Jueves
2 de febrero de 2011
CRISIS....ahora que
dice:
crisis eran las de
antes
(Abordando eso gris, que parece la teoría)
Escribe
JORGE
ANICETO
MOLINARI
(*)
.
(*) JORGE ANICETO MOLINARI :
Militante sindical y político desde épocas estudiantiles (en Paysandú)
Dirigente y militante gremial en AEBU,
CNT. Participó en la fundación del Frente Amplio. Actual miembro titular en el
Consejo Honorario de Caja Bancaria (por Jubilados y Pensionistas) Consecuente
estudioso del camino que abriera Carlos Marx y empecinado en creer que un mundo
mejor es posible. Partidario de la moneda unica universal y del impuesto a las
transacciones financieras, militante de ATTAC.-
.
Hace algunos meses nadie hablaba de ella, ahora todo el
mundo la comenta como un hecho más de la realidad.
Cuesta entender la falta de análisis profundos sobre el tema
de que hoy se dispone. El Cr. Danilo Astori (1), llegó a plantear que este modo
de producción no podía dar respuesta a las necesidades de la sociedad, que era
necesario pensar con cabeza abierta. “Ser de izquierda”, sintetizaba. Nosotros
recordábamos sus escritos juveniles sobre las zonas francas, sobre la deuda
externa, sobre el costo social de la crisis. Pero luego en el semanario
“Búsqueda” aplicó el clásico axioma gubernamental: “como te digo una cosa te
digo la otra”, haciendo el panegírico de la actividad privada, esa misma
actividad que ha llevado a este modo de producción a la crisis que hoy vivimos.
Lo cual no está mal si a continuación hubiera desarrollado los límites que hoy
tiene esa actividad, pensando además en que entramos cada vez más profundamente
en la mayor crisis del modo de producción capitalista en la historia.
Cuesta entender como
destacados economistas solo piensan en el marco nacional, o a lo sumo regional,
sin tener en cuenta el dominio que sobre el mundo ejerce un modo de producción
que determina en feroz competencia el desarrollo de la producción con elementos
de distintos orígenes según convenga a sus intereses, así como determinan la
composición de los gobiernos, y ya no de “países bananeros” sino de las
superpotencias hoy endeudadas como el mejor.
La crisis no es patrimonio de EE.UU. o de la Unión Europea,
la crisis es la de un modo de producción que como dice el Cr. Astori ya no
puede satisfacer las necesidades de la gente.
Todos los Estados, todos, están profundamente endeudados, y
las recetas de los organismos rectores de la economía mundial es achicar sus
presupuestos, que significa traducido al lenguaje vulgar: disminuir las
prestaciones que tienen asumidas hacia la sociedad. Además la base de los
sistemas impositivos son los impuestos al consumo y al trabajo.
Esta contradicción que en la gran crisis anterior se
resolvió con la guerra y el nacimiento de la revolución neoliberal (de derecha,
pero revolución al fin) que abrió las fronteras y desarrolló el límite del
planeta para la conquista de los complejos empresariales multinacionales. Hoy
eso ya no es posible, el agotamiento se refleja directamente en la tasa de
ganancia que el sistema monitorea, en tremenda competencia, a través de un formidable
desarrollo tecnológico en estos mismos complejos. Sabe antes que nosotros la
verdad y que sus inversiones posibles son cada vez más riesgosas para el mundo.
La vieja receta de la guerra implica una destrucción
inimaginable, es necesario salidas que inicien una etapa de transición en que
un modo de producción, el capitalista, deja de predominar para entrar a
desarrollarse un nuevo modo de producción que ya se ha mostrado en forma
incipiente particularmente en la salud y la enseñanza en las revoluciones
socialistas, que se han impuesto por importantes periodos, antes de que fueran
mediatizadas por el propio desarrollo del sistema capitalista hoy en crisis.
Lo formidable de la época que nos ha tocado vivir es que
junto con estos peligros que amenazan a la humanidad toda, existe un notable
desarrollo tecnológico que permite instrumentar rápidamente un cambio notable y
positivo de esta realidad.
Pensemos en un impuesto a las transacciones financieras
aplicado universalmente y medido con una unidad monetaria única y común de
cuyos resultados fueran provistos los organismos de la sociedad para planificar
un desarrollo en beneficio de la gente.
Imaginemos la industria de guerra, volcada a la
reconstrucción de continentes como África, Asia, América, ………Seguramente habrá
todo un periodo en que el capitalismo encontrará una base sana de desarrollo
antes de abandonar el planeta como forma de producción.-
¿Soñamos? Seguramente que sí, como soñaron antes que
nosotros Luther King, por ejemplo, y tantos que han dejado obras formidables
para el gozo de la humanidad toda.
Un mundo mejor es posible.
Jorge Aniceto Molinari
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