Viernes 23 de diciembre de 2011
COLUMNA DE LEONARDO BOFF
COLUMNA DE LEONARDO BOFF
LA NAVIDAD DE ANTES:
VIEJA Y SIEMPRE NUEVA
Escribe
LEONARDO
BOFF (*)
Viernes
23 de diciembre de 2011
.
Vengo de hace tiempo, de los años 40 del siglo pasado, de un
tiempo en que Papá Noel todavía no había llegado en su trineo. En nuestras
colonias italianas, alemanas y polacas, exploradoras de la región de Concórdia
(Santa Catarina), conocida por ser la sede de la Sadia y de la Seara con sus
excelentes productos de carne, sólo se conocía al Niño Jesús. Eran tiempos de
fe ingenua y profunda que informaba todos los detalles de la vida. Para
nosotros los niños, la Navidad era la culminación del año, preparada y
anhelada. Por fín venía el niño Jesús con su mulita (musseta en veneto) a
traernos regalos.
La región tenía pinares hasta donde se perdía la vista y era
fácil encontrar un hermoso pino. Lo adornábamos con los materiales
rudimentarios de aquella región todavía en construcción. Utilizábamos papel de
colores, de celofán y pinturas que nosotros mismos hacíamos en la escuela. La
madre hacía pan de miel con distintas figuras, humanas y de bichitos, que
colgábamos de las ramas del pino. En la punta siempre había una estrella grande
recubierta de papel amarillo. Debajo, alrededor del pino, montábamos el
pesebre, hecho con figuritas de papel recortadas de una revista a la que mi
padre, maestro de escuela, estaba suscrito. Ahí estaba el Buen José, María,
toda recogida, los Reyes Magos, los pastores, las ovejitas, el buey y la mula,
algunos perros, y los ángeles cantores, que colgábamos en las ramas más bajas. Y
naturalmente, en el centro, el Niño Jesús, que, al verlo casi desnudo, lo
imaginábamos titiritando de frío y nos llenábamos de compasión.
Vivíamos el tiempo glorioso del mito. El mito traduce mejor
la verdad que la pura y simple descripción histórica. ¿Cómo hablar de un Dios
que se hace niño, del misterio del ser humano, de su salvación, del bien y del
mal, sino contando historias y proyectando mitos que revelan el sentido
profundo del acontecimiento? Los relatos del nacimiento de Jesús que están en
los evangelios, contienen elementos históricos, pero para enfatizar su
significado religioso, vienen revestidos de lenguaje mitológico y simbólico.
Para nosotros niños, todo eso eran verdades que asumíamos con entusiamo.
Antes de introducirse el decimotercer salario, los
profesores recibían una paga extra por Navidad. Mi padre gastaba todo ese
dinero para comprar regalos a sus 11 hijos. Eran regalos que venían de lejos y
todos instructivos: una baraja con los nombres de los músicos importantes, de
pintores célebres, cuyos nombres nos costaba trabajo pronunciar, y nos reíamos
de las barbas que tenían, de su nariz o de cualquier otro detalle. Un regalo
que tuvo mucho éxito: una caja con materiales para construir una casa o un
castillo. Los más mayores empezábamos a participar de la modernidad: recibíamos
un jeep o un automóvil que se movían dándoles cuerda, o una rueda que al girar
lanzaba chispas, y otras cosas por el estilo.
Para que no hubiese peleas, cada regalo tenía escrito debajo
el nombre del hijo o de la hija. Y después comenzaban las negociaciones y los
cambalaches. La prueba infalible de que el Niño Jesús había pasado por casa era
la desaparición de los manojos de hierba fresca. Corríamos a comprobarlo. Y así
era, la musseta se lo había comido todo.
Hoy vivimos los tiempos de la razón y de la desmitificación.
Pero esto vale solo para los adultos. Los niños, ahora con Papa Noel y ya no
con el Niño Jesús, viven el mundo encantado de los sueños. El viejito bonachón
trae regalos y da buenos consejos. Como tengo barba blanca, no hay niño o niña
que pase por mi lado y no me llame Papá Noel. Yo les digo que no soy Papá Noel
sino su hermano, que vengo a observar si los niños hacen todo como se debe y
después se lo cuento todo a Papá Noel para que les traiga un buen regalo. Así y
todo, muchos dudan. Se acercan, me tocan la barba y dicen: No, usted es Papá
Noel mismo. Soy una persona como cualquier otra, pero el mito me hace ser Papá
Noel de verdad.
Si nosotros
adultos, hijos de la crítica y la desmitificación, ya no conseguimos
encantarnos, permitamos que nuestros hijos e hijas se encanten y gocen del
reino mágico de la fantasía. Su existencia estará llena de sentido y de
alegría. ¿Qué más queremos para Navidad sino esos dones preciosos que Jesús
quiso también traer a este mundo?
.
(*) LEONARDO BOFF es un teólogo, filósofo y escritor nacido en Concordia, Estado de Santa
Catarina, Brasil Es uno de los fundadores de la Teología de la Liberación,
junto con Gustavo Gutiérrez Merino. En 1985, la Congregación para la Doctrina
de la Fe, dirigida por el ya cardenal Ratzinger (hoy Papa Benedicto XVI) le
silenció por un año por su libro La Iglesia, Carisma y Poder, que estaba en
contra de la Doctrina de la Iglesia Católica. Ha trabajado como profesor en los
campos de teología, ética y filosofía en Brasil, además de dar conferencias en
muchas universidades en el extranjero, como Heidelberg, Harvard, Salamanca,
Barcelona, Lund, Lovaina, París, Oslo, Turín. Ha escrito más de 100 libros,
traducidos a muchas lenguas. En 1997, el Parlamento Sueco le otorgó el premio
Right Livelihood
1 comentario:
JAQUE MATE A LA DOCTRINA JUDAIZANTE DE LA IGLESIA QUE HA CONVERTIDO AL CRISTIANISMO EN RELIGIÓN BASURA. El análisis racional de los elementos que integran la triada pre-teológica judeo cristiana (la descripción neutra del fenómeno espiritual, su explicación y su aplicación), nos permite criticar objetivamente el profetismo judío y la cristología de San Pablo que fundamentan la doctrina judaizante de la Iglesia; y visualizar: 1) que las directrices de los ancestros de Israel (patriarcas, profetas, reyes y jueces) contenidas en el Antiguo Testamento, son opuestas a las enseñanzas de Cristo, porque promueven el racismo, el despojo, el sometimiento y/o exterminio de los pueblos no judíos; 2) la omisión capital que cometió Pablo en sus epístolas al mutilar al cristianismo de la doctrina de la trascendencia humana (instruida e ilustrada por Cristo) que se alcanza practicando las virtudes opuestas a nuestros defectos hasta adquirir el perfil de humanidad perfecta (cero defectos), dándonos acceso a las potencialidades del espíritu a medida que nos vamos desarrollando espiritualmente; 3) la urgente necesidad de formular un cristianismo laico enmarcado en la doctrina y la teoría de la trascendencia humana (sustentada por filósofos y místicos, y su veracidad comprobada por la trascendencia humana de Cristo); a fin de afrontar con éxito: “el ateismo, el islamismo, el judaísmo, el nihilismo, la nueva Era y la modernidad”, que amenazan con sofocar al cristianismo. http://es.scribd.com/doc/73946749/Jaque-Mate-a-La-Doctrina-Judaizante-de-La-Iglesia
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