Sábado 19 de Noviembre de 2011
OCCUPY
WALL STREET
Y EL NUEVO MUNDO FELIZ
Escribe
AMY
GOODMAN (*)
Democracy
Now!
Publicó
“Rebelion”
18 Nov.
de 2011
.
(*) AMY GOODMAN (1957-EE UU) Locutora, periodista y escritora
progresista estadounidense. Egresada de Harvard University en 1984,
Fundo”Democracy Now” catalogada como "quizá la más significativa y
progresiva institución noticiera que ha existido por algún tiempo" por el
profesor y crítico de medios Robert McChesney. Directora de WBAI-FM en Nueva
Yorkco-presentadora de Democracy Now!, un noticiero de lunes a viernes que se puede escuchar en más de 225 emisoras de radio en los EE.UU. y Canadá. Traducido por
Mercedes Camps. Edición: María Eva Blotta y Democracy Now! en español
.
Apenas
pasada la 1 de la madrugada del martes recibimos la noticia de que la policía
de la ciudad de Nueva York estaba haciendo una redada en el campamento de
Occupy Wall Street. Fuimos rápidamente con el equipo de noticias de Democracy
Now! hasta Zuccotti Park, ahora bautizado Plaza de la Libertad. Cientos de
policías antidisturbios ya habían rodeado el área. Mientras la policía
destrozaba las carpas, trabajadores de limpieza de la ciudad lanzaban las
pertenencias de los manifestantes a los camiones de basura. Más allá de las
barricadas, en el centro del parque, entre 200 y 300 personas se tomaban de los
brazos formando una cadena humana y se negaban a ceder el espacio que habían
ocupado durante casi dos meses. Fueron esposados y arrestados uno a uno.
.
.
Aldous Huxley. |
Entre
una pila de cosas amontonadas vimos una biblioteca destrozada. Ya dentro del
parque encontré un libro en el suelo. Tenía inscripta la sigla “OWSL” de Occupy
Wall Street Library, también conocida como la Biblioteca del Pueblo, una de las
principales instituciones que había surgido de la dinámica democrática del
movimiento. Según los últimos datos de los que se tenía registro, la biblioteca
contaba con un total de 5.000 libros recibidos a través de donaciones. El que
encontré entre los escombros de la democracia que estaba siendo arrojada a la
basura fue “Nueva visita a un mundo feliz”, de Aldous Huxley.
A
medida que avanzaba la noche aumentaba la ironía de haber hallado el libro de
Huxley. Lo escribió en 1958, casi 30 años después de su famosa novela distópica
“Un mundo feliz”. La obra original describía una sociedad del futuro donde la
gente estaba estratificada entre pudientes y desposeídos. A los habitantes del
“mundo feliz” se les proporcionaba placer, distracción, publicidad y drogas
intoxicantes para volverlos complacientes: un mundo de perfecto consumismo
donde las clases bajas hacían todo el trabajo para la élite.
“Nueva
visita a un mundo feliz” fue el ensayo de Huxley en respuesta a la velocidad en
que observó que la sociedad moderna se dirigía hacia ese futuro desolador.
Haberme topado con ese libro no podía ser más pertinente: el campamento, que
había sido motivado en gran medida por la oposición a la supremacía del
comercio y la globalización, estaba siendo destruido.
Huxley
escribió en su libro: “La Gran Empresa, hecha posible por el avance de la
tecnología y la consiguiente ruina de la Pequeña Empresa, suele ser gobernada
por el Estado, es decir, por un reducido grupo de jefes de partido y los
soldados, policías y funcionarios públicos que cumplen sus órdenes. Una
democracia capitalista, como la de los Estados Unidos, suele ser gobernada por
lo que el profesor C. Wright Mills ha llamado la Élite del Poder”. Y continúa:
“Esta Élite del Poder procura directamente ocupación en sus fábricas, oficinas
y comercios a varios millones de los trabajadores del país, domina a muchos
millones más prestándoles dinero para la compra de lo que ella produce y, como
dueña de los medios de comunicación en masa, influye en el pensar, el sentir y
el obrar de virtualmente todo el mundo”.
Uno de
los trabajadores voluntarios de la Biblioteca del Pueblo, Stephen Boyer, estaba
allí cuando allanaron el parque. Tras evitar ser arrestado y brindar primeros
auxilios a sus compañeros, escribió: “Destruyeron todo lo que trajimos al
parque. Nuestra hermosa biblioteca fue destruida. Nuestra colección de 5.000
libros desapareció. Nuestra carpa, que fue una donación, también fue destruida
al igual que todo el esfuerzo que hicimos para levantarla”.
Poco
después, la oficina del alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, publicó una
foto de una mesa con algunos libros y afirmó que los libros fueron bien
conservados. Mientras tanto, la Biblioteca del Pueblo escribía el siguiente
mensaje en tweeter: “Estamos contentos de ver que algunos libros están en buen
estado. Ahora bien, ¿dónde están el resto de los libros y nuestra carpa y
nuestras cajas?”. La carpa había sido donada a la biblioteca por la ganadora
del Premio Nacional del Libro y leyenda del rock Patti Smith.
Muchos
otros sitios de protesta del movimiento Occupy en otras ciudades fueron
allanados recientemente. La alcaldesa de Oakland, Jean Quan, confesó a la BBC
que había participado en una conferencia telefónica junto a los alcaldes de
otras 18 ciudades para hablar de la situación. Otro informe de prensa observó
que el FBI y el Departamento de Seguridad Nacional habían asesorado a las
autoridades de las ciudades.
Un juez
del estado de Nueva York falló el martes a favor del desalojo y dictaminó que
los manifestantes no pueden regresar al Parque Zuccotti ni con sus sobres de
dormir ni con sus carpas. Tras el fallo, un abogado constitucionalista me envió
un mensaje de texto que decía: “Solo recuerda: el movimiento está en las
calles. Los tribunales siempre son el último recurso”. O como canta Patti
Smith: “El pueblo tiene el poder”.
Denis
Moynihan colaboró en la producción periodística de esta columna.
Fuente:
http://www.democracynow.org/es/blog/2011/11/17/occupy_wall_street_y_el_nuevo_mundo_feliz
No hay comentarios:
Publicar un comentario