Sabado
11 de febrero de 2012
LA
BRAVUCONERÍA COMO ESTRATEGIA
Escribe
JORGE
GÓMEZ
BARATA (*)
Fuente:
ARGENPRESS.info
10 de
febrero de 2012
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(*)
JORGE GÓMEZ BARATA- Profesor, escritor, historiador, investigador y periodista
cubano- Vive en La Habana- autor de numerosos estudios sobre EEUU. Especializado en temas de política
internacional. Colaborador habitual en los principales medios de prensa,
latinoamericanos y extranjeros. Hadicho que “En todas
las esferas del saber y de la práctica social, incluyendo la economía, la
verdad es siempre sencilla, ...”
.
Cualquier
litigante conoce que para cometer un crimen debe haber motivos, medios y
oportunidad. Para atacar a Irán Israel dice tener los motivos y puede crear la
oportunidad pero no dispone de los medios. Por su parte Estados Unidos lo tiene
todo, excepto los motivos.
Israel
alega que un Irán nuclear compromete su seguridad, argumento que no puede
invocar Washington. Con armas nucleares o sin ellas, militarmente, frente a
Estados Unidos, Irán que es un liliputiense aunque también eje de una paradoja
perfecta: puede ser destruido mas no ocupado.
En su corta
existencia como Estado, Israel ha librado cuatro guerras (1948-1949), (1956)
(1967) y (1973) En todas ha resultado victorioso no sólo por la eficacia de sus
ejércitos, sino por la ineptitud y déficit de motivación de los adversarios. A
tales acciones se añaden los bombardeos a los reactores nucleares en
construcción de Irak y Siria, las agresiones al Líbano, el bloqueo a la franja
de Gaza y otras operaciones. Mediante esos eventos Israel se apropió de
territorios de Palestina y de otros estados, algunos de los cuales siguen
ocupados.
Todo
ello unido al respaldo norteamericano y un eficaz marketing político han
proporcionado al Estado judío una imagen de invencibilidad que tal vez esté
siendo puesta a prueba. Israel no ha operado militarmente contra Irán por una
sola razón: no puede vencer o, como mínimo, no está seguro de poder ganar.
Estados
Unidos acumula una vasta experiencia en desembarcos navales, algunos
antológicos como el de Normandía, exitosos como los del Pacifico y fallidos
como el de bahía de Cochinos, pero todos cruentos y sumamente costosos: En
algunos como en Okinawa los comandantes y las tropas se cubrieron de gloria y
en otros hicieron ridículos como aquel de 1898 cuando durante la Guerra
Hispano-Americana el regimiento de caballería al mando de Theodore Roosevelt
embarcó las monturas, el forraje y los jinetes y olvidaron los caballos.
En su
breve historia el Estado de Israel se ha destacado por su capacidad para desarrollar
relampagueantes operaciones terrestres con unidades motorizadas contra
adversarios incompetentes, poco motivados y peor fortificados y siempre con
total dominio del aire; en cambio nunca ha librado batalla en el mar ni
realizado desembarcos navales sobre costas hostiles y fortificadas. Israel no
posee un cuerpo como la Infantería de Marina de los Estados Unidos y
probablemente no tenga una docena de lanchas de desembarco.
Si bien
el Estado sionista puede realizar operaciones aéreas y navales sobre blancos en
Irán, obviamente se expone a la respuesta. Sus aviones, buques y submarinos no
son invulnerables ni sus ciudades e instalaciones nucleares están fuera del
alcance de la aviación y la cohetería persa y, aunque mediante difíciles
maniobras, buques y submarinos de Irán pudieran adentrarse en el mar Rojo y el
Mediterráneo y devolver los golpes.
No debe
obviarse el hecho de que las defensas antiaéreas de Israel nunca han sido
puestas a prueba y, lamentablemente los ciudadanos israelíes, no pueden esperar
moderación ni caballerosidad por parte de Irán, que utilizará todos los
recursos a su alcance para causar daño.
El arma
nuclear, principal argumento militar de Israel, probablemente no sea utilizable
debido a que su empleo pone en peligro no sólo a todos los estados del golfo
Pérsico, sino también a los de Africa del Norte, el sur de Europa, Rusia y el
propio Israel. Cualquier estudiante de secundaria conoce que los vientos del
Sahara arrastran polvo del desierto, no sólo hasta España sino incluso hasta El
Caribe. Un ataque nuclear de Israel contra Irán tendrá un inevitable efecto
global, que puede ser letal.
.
Para
Estados Unidos, que no ganará absolutamente nada con ello, una guerra contra
Irán es la operación militar menos rentable que pueda ser imaginada y una
aventura que en lugar de resolver alguno de sus problemas puede acrecentarlos,
especialmente aquellos asociados al terrorismo.
No
obstante el hecho de que Israel no pueda y Estados Unidos no quiera no son
garantías suficientes de que el conflicto será evitado. Hay demasiados halcones
en posiciones de poder, demasiados orates sueltos, las pasiones están
exacerbadas, la retorica es agresiva y las maniobras con tropas peligrosas.
Como en tiempos de la Guerra Fría, un tiro escapado a un recluta o un accidente
puede conducir a la guerra.
Lo
único razonable ahora seria la moderación de las partes o la aparición de un
mediador calificado. Descontada la ONU y la Unión Europea, que al convertirse
en partes se han descalificado como tales y ante la gestión fallida de Brasil y
Turquía que lo intentaron pero Estados Unidos los hizo fracasar, la plaza quedó
vacante. Se busca un árbitro que procure un chance a la paz. Es urgente. Allá
nos vemos.
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