Lunes 20
de febrero de 2012
AMBIENTALISTAS POR EL
CARNAVAL
NO
CORTAN RUTAS PERO SÍ PROTESTAN
.
Escribe
MATÍAS
LONGONI (*)
Fuente
“Clarin” Bs. As.
19 de
febrero 2012
.
(*) MATIAS
LONGONI- (Argentina) Periodista, escritor. Columnista
en diario”Clarin” epecializado en temas
agropecuarios ha sido galardonado en el año 2011 con el Premio Latinoamericano de
Periodismo de Investigación. Ha publicado libros sobre sus trabajos. El último
es”Fuera de control” (Editorial Planeta)
.
Los
festejos de carnaval aplacaron parte de la bronca de los pobladores de una
extensa franja del país que en las últimas semanas se ha sublevado contra la
minería a cielo abierto. Esa región caliente se extiende desde la salteña
Cafayate a la riojana Famatina y atraviesa poblados tucumanos y catamarqueños
como Amaicha del Valle, Santa María, Tinogasta, Belén y Andalgalá. Como en
aquellas “guerras calchaquíes” que mantuvieron estos valles a salvo de los
conquistadores españoles durante casi un siglo, ahora la consigna es frenar el
avance de los gigantescos proyectos mineros.
Aunque
con menor intensidad que días atrás, este fin de semana de comparsas persistían
los “bloqueos selectivos” en algunas rutas y caminos de la región. Tenían un
denominador común: evitar el ingreso de camiones y maquinaria a la Alumbrera,
uno de los principales enclaves mineros del país, rico en cobre y oro. También
frenar los nuevos proyectos, en especial el que intenta montar la misma empresa
a escasos 20 kilómetros de Andalgalá. El yacimiento Agua Rica SA está enclavado
sobre el imponente nevado Aconquija.
Los
cortes antimineros – que en los últimos días afectaron el tránsito en rutas
como la 40 y la 60, y a veces fueron desalojados bruscamente por las fuerzas de
seguridad- tienen una alta participación de jóvenes ambientalistas. Pero los
“hippies”, como los definen despectivamente los defensores de la minería, no
son tantos. La espiral antiminera caló profundo en buena parte de la comunidad.
Urbano Cardozo preocupado por la calidad del agua afectada por los movimientos de tierra en la mina Agua Rica |
Urbano
está, como la mayoría de sus vecinos, más preocupado por el agua que otra cosa.
Un riacho que nace en la zona donde Agua Rica ya remueve tierras baja del cerro
con un color barroso. Es el que alimenta Andalgalá. A pocos kilómetros de allí
otros cursos de agua conservan su tono cristalino. “La discusión real no es si
Alumbrera usa o no usa cianuro. No sabemos ni siquiera qué metales bajan en el
agua que tomamos”, reflexiona el veterano.
La
Alumbrera – que utiliza 100 millones de litros de agua por día- ya ha provocado
que algunos pueblos cercanos a ella desaparecieran. Es el caso de Vis Vis,
habitado por 54 personas obligadas a migrar. O el de Amanao, donde apenas
subsisten 2 vecinos. En Andalgalá, de 20.000 personas, temen que suceda lo
mismo con ellos cuando Agua Rica comience a operar . Solo 200 cuadras los
separan de un emprendimiento que será dos veces más grande que Alumbrera.
“Están
apareciendo enfermedades raras y se nos están muriendo muchos jóvenes”, dice
Luis Alberto Flores, médico cardiólogo de Andalgalá, que investigó un fuerte
crecimiento de los casos de cáncer óseo. Tres días atrás murió un jóven con ese
diagnóstico.
“La
Alumbrera deja 1.000 millones de pesos por año al gobierno central. La
provincia de Catamarca obtiene 400 millones y a nosotros, en el municipio de
Andalgalá, nos quedan solo 6 millones por año. A lo largo de estos 14 años la
mina dejó 120 millones en la región, que además se los fueron comiendo los
distintos funcionarios”, explica León Cecenarro, profesor del secundario. Y es
que la revuelta antiminera tiene otro condimento: los vecinos no solo critican
a la minería sino – y sobre todo- a los políticos que permiten su avance y no
la controlan.
Esos
políticos, por cierto, son lo que permiten que La Alumbrera incumpla un acuerdo
firmado en 1997 con el ex gobernador Arnoldo Castillo. Decía que 80% de la mano
de obra ocupada debía ser de Catamarca.
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