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“CAMBIO” de SALTO
Domingo 11 de diciembre de 2011
MILITARES
VERDAD Y COMPROMISO
Escribe
Mons. Pablo
Galimberti (*)
.
(*) PABLO GALIMBERTI (Montevideo, 8 de mayo de 1941), obispo
católico uruguayo, fue obispo de San José de Mayo y es actualmente obispo de la
diócesis de Salto. Co-presidente
de la Confraternidad Judeo –Cristiana de Uruguay. (Ana Jerozolimski) ...
Familiares
del maestro y de otros desaparecidos han
experimentado sentimientos encontrados: ¿Alivio? ¿Justicia? ¡Al fin un llanto
para aflojar la angustia! Muchos, como Macarena Gelman, aun viven en una larga
y doliente expectativa.
Julio Castro
peleaba con sus ideas y la máquina de escribir. Pero como ese derecho humano
fundamental, que es pensar y enseñar a pensar con la propia cabeza, constituía
una amenaza desestabilizadora para el régimen autoritario imperante, manos
violentas y mentes soberbias lo acallaron. Y hoy, esos huesos gritan.
Era hora que
lo militares salieran de las trincheras y asumieran una nueva posición. El jefe
del Estado Mayor de la Defensa, José Bonilla dijo que se debe investigar para
encontrar a los verdugos. Es la primera vez que un militar en actividad pide
enjuiciar a sus pares por los delitos cometidos durante la dictadura. Pero las
declaraciones más tajantes fueron las del Comandante en jefe del Ejército, el
teniente general Pedro Aguerre: “El Ejército no es una horda, malón o algo
similar. El Ejército no aceptará, tolerará ni encubrirá homicidas o
delincuentes en sus filas”.
Un largo
camino se ha recorrido para llegar a esta contundencia. En el año 1997 di
algunos pasos para que los militares pudieran entregar informaciones a la
iglesia con carácter de absoluta confidencialidad. Intenté entrevistarme con el
General de la División II con sede en San José pero a través del intendente
departamental me respondió que era un asunto sobre el que había una posición
corporativa ya tomada.
Encontré
interés en varias figuras políticas como Rafael Michelini, Guillermo Chifflet y
Alberto Volonté y otros, pero muy especialmente en el vicepresidente Hugo
Batalla, que me buscó y con quien me reuní varias veces en su casa. En dos
ocasiones asistió el Gran Maestro de la masonería y algunos más. El objetivo
era el acercamiento a la cúpula militar para que aceptaran entregar
informaciones con la garantía de
confidencialidad, semejante al “secreto de confesión”, como lo expresé.
Recuerdo que un general llegó a decir irónicamente que no pensaba confesarse
con ningún obispo!
La propuesta
interesó a los dirigentes del Pit Cnt
con quienes me reuní. Por supuesto que los familiares de desaparecidos que se
reunían en la sede del Serpaj mostraron apertura y con ellos mantuve varios
encuentros, en especial con Javier
Miranda.
Esta breve
memoria sirve para valorar el significado que atribuyo a las declaraciones del
Tte. General Pedro Aguerre en su declaración leída a la prensa. Dejó en claro
una postura ética. Además expresó la voluntad de obtener, “dentro y fuera de la
fuerza” información que permita “delimitar la responsabilidad material” del
Ejército en los hechos ocurridos durante el período dictatorial. Dijo además
desconocer un “pacto de silencio” pero en caso de que exista, ordenó la
“revocación inmediata”.
El Ejército
y las demás armas, Marina y Aviación, con todo su personal asumen ante toda la
ciudadanía una tarea y una responsabilidad moral, jugándose la credibilidad y
su misma cohesión interna. Estamos seguros que hay gente de honor y de palabra
que dará todos los pasos en esa dirección. Se juega la misma razón de ser de la
profesión militar, que ha dado tantos ilustres y valientes ciudadanos al país.
Lo afirmo apoyado en mi pequeña experiencia; mi padre fue marino militar y su
coherencia me atrajo; incluso cursé un año en el liceo militar.
La nueva
etapa que se abre plantea desafíos a todos, como la reconciliación y el perdón.
Una deuda que nadie puede eludir en la vida, para no sucumbir en el viejo
rencor.
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