ARGENTINA:
¿JÓVENES
DE PRIMERA Y JÓVENES DE QUINTA?
A OTRO
PERRO CON ESE HUESO, COMPAÑERO…
Escribe
INGRID
STORGEN (*)
ARGENPRESS.info
21 de
noviembre 2011
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(*) INGRID STORGEN, Periodista. Trabajando junto con Anibal
Garzón para “Kaos en la Red” y otros medios digitales. Realizaron la última entrevista al comandante de las FARC-EP Raúl Reyes.
Colectivo Amigos por la Paz en Colombia y en el Mundo.
.
En los
últimos años, en Argentina, se está percibiendo un fenómeno que hace muchos
años no se percibía. Hubo un cambio en la política, muchos aciertos y no pocos
errores, pero que hubo cambio no podemos negarlo. Más allá de la posición
política que cada uno sienta que debe o quiere abrazar hay politólogos que
parecen hacer sus análisis desde una parcialidad que me parece que raya en lo
absurdo. Es común escuchar por boca de políticos, militantes oficialistas,
periodistas, la teoría que explica, sin argumento valedero, que los jóvenes han
comenzado a tomar posición y a adentrarse en la política a partir de la llegada
al poder del presidente Néstor Kirchner, agregando que eso no se vio nunca
antes.
Cosa
que bajo ningún concepto podemos avalar y a mi, sinceramente, me provoca un
nudo en las tripas. Podemos sí asegurar que hace varias décadas que los jóvenes
no apoyaban mayoritariamente a ningún partido gobernante, eso es muy cierto,
pero de allí a trasladar ese criterio como si el movimiento K fuera el que
introdujo la política en la juventud es un error tan grande como si
pretendiéramos asegurar que descubrimos la pólvora. Desde la izquierda y desde
hace muchísimos años, hubo y hay jóvenes movilizados tomando las calles,
fábricas y escuelas. Integrando el movimiento piquetero, cuando el país ardía,
reclamando por sus derechos, formando centros de estudiantes, poniendo el lomo
para los palos cuando los actuales jóvenes K estaban muy cómodos en sus casas y
aún no les había afectado el fenómeno de moda actual. Lógico, los palos duelen
y hay espalditas delicadas que no los soportan.
Es una
falta de respeto absoluta minimizar a esa juventud que estuvo en la calle
siempre, sin gozar de ningún beneficio ni aparato cubriéndolos de las
persecuciones. Así fue como hemos visto caer fusilados a Maximiliano Kosteki y
a Darío Santillán bajo las balas represivas de la policía bonaerense y hemos
visto a otros compañeros heridos con secuelas que hasta el momento no se han podido
ni podrán curar. Los eternos NN, pero heroicos si de heroicidad hablamos. Los
hemos visto en lucha en todos los gobiernos, quienes tenemos memoria guardamos
el dolor de sus imágenes arrastradas de los pelos por las calles donde
manifestaban, molido el cuerpo a palazos antes de ser introducidos en camiones
policiales.
Los
jóvenes de izquierda caminando durante horas para ir a sus centros de
militancia porque no tenían la moneda que les permitiera pagar un boleto de
transporte de pasajeros. Los hemos visto subirse a los trenes empujando por no
tener boleto. Los hemos visto organizándose para acompañar cada marcha de los
organismos de derechos humanos, de reclamos de trabajadores y hasta en marchas
de los jubilados. Eran esos jóvenes que tal vez nunca lleguen a jubilarse por
carecer, aún hoy, de trabajo formal y esto no me lo contaron, lo ví y viví con
mis propios ojos.
Hemos
visto la satanización de esos jóvenes cuando desde la prensa y desde partidos
políticos censuraban que iban a las manifestaciones con las caras tapadas y con
palos. No pensaban que todo tiene un motivo, esos jóvenes tapaban sus rostros
porque eran perseguidos hasta sus casas o lugares de militancia y donde los
reconocieran terminaban “cazados como focas”. Llevaban palos para atajar las
balas de goma del aparato represivo, cosa que hasta parece gracioso de
reproducir, palos para “atajar” las balas…
Los
jóvenes de izquierda, muchas veces nacidos, criados y formados en las villas,
jamás contaron con dinero como para formar aparatos. Mucho menos con aparatos
que los sostengan para poder seguir su activismo. Para ellos la militancia era
y es justamente eso, militancia. Nuestros jóvenes hicieron lo que pudieron
cuando vieron caer a otros jóvenes víctimas del famoso gatillo fácil. ¡Y vaya
si pudieron, fueron capaces de arrinconar al miedo para seguir reclamando
frente a las comisarías!
Cuando
despedían a otros trabajadores. Cuando entregaron el país contraponiéndose a
las privatizaciones. Los hemos visto acompañando a las Madres de Plaza de Mayo,
a las Abuelas, a los familiares de desaparecidos entonando con ellos la
consigna “ni olvido ni perdón”. Siento un profundo dolor cuando se pretende
instalar la idea de que los jóvenes hoy manifiestan interés por la política.
Plantarse en esa falacia es una tremenda falta de respeto a todos esos y esas
jóvenes que hace muchos años están en las calles con su férrea voluntad,
carentes de recursos pero con garra de sobra.
Si bien
merece un reconocimiento esta juventud K que comprendió que el “no te metás”,
clásico argentinismo instalado en esta sociedad, no conduce a buen puerto,
también merecen un reconocimiento los otros y otras que supieron ser
consecuentes con sus ideales sin ninguna estructura que los apoye y desde mucho
antes del nuevo modelo.
No
puedo, ni quiero, ni me da la gana aceptar la categorización de la juventud
cuando se pretende instalar que hay jóvenes de primera y jóvenes de quinta.
Unos por ser partes del engranaje oficial, los otros por ser acusados de
“caóticos”. Por nuestros jóvenes muertos, judicializados, procesados por hacer
uso de su legítimo derecho al reclamo, todo el respeto es lo mínimo que nos
corresponde.Todo el respeto por esos jóvenes que además enarbolaron siempre las
banderas del internacionalismo y que jamás fueron a países hermanos a pretender
imponer nadacomo ha hecho alguno “de primera” hace muy pocos días en la hermana
Nicaragua.
Todo el
respeto por esos jóvenes que fueron y son capaces de manifestar su solidaridad
con Cuba, con República Bolivariana de Venezuela, con Ecuador, Bolivia contra
el Terrorismo de Estado en Colombia, cosas que ni por broma mencionan otros
jóvenes porque no les interesa. Los que salieron a las calles cuando el Estado
de Israel masacró a los palestinos y fueron tildados de antisemitas. Los que se
movilizaron contra las Masacres en Libia, Iraq, Afganistán. Los que apoyaron al
pueblo griego. Los que están en cada juicio a los engendros de la dictadura.
Los que
saben muy bien que no es mirándose el ombligo o percibiendo dinero como se
construye ideología que nace cuando la injusticia te quema el alma donde sea
que se produzca. Es hora de dejar las careteadas, porque lo justo debe ser
justo para todos y para todas. Los llamados “zurditos” siempre tomaron las
calles por asalto, comprometiéndose con coherencia de la ternura revolucionaria
aunque ya no esté de moda. A nuestros pibes movilizados todo el reconocimiento
de quienes pasamos la vida hablando de otro mundo y ellos fueron capaces de
recoger nuestra semilla.
Sólo
eso, más no pudimos darles, nosotros no pudimos hacérselas fácil. Por eso, hoy
este homenaje que considero un deber que tenemos los adultos para con ellos y
ellas: los incansables invisibilizados.
¡Los
que siguen pensando que es posible sacar sangre de un ladrillo!
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