hacia esos países; sin la eurozona, si el marco existiera, Berlín tendría un
problema fenomenal, con una apreciación de su tipo de cambio que acabaría de un
plumazo con el superávit del que Alemania presume tanto. Por eso es tan
desafortunada esa cacofonía de voces en la que desafina a menudo el discurso
alemán.
P. HAY
QUIEN
HA PROFETIZADO
EL FINAL DEL EURO.
¿LO VE POSIBLE?
HA PROFETIZADO
EL FINAL DEL EURO.
¿LO VE POSIBLE?
R. No
lo creo. Los costes de salir del euro son muy superiores a los beneficios de
esa salida para cualquier país. Pero estamos en un momento crítico, a la espera
de las reuniones en Bruselas en marzo y de un verdadero liderazgo en Berlín que
faciliten las cosas a Lisboa y a Madrid. Sin la respuesta adecuada, la
integración de los últimos años puede revertirse para dar comienzo a un proceso
de desintegración.
P. HACE JUSTO UN AÑO USTED HABLABA DE UNA SITUACION A LA GRIEGA EN EE UU ¿SIGUE PENSANDOLO?
R. Está más cerca: el momento de la verdad llegará este año o a lo
sumo en 2012, porque no creo que Obama vaya a centrarse en recortar el déficit
en plena campaña electoral.
P. EN
SUS LIBROS CUENTA CÓMO ESPAÑA SUSPENDIÓ PAGOS 14 VECES ENTRE EL SIGLO XVI Y
FINALES DEL XVII. EL ÚLTIMO DAVOS EMPEZÓ CON PESIMISMO SOBRE ESPAÑA, AUNQUE ESA
MÚSICA HA CAMBIADO POR LAS REFORMAS. ¿QUÉ ESPERA USTED?
R. La
situación española es muy diferente de la de Grecia e Irlanda. Ni la crisis
fiscal es comparable a la griega, ni la bancaria -pese a la burbuja
inmobiliaria- a la irlandesa. El Gobierno ha empezado a hacer los deberes. El
riesgo es el efecto contagio, pero confío en que al final los alemanes -y no
hay que olvidar que hay un francés al frente del BCE- hagan lo adecuado para
que la crisis no llegue hasta Madrid. La alternativa es terrorífica. España es
una economía enorme: todo el mundo saldría perdiendo -y mucho- si eso pasara.
No veo nada parecido a lo que ocurrió hace 300 años: España es hoy un país muy
diferente. Soy optimista.



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