miércoles, 15 de febrero de 2012

DOSSIER DEL CONSORCIO INTERNACIONAL DE PERIODISTAS DE INVESTIGACIÓN – AQUÍ LA PARTE INICIAL.


Jueves 16 de febrero de 2012

LA MUERTE DE LOS OCÉANOS

Escriben
MORT 
ROSENBLUM (*)
y MAR CABRA
Fuente: “El Puercoespín”
Publicó “Rebelión”
.
(*) MORT ROSENBLUM (EE UU 1944) Escritor. Catedrático de la Universidad de Arizona y trabaja junto con MAR CABRA en un proyecto en internet para defender los océanos de la depredación. Ambos integran el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación en colaboración con IDL. Rosemblum es un legendario periodista de de la agencia The Associated Press. También fue corresponsal de guerra. Ha cubierto eventos e investigaciones en todos los continentes. Especialista en temas marinos.
.
Eric Pineda se asomó a la bodega del Achernar y sólo vio diez míseras toneladas de jurel después de haber estado faenando durante cuatro días. Hace un par de décadas, las aguas del Pacífico Sur eran tan ricas en pescado que se podía llenar ese barco de casi 18 metros de eslora en apenas unas horas.
Mar Cabra

Este agente marítimo, como cualquier otro habitante de esta vieja ciudad portuaria de Talcahuano, situada al sur de Santiago, creció conviviendo con ese pescado lleno de espinas y de tonos bronce llamado jurel chileno, una especie que deambula agrupado en bancos por las aguas del Pacífico Sur.

“Se está acabando muy rápido”, admitió Pineda, “tenemos que pescar lo más posible antes de que se agote todo”. Cuando se le pregunta qué le dejará a su hijo, se encoge de hombros: “Tendrá que buscar otra cosa”.

PERO, 
¿QUEDA ALGO POR BUSCAR?
El jurel, rico en ácidos grasos, es un verdadero maná para un planeta hambriento, un producto de primera necesidad en África. En otros lugares, la gente lo come sin darse cuenta, ya que la mayoría del jurel capturado se transforma en harina de pescado para ser consumido en la acuicultura y en las granjas de cerdos. Se necesitan alrededor de cinco kilos de jurel para producir un kilo de salmón de criadero.

En tan sólo dos décadas, el stock de jurel ha caído en picada: de unas 30 millones de toneladas a menos de tres millones en la actualidad. Los barcos arrastreros más grandes del mundo, después de haber esquilmado otros océanos, ahora ponen rumbo hacia las aguas cercanas a la Antártida para disputarse lo poco que queda.

Un trabajo realizado en ocho países por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés) sobre la industria pesquera en el Pacífico Sur revela por qué el estado crítico en el que se encuentra el humilde jurel presagia de forma clara el alarmante y progresivo deterioro de las especies marinas en todos los océanos.

 El caso del jurel es reflejo de un panorama mundial desolador: décadas de pesca sin controles fomentada por rivalidades geopolíticas, corrupción, mala gestión e indiferencia de la ciudadanía.

Daniel Pauly, eminente oceanógrafo de la Universidad de Columbia Británica, ve en la grave situación del jurel del Pacífico Sur una señal de alarma. “Éste es como el último de los búfalos” contó al ICIJ en referencia a la época de la colonización de Norteamérica. “Cuando se haya ido, entonces todo lo demás habrá desaparecido con él… Marcará el final de los territorios conquistables”, añadió Pauly. La pesca será una cosa del pasado.

GRANDES FLOTAS PESCAN SIN CONTROL
Delegados de al menos 20 países se reunirán en Santiago la próxima semana, 30 de enero [de 2012, quince días antes de la publicación de este texto], para intentar avanzar en el difícil objetivo de frenar el saqueo de los recursos del Pacífico Sur.

La Organización Regional de Ordenación Pesquera del Pacífico Sur (más conocida por sus siglas en inglés, SPRFMO) se fundó en 2006 gracias a la iniciativa conjunta de Australia, Nueva Zelanda y Chile, un país éste último que suele evitar su participación en los organismos internacionales de pesca.

 Su propósito original era proteger el estatus de las pesquerías, particularmente la del jurel. Sin embargo, hicieron falta casi cuatro años para que 14 países adoptaran 45 artículos provisionales que respondieran a ese plan. Hasta la fecha, sólo seis países han ratificado el acuerdo.

Entretanto, las flotas industriales, sólo sujetas a restricciones voluntarias, se afanan por pescar lo más posible en los confines del mundo.

Los científicos calculan que entre 2006 y 2011 la población de jurel disminuyó un 63 por ciento.

La convención de la SPRFMO necesita ocho firmas para ser vinculante, incluida la de un Estado costero sudamericano. Chile, que en un primer momento fue determinante para constituir el grupo, aún no la ha ratificado.

En sus comienzos, la SPRFMO decidió que en el futuro asignaría cuotas anuales para los Estados miembros en función del tonelaje de arqueo bruto de los barcos desplegados por cada uno de los países entre 2007 y 2009.

Con el fin de aprovecharse de esa decisión, varias flotas pesqueras se dirigieron a toda máquina hacia las aguas del Pacífico Sur. Los barcos de arrastre chinos llegaron en masa, así como lo hicieron otros procedentes de Asia, Europa y Latinoamérica.

Uno de los primeros en llegar fue el que por aquel entonces era el mayor barco pesquero del mundo, el Atlantic Dawn, un buque de 14.000 toneladas construido para armadores irlandeses. La empresa holandesa Parlevliet & Van der Plas lo compró y le dio el nombre de Annelies Ilena. Este tipo de “Super arrastreros” capturan jurel con redes que al desplegarse superan los 25 metros de anchura por 80 de longitud. Cuando las redes son recogidas, el pescado es introducido en la bodega mediante tubos succionadores similares a aspiradoras gigantes.

Gerard van Balsfoort, presidente de la Asociación de Grandes Arrastreros Congeladores de Pelágicos (PFA, por sus siglas en inglés), con sede en Holanda y que representa los intereses de nueve compañías y 25 barcos de bandera europea, confirmó algo obvio: los holandeses, al igual que el resto, fueron a marcar territorio. “Era una de las pocas zonas a las que podías acceder libremente”, admitió Van Balsfoort. A lo que añadió: “Parecía evidente que una gran cantidad de barcos iba a tomar rumbo sur, pero no había otra opción. Si te retrasabas en tomar la decisión de ir allí, te podían cerrar la puerta”.

En 2010, la SPFRMO contabilizó 75 barcos faenando en el área de su
competencia.
-
HASTA AQUÍ LA  PARTE INICIAL 
DE UN EXTENSO Y MUY BUEN INFORME.
La nota completa la encuentra aquí:
También esta aquí:

No hay comentarios: