LA COSAS POR SU
NOMBRE…
Escribe
ANDREA
DUFOURNEL (*)
adufournel@yahoo.com
5 de enero de
2012
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(*) ANDREA DUFOURNEL. (Chile, Temuco) Columnista del diario electrónico El Temucano y
colaboradora de otros medios en la Red.
Autodidacta en este noble oficio de opinar, luchadora sin pausas y con
algo de prisa por la libertad, la defensa de los menos favorecidos en este
sistema tan desigual. Instalada en la trinchera de lucha contra el
neoliberalismo, donde la atenta observación de esta sociedad y de sus luchas,
le ha dado la oportunidad de aportar con las letras a esta dura batalla por ese
otro mundo que es necesario sea posible. ..
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Las sorpresas del gobierno de Piñera no se hacen esperar y continúa hoy
de mano del nuevo Ministro de Educación, Harald Beyer, el cual, luego de
profundas meditaciones que, de seguro, a corto plazo le provocarán estrés ha
llegado a la conclusión de que ya no es dictadura la de Pinochet: los
alumnos de hasta 6° básico aprenderán que entre 1973 y 1990 en Chile hubo un
“régimen militar”.
Esto no es sorprendente, el ahora ministro se manifestó hace algunos
meses a favor de reducir las horas de historia que se imparten en los colegios
chilenos.
Para algunos,
podría no tener importancia de no ser por la permanente actitud del gobierno de
derecha de Piñera y sus ministros por desmarcarse de la figura de Pinochet y
bajarle, por otro lado, el perfil a las atrocidades cometidas a través del
terrorismo de estado por la dictadura de la cual fueron cómplices ya sea por
acción u omisión.
Como si no
fueran conocidas en el mundo las miles de víctimas, detenidos desaparecidos,
asesinados, exiliados, torturados, exonerados, sumado todo esto a la ignominia
de haber atentado contra el gobierno legítimamente constituido del presidente
Salvador Allende, cuya figura es admirada y reconocida en todo el mundo.
Las
pretensiones de Beyer, y a través suyo del gobierno, no es otra cosa que
intentar producir una suerte de amnesia colectiva por decreto. Las atrocidades
ocurridas en Chile no se podrán olvidar ni cambiar por un mero cambio de
nombre, lo acontecido dejó hasta hoy perplejo al mundo entero. Se le llama
dictadura y seguirá siendo así ya que nadie con conciencia, podría dejar de
llamar dictadura a esta ignominia, a este verdadero holocausto que nos tocó
vivir y que esperamos nunca más tengamos repetir esta tortura colectiva en la
que su “régimen” nos hizo padecer.
Los eufemismos
típicos de la derecha, con su lenguaje santurrón no borrarán la historia a
pesar de los intentos por ocultar los hechos, el estilo de esconder sus
excretas bajo la alfombra reflejan su calidad humana, su cinismo soterrado y
deja aún más claro sus estrechos vínculos con los esbirros que ejercieron el
poder absoluto con la venia de la derecha fascista.
Podrán
cambiarle el nombre, pero no dejará de ser una de las dictaduras más cruentas
que ha vivido la humanidad, los crímenes cometidos traspasaron nuestras
fronteras.
Ya lo han
intentado antes: a las atrocidades cometidas les llamaron excesos. Las cosas
deben llamarse por su nombre y muy a pesar del gobierno tendrán que aceptar que
los diecisiete años de oscuridad y terror vividos en Chile, fueron y seguirán
siendo una DICTADURA.
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Andrea
Dufournel – Temuco- Chile
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