LA
CENTRALIDAD DEL AGUA
EN LA
DISPUTA GLOBAL
POR
RECURSOS ESTRATÉGICOS
Escribe
Dra. MONICA
BRUCKMANN
(*)
Fuente:
“Sin Permiso”
18 de
marzo 2012
.
(*) MONICA
BRUCKMANN Socióloga. Doctora en ciencia política. Profesora del Departamento de
Ciencia Política de la Universidad Federal de Río de Janeiro (Brasil). Investigadora
de la Cátedra y Red Unesco/Universidad de las Acciones Unidas sobre Economía
Global y Desarrollo Sustentable - REGGEN. Autora de “Recursos naturales y la
geopolítica de la integración”. “José
Carlos Mariátegui y el pensamiento social en Latino América”, entre otros.
ESTA NOTA COMPLETA AQUÍ: http://alainet.org/publica/473.phtml
.
Dos
visiones contrapuestas están en choque en la disputa global por el agua. La
primera, basada en la lógica de la mercantilización de este recurso, que
pretende convertirlo en un commodity, sujeto a una política de precios cada vez
más dominada por el proceso de financierización y el llamado "mercado de
futuros". Esta visión encuentra en el Consejo Mundial del Agua, compuesto
por representantes de las principales empresas privadas de agua que dominan 75%
del mercado mundial, su espacio de articulación más dinámico.
El
Segundo Forum Mundial del Agua, realizado en el año 2000 declaró, en el
documento final de la reunión, que el agua no es más un "derecho
inalienable", sino una "necesidad humana". Esta declaración
justifica, desde el punto de vista ético, el proceso en curso de desregulación
y privatización de este recurso natural. La última reunión realizada con el
nombre de IV Forum Mundial del Agua, en marzo de 2009 en Estambul, ratifica
esta caracterización del Agua. Un aliado importante del Consejo Mundial del
Agua ha sido el Banco Mundial, principal impulsor de las empresas mixtas,
público-privadas, para la gestión local del agua.
La otra
visión se reafirma en la consideración del agua como derecho humano
inalienable. Esta perspectiva es defendida por un amplio conjunto de
movimientos sociales, activistas e intelectuales articulados en un movimiento
global por la defensa del agua, que propone la creación de espacios
democráticos y transparentes para la discusión de esta problemática a nivel
planetario. Este movimiento, que no reconoce la legitimidad del Foro Mundial
del Agua, elaboró una declaración alternativa a la reunión de Estambul,
reivindicando la creación de un espacio de debate global del agua en los marcos
de la ONU, reafirmando la necesidad de la gestión pública de este recurso y su
condición de derecho humano inalienable.
La
Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó en julio del 2010 la propuesta
presentada por Bolivia, y respaldada por otros 33 Estados, de declarar el
acceso al agua potable como un derecho humano. Como era previsible, los
gobiernos de Estados Unidos, Canadá, Australia y el Reino Unido se opusieron a
esta resolución, con lo cual, en opinión de Maude Barlow, ex-asesora sobre agua
del presidente de la Asamblea General de la ONU, esta resolución pierde peso
político y viabilidad práctica(2).
Estos
cuatro países, y sus fuerzas políticas más conservadoras, aparecen como el gran
obstáculo. El peligro para los operadores del agua es grande, ciertamente, un
reconocimiento del agua y el saneamiento como derecho humano pondría límites a
los derechos de las grandes corporaciones sobre los recursos hídricos, derechos
consagrados por los acuerdos multilaterales de comercio e inversión.
Los
gobiernos de América Latina están avanzando en el reconocimiento del agua como
derecho inalienable y en la afirmación de la soberanía y gestión pública de
estos recursos. La Constitución Política del Estado Plurinacional de Bolivia
reconoce, en su artículo 371, que el "el agua constituye un derecho
fundamentalísimo para la vida, en el marco de la soberanía del pueblo",
establece además que "el Estado promoverá el uso y acceso al agua sobre la
base de principios de solidaridad, complementariedad, reciprocidad, equidad,
diversidad y sustentabilidad".
Ciertamente,
la disputa por la apropiación y el control del agua en el planeta adquiere
dimensiones que extrapolan únicamente los intereses mercantilistas de las
empresas transnacionales, colocándose como un elemento fundamental en la
geopolítica mundial. Está claro que el planeta necesita urgentemente una
política global para cambiar la tendencia del complejo proceso de desorden
ecológico que, al mismo tiempo que acelera la dinámica de desertificación en
algunas regiones, incrementa los fenómenos de inundación producto de lluvias
torrenciales, en otras. Las consecuencias devastadoras que la degradación de
medio ambiente está provocando y la gravedad de la situación global que tiende
a profundizarse colocan en discusión la propia noción de desarrollo y de
civilización.
LOS
ACUÍFEROS
LA PRESERVACIÓN DE ECOSISTEMAS
Desde
hace mucho tiempo, las investigaciones hidrológicas de los ciclos globales del
agua han demostrado que 99% del agua dulce accesible del planeta se encuentra
en los acuíferos de agua dulce, visibles en los ríos, lagos y capas congeladas
de hielo. Estas aguas constituyen sistemas hídricos dinámicos y desarrollan sus
propios mecanismos de reposición que dependen, fundamentalmente, de las
lluvias. Parte de este caudal se infiltra en las rocas subyacentes y se
deposita debajo de la superficie, en lo que se conoce como acuíferos. Los
acuíferos reciben reposición de las lluvias, por lo que son, en su mayoría,
renovables.
Los
acuíferos y las aguas subterráneas que los conforman, son parte de un ciclo
hidrológico cuyo funcionamiento determina una compleja interrelación con el
medio ambiente. Las aguas subterráneas son un elemento clave para muchos
procesos geológicos e hidro-químicos, y tienen también una función relevante en
la reserva ecológica, ya que mantienen el caudal los ríos y son la base de los
lagos y los pantanos, impactando definitivamente en los hábitats acuáticos que
se encuentran en ellos. Por lo tanto, los sistemas acuíferos además de ser
reservas importantes de agua dulce, son fundamentales para la preservación de
los ecosistemas.
Las
grandes reservas hídricas cómo la cuenca del Congo, Amazonas, el acuífero
Guaraní o los grandes lagos de África central coinciden con la existencia de
grandes poblaciones en expansión y fuertes conflictos étnicos y religiosos.
Además, gran parte de los países de esta región se encuentran bajo fuerte
presión del sistema financiero internacional que busca implantar una gestión
neoliberal de los recursos hídricos a través de su personal técnico para el que
las estaciones de tratamiento de agua, reciclaje y construcción de mecanismos
que eviten la contaminación de los acuíferos, son gastos superfluos
Se
trata de un proceso violento de expropiación y privatización del recurso
natural más importante para la vida. A pesar de la centralidad del agua potable
para consumo humano, es necesario señalar también la importancia vital de este
recurso para la agricultura, que impacta directamente la soberanía alimentaria,
y para el proceso industrial en su conjunto.
América
del Sur posee tres grandes acuíferos: la Cuenca del Amazonas, la Cuenca del
Marañón y el sistema acuífero Guaraní, que más parece un "mar
subterráneo" de agua dulce que se extiende por cuatro países del cono sur:
Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay. Por el volumen de las reservas de estos
acuíferos y por la capacidad de reposición del agua de estos sistemas, América
del Sur representa la principal reserva de agua dulce del planeta.
Las
regiones más críticas, por tener una reposición limitada de agua (menos de 5
milímetros de lluvia al año), son el norte de África, en la región desértica
del Sahara; la India; Asia central; gran parte de Australia; la estrecha franja
desértica que va desde la costa peruana hasta el desierto de Atacama en Chile y
la región norte de México y gran parte de la región centro oeste de Estados
Unidos. En estas regiones, se puede considerar el agua como recurso no
renovable. África subsahariana, el sudeste asiático, Europa, los Balcanes, la
región norte de Asia y la región nor-occidental de América del Norte registran
niveles moderados de reposición de agua, entre 50 y 100 mm. al año.
La
región de mayor reposición de agua del mundo es América del Sur donde, en casi
todo el territorio subcontinental, se registran niveles de reposición de agua
mayores a 500 mm./año, lo que constituye el principal factor de abastecimiento
de los sistemas acuíferos de la región. Esta altísima capacidad de reposición
de aguas superficiales y subterráneas es fundamental, no solo para el abastecimiento
de agua dulce sino también para la manutención y reproducción de los sistemas
ecológicos y la biodiversidad en la región.
(SACADO
de CONTEXTO)
.
Ver texto completo en: http://alainet.org/publica/473.phtml de la revista "América
Latina en Movimiento", No 473, correspondiente a marzo 2012 y que trata
sobre "Extractivismo: contradicciones y conflictividad
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