Jueves 1º de
diciembre de 2011
DESALOJOS
ANUNCIADOS
Escribe
DAVID
BROOKS (*)
Enviado
de “La Jornada”
Mexico
D.F. 30/11/2011
.
(*)
DAVID BROOKS
(Toronto, 11 de agosto de 1961), periodista canadiense-estadounidense
especializado en política. Columnista del New York Times y PBS, NYT entre otras Agencias..
Corresponsal en Estados Unidos de “La Jornada” de México. Entre varios otros
medios Autor del bestseller The Social Animal
.
Cada
vez es menos misteriosa la situación en este país.
Resulta
que es bastante precisa esa frase del 1 por ciento contra el 99 por ciento.
Casi todas las semanas se documenta la creciente brecha entre los más ricos y
todos los demás, algo que los expertos afirman que ha transcurrido durante las
últimas tres décadas al prosperar la versión estadunidense de la magia
neoliberal aplicada en los países de América Latina y otros con resultados
paralelos.
Sólo
para resaltar algunos de los últimos indicadores: resulta que además de contar
con 49,1 millones de estadunidenses viviendo en la pobreza (casi uno de cada
seis), otros 51 millones están en la categoría de casi pobres, con ingresos que
los colocan de manera constante al borde del precipicio, sobre todo en medio de
una crisis económica según estadísticas del censo, reportó el New York Times. O
sea, aproximadamente un tercio de la población está al borde de padecer o ya
padece hambre, no puede pagar renta o hipoteca, o no tiene acceso a salud o
educación, etcétera.
Otra
investigación basada en datos del gobierno y del sector privado encontró que
casi la mitad de los estadunidenses viven en hogares con ingresos insuficientes
para cubrir las necesidades básicas. Según la organización Wider Opportunities
for Women, un 45 por ciento de los residentes de este país sufren de esta
inseguridad económica (39 por ciento son adultos y 55 por ciento son menores de
edad), reportó Reuters.
Mientras
tanto, no sólo el 1 por ciento más rico controla 40 por ciento de la riqueza,
sino que además el 0,1 por ciento ha incrementado sus ingresos un 400 por
ciento entre 1979 y 2005, mientras el ingreso del sector medio de la población
se incrementó en el 21 por ciento en ese periodo, según cálculos basados en
datos oficiales.
¿Y qué
ha hecho la clase política para atender todo esto? Ante la aparente incapacidad
de Washington de ofrecer propuestas e implementar políticas para resolver la
desigualdad económica, la falta de empleo y controlar la avaricia y la
especulación, la conclusión de observadores y expertos, y hasta de algunos
veteranos políticos de ambos partidos, es que el gobierno está descompuesto.
Como
para comprobarlo, el llamado supercomité legislativo bipartidista encargado de
formular una propuesta para reducir el déficit federal declaró su derrota la
semana pasada, provocando un desplome de los mercados bursátiles y advertencias
de que podría significar más recortes de fondos para empleo, escuelas y salud
en el país. Su fracaso nutrió aún más la percepción de un Washington
descompuesto que no tiene la capacidad de resolver los grandes problemas que
enfrenta el país.
El
fracaso, para la opinión pública, no sorprendió; casi nadie esperaba más. Vale
recordar que en una encuesta reciente del New York Times la tasa de aprobación
del Congreso se desplomó a sólo 9 por ciento. Un legislador determinó que el
Congreso goza de menos apoyo que el presidente Richard Nixon durante el
escándalo de Watergate o la petrolera BP durante el desastre de su plataforma
en el Golfo de México.
Hay
otra razón por la cual el pueblo –el 99 por ciento–, que supuestamente es
representado por sus legisladores, no confía en el Congreso: casi el 50 por
ciento de sus integrantes pertenecen al 1 por ciento. De acuerdo con una nueva
investigación del Center for Responsive Politics en Washington, 250
legisladores (47 por ciento del total de senadores y representantes) pertenecen
al exclusivo club según el valor medio de sus bienes y deudas reportados. Dos
tercios del Senado y casi la mitad de la Cámara de Representantes son
millonarios. El valor medio neto de un senador en 2010 fue de un promedio de
2,63 millones, mientras el valor medio neto de un representante promedio fue de
756.765 dólares. Tampoco hay discriminación por partido: 37 demócratas y 30
republicanos del Senado reportaron un valor neto superior a un millón de
dólares en 2010 (los datos oficiales más recientes). En la cámara, 110
republicanos y 73 demócratas son millonarios.
Mientras
nada funciona en Washington, un grupo de multimillonarios, unos conservadores,
otros liberales, ha ocupado el vacío para promover con sus acciones
filantrópicas una serie de reformas e iniciativas para influir en las políticas
públicas en varios rubros, desde educación y salud hasta el desmantelamiento de
la legislación laboral y ambiental. Por un lado están los hermanos Koch, de
Koch Industries, que financian el Tea Party, y legisladores que buscan anular
derechos laborales y ambientales. Por otro lado están Bill Gates y señora
(Microsoft), Eli Broad y Mark Zuckerberg (Facebook) que, junto con millonarios
de fondos de especulación, han promovido reformas en educación pública a su
gusto, incluyendo esfuerzos para semiprivatizarla y lucrarse con ella. Otros
como Howard Schultz, ejecutivo en jefe de Starbucks, y William Conway, de
Carlylye Group, también buscan incentivar políticas de generación de empleo y
desarrollo económico.
Diane
Ravitch, tal vez la crítica de políticas de educación más importante del país,
ha denominado a los promotores de estas políticas de educación club de
multimillonarios, que ejerce influencia masiva con casi nula rendición de
cuentas al público. Otro crítico, Richard Brodsky, de la organización de
investigaciones Demos y ex legislador estatal, comentó al New York Times que
todo esto es una especie de compra de influencias a gran escala, y afirmó que
la noción de que una sociedad está mejor servida por los superricos ricos
ejerciendo sus instintos caritativos es, al final, antidemocrático.
El
misterio sobre la esencia antidemocrática, tanto económica como política, de la
visión neoliberal está revelado en los hechos. No sorprende que, justo cuando
culmina esta ocupación de todo por los más ricos y sus cómplices políticos,
reaparezca el 99 por ciento en el panorama anunciando su intención de desalojar
al 1 por ciento.



No hay comentarios:
Publicar un comentario