Viernes 2 de diciembre de 2011
JOSÉ LUIS SAMPEDRO
PREMIO NACIONAL DE LAS LETRAS
ESPAÑOL
LA VOZ DE LA ALTERNATIVA
Escribe
PEIO H. RIAÑO (*)
Fuente:
”Público” Madrid
1º de diciembre 2011
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(*) PEIO H. RIAÑO,
Es un reportero que llegó al periodismo por la literatura y por su compromiso
político. jefe del Departamento de
Culturas del diario “Público” de Madrid.
acaba de publicar en Caballo de Troya su primer libro. Ha dicho que
"España no se merece una Academia de la Historia que campa ligera con
ánimos predemocráticos" Y de el se ha escrito que…” Hay que buscar a Peio H. Riaño en esa banda de
nuevos narradores-exploradores, que buscan la manera de dar una nueva vuelta de
tuerca a formatos.
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Nunca ha sabido dónde estaba la tecla de la máquina que
multiplicaba el dinero, porque era la misma que la que ponía en marcha la de
las injusticias. Ha sido un economista fallido. No ha servido para los
intereses, se educó en los valores. Quizás tenga que ver con la España que le
arrebataron y a la que no pudo volver ya más.
Por eso dice entender a los más jóvenes que él, los que se
movilizan desde el 15 de mayo de 2011 contra la voracidad de un sistema que
ultima su macabro proyecto: desprender al pueblo de la soberanía. José Luis
Sampedro (Barcelona, 1917) habla de avance, no de progreso, de libertad y no
liberalismo, también de igualdad y de fraternidad. Y todos le entienden. Y le
aplauden, aunque les exija que se esfuercen por ejercer su libertad de
pensamiento contra el adocenamiento.
Ayer, el Ministerio de Cultura reconocía su trayectoria
literaria con el Premio Nacional de las Letras, por ser "uno de los más importantes
escritores vivos en lengua castellana, así como una referencia intelectual y
moral de primer orden en la España de la segunda mitad del siglo XX",
destacó. Además, el comunicado del premio subrayó los efectos del pensamiento
del economista y novelista sobre "la realidad social". "Aboga
por una economía más humana, más solidaria, capaz de contribuir a desarrollar
la dignidad de los pueblos", añadía.
El propio autor resume la maldad de estos días de la
siguiente manera: "Los economistas se dividen en dos: los que hacen más
ricos a los ricos y los que hacen menos pobres a los pobres. Buena parte de lo
que está pasando hoy tienen la culpa los primeros", dijo en la conferencia
que dio hace un mes en la Fundación Juan March, y allí, en el auditorio de un
banco, no había una butaca libre, ni espectador que dejara de aplaudir con cada
fogonazo de inteligencia.
EL ROSTRO DE LA SABIDURÍA
El último de los humanistas escribe sobre una tabla roída,
tan suave como el papel de los periódicos que maneja cada día. A ella se agarra
después de leerlos, como un náufrago angustiado por los acontecimientos. Por el
aspecto, la tabla ha debido salvar a Sampedro de unas cuantas mareas, aferrado
a sus ideas. El autor de Escribir es vivir (2003) es elegante y con el paso de
los años, a punto de cumplir los 95, no ha caído en las garras del cinismo, ni
ha perdido el sentido del humor.
Incluso tiene un aire a Unamuno y Saramago, cualquiera diría
que la sabiduría tiende a un rostro. Sin embargo, no podrá deshacerse de una
"mancha" en su currículo: casi todos los ministros de Economía de
este país han sido alumnos suyos: Boyer, Solchaga, Solbes, Salgado. "Hasta
el director de El Corte Inglés", dice Sampedro. Es un hombre que conoce
bien la Administración por dentro. A la edad de 30 años trabajó para un
ministro de Comercio, en unas condiciones únicas: aquel cargo quería tenerle
tan cerca para consultarle constantemente, que le metió a trabajar en el váter
de su despacho. "Era muy amplio", recuerda el maestro.
Por entonces arranca también su carrera como novelista:
Congreso de Estocolmo (1952) y El río que nos lleva (1961), dos libros de un autor
novicio. Si en la primera dibuja un ambiente cosmopolita, en la segunda acerca
su escrito a la novela neorrealista de oficios, al centrarse en el trabajo de
los conductores de troncos del río Tajo. El director Antonio del Real
popularizó el libro, en 1989. El río que nos lleva es su primer canto público a
la vida libre y comprometida.
Ha sido en su tercera madurez cuando ha recobrado el germen
de la rebeldía y la intención libertaria, que permanecían latentes y camuflados
entre las líneas, escondidas de la censura. Y ha publicado novelas para un
cambio de paradigma social, como El mercado y la globalización (2002), Sobre
política, mercado y convivencia (2006) y Economía humanista. Algo más que
cifras (2009).
Pero la segunda oportunidad de Sampedro, como novelista,
llegó en los años ochenta y noventa, momento en el que se recuperó la presencia
de creadores que habían quedado al margen en las décadas pasadas, ya fuera por
ir a contrapelo de la estética dominante, ya porque vivían lejos de las
capitales. Junto a Sampedro se rescató a Antonio Gamoneda, José Antonio Muñoz
Rojas, Francisco Pino, Julia Uceda, Juan Iturralde, Ramiro Pinilla o Juan
Eduardo Zúñiga. Algunos de ellos fueron barajados por el jurado, ayer, como
candidatos al Nacional de las Letras.
De hecho, con la publicación de Octubre, octubre, en 1981,
Sampedro protagonizó una de las sorpresas literarias de la década. Es la novela
de la transición, de la ansiedad por acabar de una vez con la España
secuestrada por el franquismo. El éxito de esta novela se vio prolongado, en
1985, con la salida de La sonrisa etrusca, que junto con La vieja sirena
(1990), supuso la oportunidad para recuperar los materiales de los años
cincuenta y sesenta que habían caído en el olvido. Él mismo reconoce que como novelista
ha escrito "por necesidad". "No sé si bien o mal, pero lo he
hecho lo mejor que he podido".
DE JESUITA A ANARQUISTA
Sampedro es un extraordinario caso de la lucha contra el
sometimiento al que conduce la ignorancia. A los 9 quería ser jesuita y a los
19 anarquista, de quienes aprendió "un credo imborrable": "Ni
Dios, ni amo". Combatió también con el bando rebelde, cuando Santander
cayó en sus dominios. "Para falangistas y comunistas fui un peligro
fusilable", resume de sí mismo. Aunque la noticia del premio sorprendió a
Sampedro camino de La Cala de Mijas, donde pasa los inviernos con su mujer,
Olga Lucas, reconoció estar "muy satisfecho y muy contento".
"La solución a largo plazo de todo es la educación, la
preparación de los seres humanos. Ahí tendríamos que hacer progreso y
desarrollo. Lo primero es que la gente razone y piense por su cuenta. Nos están
educando al revés, nos educan para producir y consumir. Nadie nos prepara para
ser más humanos, para ser mejores. Dicen que no hay alternativa, ¡cómo que no!
Ser mejores en vez de tener más cosas. La alternativa es educar para ser
mejores", reconocía, horrorizado con la catástrofe de Fukushima.
¿Cuál es el dibujo del ser humano contemporáneo para
Sampedro? Un ser muy poderoso en técnica y muy ignorante en sabiduría, que
desconoce cómo gestionar el exceso de ciencia que ha sido capaz de desarrollar,
que basa sus relaciones en un afán de superación, incapaz de no matarse entre
vecinos. "Nos creemos dioses y hacemos lo que no podemos hacer",
resume.
"EUROPA ESTÁ REUNIDA"
No se le ha oído jamás legitimar la cultura con bases
economicistas. Sampedro no habla del PIB para librar a la cultura de la
sospecha del recorte. ¿Por qué? "Porque el PIB no es la medida del
bienestar", zanja. Tampoco el bienestar está en la Europa que hemos
construido.
Sampedro ha evolucionado hacia el escepticismo, él, que la
vio nacer en los años cincuenta. Explica de manera sencilla lo que le pasa a
Europa, por qué no atiende: "Europa está reunida". Y más dramático:
"Europa está hundida y con ella se hunde el capitalismo. No hace nada de
lo que tenía que hacer. Llevan 50 años tratando de ponerse de acuerdo, pero han
fracaso. Asistimos a la decadencia de Europa: no se ha unificado, ni se
unificará".
También se ha mostrado muy crítico con Rajoy antes de su
llegada al Gobierno. En marzo aseguraba que si el PP obtenía la victoria
"no se la habrá ganado". "Rajoy jamás ha tenido una sola idea y
para una vez que fue al público con un papel apuntado, le hicieron una pregunta
pactada y no supo qué contestar. Sería el presidente ideal de Europa, porque
entonces Europa no haría absolutamente nada". Pero en aquella entrevista
también tuvo palos para el PSOE, de quien dijo que hacía programas de la
derecha "en asuntos como la educación", porque era un Gobierno
"capitalista que depende de los financieros, como el PP". "La
diferencia es que el PP se regodeará apretando los tornillos de la
explotación", punto seguido.
Fuente:
http://www.publico.es/culturas/409680/la-voz-de-la-alternativa
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