Jueves 19 de enero de 2012
JOSE SARAMAGO
Premio Nobel de Literatura 1998.
Recopilación de
entrevistas, declaraciones
y pequeños fragmentos de sus libros.
.
ABRIR LOS OJOS,
UNA OBLIGACIÓN
(Publicado en Librínsula)
¿Cómo es posible contemplar la injusticia, la miseria, el
dolor sin sentir la obligación moral de transformar eso que estamos
contemplando? Cuando observamos a nuestro alrededor vemos que las cosas no
funcionan bien: se gastan cifras exorbitantes en mandar un aparato a explorar
Marte mientras cientos de miles de personas no tienen para alimentarse. Por un
cierto automatismo verbal y mental hablamos de democracia cuando en realidad de
ella no nos queda mucho más que un conjunto de ritos, de gestos repetidos
mecánicamente. Los hombres, y los intelectuales en tanto ciudadanos, tenemos la
obligación de abrir los ojos.
.
.
APUNTES SOBRE
LA DEMOCRACIA
Publicado en “Diario de Noticias”
Cuando digo que la democracia se suicida diariamente, pierde
espesor y se desgasta, disminuyendo su densidad, estoy hablando de un
sentimiento que nos afecta, a nosotros, ciudadanos. Sentimos, y sufrimos con
eso, que no tenemos importancia en el modo como funciona la sociedad.
Podemos escoger nuestros representantes, elegirlos, hay
representación democrática, todo funciona dentro del sistema, de sus
condicionamientos, pero la verdad es que nuestra capacidad de cambiar los
destinos del país y del mundo está limitada por la propia organización
democrática. El poder efectivo real es, a buen seguro, el poder económico.
Es una plutocracia. Y el poder económico no es democrático,
lo que es la gran contradicción del sistema. Nos dicen: «sois ciudadanos de
pleno derecho, la democracia es el poder del pueblo, por el pueblo y para el
pueblo», pero se trata de una retórica un poco fatigante, porque los destinos
del mundo son conducidos por unas cuantas multinacionales, cuyos consejos de
administración no se presentan al electorado.
Vivimos en una esquizofrenia sistemática en que se habla de
la democracia en las páginas de los periódicos, un poco por todas partes, pero
la realidad es que, a pesar de que podamos elegir nuestros gobiernos, no
llegamos ni más alto ni más lejos, porque los gobernantes son comisarios
políticos del poder económico. No me canso de repetirlo.
Vivimos en un mundo en que todo se debate, de la tercera
edad a la ecología, en mesas redondas, coloquios, simposios, millones de
personas se reúnen para discutir, pero la democracia no se debate, como si
fuera algo prácticamente intocable. Me parece más que absurdo que así sea. Ella está aquí, hay que aceptarla, lo que no nos impide
criticar, observar, analizar.
Aristóteles decía que, en el sistema democrático, los pobres
deberían estar en el gobierno de la polis , lo que no significa que los ricos
no estuvieran representados. En esa democracia gobernada por los pobres, se
sabe que son los ricos que conducen la política: la banca, las grandes
multinacionales. Vivimos en un tiempo en que el empleo alcanzó un grado de
inestabilidad extrema. Ningún gobierno mentalmente decidiría que el empleo no
fuera permanente. Es el poder económico que lo decide. O sea, el poder no
democrático gobierna la democracia.
Cuando hablamos de la Humanidad, parece que estamos
refiriéndonos a una abstracción. Están ahí, los individuos, pero ¿quiénes son
ellos, quiénes somos nosotros? Las grandes masas están subyugadas, ya no digo
por un poder ideológico, sino por un fenómeno de globalización económica, que
se transformó en una globalización política.
.
No hay comentarios:
Publicar un comentario