jueves, 5 de enero de 2012

UNA ECONOMÍA MUNDIAL QUE YA ESTÁ SUFRIENDO CON EL CAOS DE EUROPA NO PRECISA DE UN NUEVO EPICENTRO DE CRISIS.


Viernes 6 de enero de 2012
  
CHINA:
‘‘LA BURBUJA INMOBILIARIA EXPLOTA’’

Sobre nota de
PAUL 
KRUGMAN (*)
Fuente 
“Ambito Financiero”
4 de enero de 2011
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(*) PAUL ROBIN KRUGMAN (1953) es un economista, divulgador y periodista norteamericano, cercano a los planteamientos neokeynesianos. Actualmente es profesor de Economía y Asuntos Internacionales en la Universidad de Princeton. Desde 2000 escribe una columna en el periódico New York Times y, también, para el periódico peruano Gestión y el colombiano “La República”. En 2008 fue galardonado con el Premio Nobel de Economía. Ha escrito más de 200 artículos y 21 libros -alguno de ellos académicos
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Aún en medio de la debacle europea y con Estados Unidos en terapia intensiva, el influyente economista norteamericano Paul Krugman lanzó días atrás un serio interrogante: ¿China va a quebrar? Lo hizo en un diario brasileño, donde explicó que la burbuja inmobiliaria china estaba explotando como ocurrió en el mercado japonés en los ochenta y en años más recientes en Norteamérica.
Cuestiona a quienes consideran que el Gobierno chino hará todo lo posible para evitar el colapso y reconoce que a pesar de que las estadísticas oficiales son poco confiables, aun así reflejan una crítica situación que tiene más visos de desembocar en una crisis que de ser un mero obstáculo en el derrotero del crecimiento chino.

PAUL KRUGMAN
 El Nobel de Economía Paul Krugman publicó en el diario brasileño “Folha de Sao Paulo” una columna sobre el panorama de China en la que plantea una crítica situación económica similar a cuando explota una burbuja. A continuación, lo más relevante de la nota.

Considere el siguiente panorama: el crecimiento reciente se basó en un enorme boom de la construcción alimentado por la suba de los precios de los inmuebles, boom que presenta todos los signos clásicos de una burbuja. Además, hubo un crecimiento acelerado del crédito, mayormente vinculado al segmento financiero informal. Ahora la burbuja está explotando y existen motivos reales para temer una crisis financiera y económica.

¿Estoy describiendo a Japón a fines de los 80 o a EE.UU. en 2007? Podría ser. Pero, en este momento, me refiero a China, que está emergiendo como un foco de peligro en una economía mundial que realmente no precisa de eso en este momento. 

Vengo alertando sobre la situación de China, en parte porque es tan difícil saber lo que realmente ocurre allá. Todas las estadísticas económicas pueden ser vistas como ciencia ficción. A pesar de ello, los datos oficiales son preocupantes y las recientes noticias son suficientemente dramáticas para hacer sonar las alarmas.

Lo que más me llamó la atención de la economía china en los últimos 10 años fue cómo el consumo doméstico, a pesar del aumento, estaba desfasado en relación con el crecimiento general. Hoy el gasto de los consumidores representa cerca del 35% del PBI, más o menos la mitad del nivel de los Estados Unidos.

 ¿Entonces quién está comprando los bienes y servicios que China produce? Parte de la respuesta es «nosotros»: a medida que la participación de los consumidores en la economía fue cayendo.

China fue cada vez más confiando en superávits comerciales para mantener su sector manufacturero activo. Pero la historia principal, desde el punto de vista de China, son las inversiones que representan casi el 50% del PBI.

¿La pregunta obvia es: con una demanda de los consumidores relativamente débil, ¿qué motivó esas inversiones? Y la respuesta es que ellos dependen, en gran medida, de la burbuja inmobiliaria siempre creciente. Desde 2000, las inversiones en el sector inmobiliario más o menos duplican su participación en el PBI, siendo directamente responsables de más del 50% del aumento general de las inversiones. Y con certeza, buena parte del resto del aumento se debe a empresas que se expandieron para vender al creciente sector de la construcción.

¿Sabemos con certeza que el crecimiento del sector inmobiliario fue una burbuja? Ella mostró todas las señales: no sólo la suba de los precios, sino además el tipo de fiebre especulativa que ya conocemos bien por otras experiencias, como por ejemplo el caso de la costa de la Florida. Y hubo otro paralelo con la experiencia norteamericana: cuando el crédito se expandió, buena parte no provino de los bancos, sino del sistema financiero informal, no supervisado ni protegido.

diferencias en los detalles: el financiamiento informal en el caso americano generalmente se vinculó con prestigiosas empresas de Wall Street e instrumentos financieros complejos, en cuanto a la versión china el crédito pasó por bancos clandestinos y hasta por casas de empeño. Pero las consecuencias fueron similares: en China, así como ocurrió en EE.UU. años atrás, el sistema financiero puede estar mucho más vulnerable de lo que revelan los datos sobre los bancos comerciales.


Ahora la burbuja está explotando visiblemente. ¿Cuántos daños va a causar a la economía china y al mundo? Algunos analistas dicen que no debemos preocuparnos: que China tiene líderes fuertes e inteligentes que harán lo que sea preciso para lidiar con una desaceleración. Lo que está implícito, aunque no sea declarado con frecuencia, es la idea de que China podrá hacer lo que sea preciso porque no precisa preocuparse con buenas maneras democráticas. Creo que eso no es convincente.

Recuerdo muy bien haber escuchado esas frases tranquilizadoras semejantes sobre Japón en los años 80, cuando los brillantes burócratas del Ministerio de Finanzas supuestamente tenían todo bajo control. Y, más tarde, hubo declaraciones de que EE.UU. jamás repetiría los errores que llevaron a la década perdida a Japón, siendo que en realidad estábamos teniendo un desempeño todavía peor del que Japón había tenido.

No quiero ser alarmista, pero es imposible no estar preocupado: la historia de China es un poco parecida a las quiebras que ya ocurrieron en otras regiones. Y una economía mundial que ya está sufriendo con el caos de Europa realmente no precisa de un nuevo epicentro de crisis.

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