Viernes
2 de marzo de 2012
HAMBRE
MUNDIAL
EL
PRECIO DE LA CODICIA
Y LA IMPREVISIÓN
.
Fuente
original:
“ BIODIBERSIDAD
EN AMERICA LATINA Y EL CARIBE”
.
Este
informe se basa sobre datos de estas fuentes:
Informe
de Social Watch 2012: http://bit.ly/rCabKY
Farming
Money (en ingles y en formato PDF): http://bit.ly/zqp31K
Un
retraso peligroso (en formato PDF): http://bit.ly/zdDI0P
FAO (en
ingles): http://bit.ly/xcE7ju
Fuente:
Social Watch
.
La
especulación en tierras y productos básicos, el boom de los biocombustibles,
las políticas agrícolas y de asistencia implementadas por países ricos e
instituciones multilaterales y el cambio climático exacerban la crisis
alimentaria mundial, como quedó en evidencia en varios capítulos del Informe de
Social Watch 2012. Más pruebas surgieron en dos estudios posteriores, uno
elaborado por Amigos de la Tierra Europa y otro por las organizaciones
humanitarias Save the Children y Oxfam.
Al
mismo tiempo, el director general adjunto de la FAO, Hiroyuki Konuma, advirtió
que “el aumento de las inversiones es de importancia crítica para reducir el
déficit de compromisos prevaleciente” en materia de seguridad alimentaria, pero
“elevaron las demandas y presiones” en el sector agrícola “e instalaron
tensiones en los sistemas de tenencia de tierras”.
“En
algunos casos, esas inversiones se hicieron a costas de los derechos sobre la
tierra de hombres y mujeres pobres”, se lamentó Konuma al abrir la semana
pasada en Bangkok la Consulta a Expertos sobre Inversiones Agrícolas y Acceso a
la Tierra convocada por la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura).
En su
informe, titulado “Farming Money” (“Cosechando dinero”), Amigos de la Tierra
Europa expuso el alcance de la especulación con productos básicos y con compras
de tierras a manos de firmas financieras europeas. El estudio revela la
participación de 29 bancos, fondos de pensión y compañías de seguros de ese
continente en “actividades destructivas” que “conducen a una catastrófica
inestabilidad en los precios mundiales de los alimentos, precipitando a
millones de personas a la pobreza y el hambre”, según Daniel Pentzlin,
directivo de esa organización ambientalista europea.
“Bancos,
aseguradoras y fondos europeos […] hacen apuestas con vidas humanas acumulan un
enorme lucro. Se requiere una estricta regulación del sector para proteger a
los más pobres”, agregó Pentzlin. El informe explica que, con la incertidumbre
financiera mundial, “las inversiones de productos agrícolas a futuro se han
vuelto cada día más atractivos para los inversores y especuladores financieros.
Miles de millones de euros y de dólares inundan y se repliegan de los mercados
de productos básicos, causando repentinos picos de precios […]. Cuando el
encarecimiento golpea más duro a los más vulnerables, amenazando su derecho al
alimento, las oscilaciones rápidas de precios también afectan a los
agricultores pobres.”
LA
CRISIS DE 2011 NO FUE UN CASO AISLADO
El informe
elaborado por Save the Children y Oxfam, titulado “Un retraso peligroso”, trata
de explicar la tardanza en la respuesta internacional a la crisis alimentaria
en el Cuerno de África. “Esta crisis se ha producido a pesar de que se había
pronosticado. Aunque la sequía provocó la crisis, fueron factores humanos los
que la convirtieron en una emergencia mortal”, escribieron sus autores.
“En el Cuerno de África existían indicios de
que se avecinaba una crisis ya desde agosto de 2010. En noviembre de 2010 se
repitieron estas señales, cuya intensidad aumentó a principios de 2011. Algunos
actores respondieron en ese momento, pero la respuesta a gran escala sólo se
produjo después de que no se registrasen lluvias por segunda vez consecutiva.
Para entonces, en algunos lugares las personas ya estaban muriendo. Muchas
habían perdido sus medios de vida y muchas más –sobre todo mujeres y niños–
estaban sufriendo dificultades extremas”, según el informe.
“La
recaudación de grandes sumas para una respuesta humanitaria depende de que
exista una atención considerable por parte de los medios [de comunicación] y de
la opinión pública, lo cual no sucedió hasta que la situación fue crítica. Pero
no se trata de eso. Esperar a que se produzca una situación crítica para responder
no es la manera adecuada de abordar la vulnerabilidad crónica y las sequías
recurrentes en lugares como el Cuerno de África”, explica “Un retraso
peligroso”.
LOS
RECURSOS MUNDIALES SON SUFICIENTES
El
Informe de Social Watch 2012 destaca que en el planeta hay “abundancia” de
recursos, los cuales “son suficientes para cubrir las necesidades fundamentales
de los 7.000 millones de habitantes del mundo”. “Sin embargo, demasiados
padecen hambre. Según el informe 2010 de la FAO, 850 millones de personas sufren
hambre, y esa cifra crece por el aumento en el precio de los alimentos”,
escribió Roberto Bissio, coordinador de esta red mundial de organizaciones de
la sociedad civil, en el resumen que prologa el estudio.
“La
especulación financiera y de mercancías ha socavado la seguridad alimentaria y
causado la retirada de millones de hectáreas de tierra de la producción de
alimentos para dedicarlas a usos no sustentables”, explicó el Grupo de
Reflexión de la Sociedad Civil sobre Desarrollo Mundial, integrado por miembros
destacados de Social Watch, la Fundación Friedrich Ebert, terre des hommes,
Third World Network, la Fundación Dag Hammarskjöld, DAWN y el Global Policy
Forum.
La Red
Árabe de Organizaciones No Gubernamentales de Desarrollo (ANND) fue más allá en
su capítulo del informe al observar que “las políticas energéticas no
sustentables y mal administradas […] solo han agudizado la amenaza mundial del
cambio climático, además de poner en peligro la seguridad alimentaria y del
agua por medio de tecnologías como la primera generación de biocombustibles,
que desatan una innecesaria rivalidad entre la energía y los alimentos”.
AGRONEGOCIOS
DESPLAZAN
A LAS
COMUNIDADES LOCALES
Hiroyuki Konuma |
Mirjam
van Reisen, de la Universidad de Tilburg University, y Simon Stocker y Georgina
Carr, ambos de Eurostep, criticaron la meta de la Unión Europea (UE) de cubrir
20% de las necesidades energéticas del bloque de un elenco de fuentes
renovables que incluye los biocombustibles. Esa política condujo “a la
apropiación de tierras por parte de agronegocios colosales, que no solo
desplazan a las comunidades locales sino que contribuyen también a la
inseguridad alimentaria, pues tierras antes utilizadas para la producción de
alimentos ahora sirven para garantizar la seguridad energética de la UE”.
“La
Política Agrícola Común de la UE también es objeto de intensas críticas por
fomentar relaciones comerciales inmensamente desiguales entre los agricultores
en Europa y en el Sur global. En particular, la dependencia de la UE de la
importación de pienso para animales, especialmente soja, ha contribuido a la
creciente demanda de tierras en el extranjero, lo que ha causado deforestación,
desplazamiento de comunidades y expansión de los cultivos transgénicos en
América del Sur, con los consecuentes efectos ambientales y sociales
negativos”, agrega el capítulo escrito por Van Reisen, Stocker y Carr.
“Además,
los subsidios de la UE a las exportaciones alientan la sobreproducción de
ciertos cultivos, lo que lleva al bloque a deshacerse de su superávit agrícola
en el mercado mundial, es decir, a vender a precios inferiores a los que
regirían sin esa distorsión, en muchos casos inferiores aun al costo de
producción. Esto ha impulsado en los últimos decenios la tendencia general a la
baja de los precios agrícolas mundiales, reduciendo las oportunidades de
inclusión equitativa de la producción del mundo en desarrollo en los mercados”,
según los expertos.
Director de FAO |
“La
competencia por la adquisición de tierras en África y en otros lugares, una
respuesta segura a la volatilidad financiera, lleva la producción europea hacia
los países en desarrollo y socava la capacidad de subsistencia de los pequeños
agricultores. Recientemente, 300 mil hectáreas de tierras fueron adquiridas en
Etiopía para la producción agrícola intensiva de exportación, lo que sucedía al
mismo tiempo que organizaciones humanitarias procuraban fondos para luchar
contra la creciente hambruna causada por la pérdida de los medios de vida de la
población rural”, concluyeron. Los tres expertos también acusaron a la
“autorregulación del sector privado”, un “enfoque adoptado y fomentado por la
UE en común con otros países industrializados”.
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