LA
RIQUEZA MATERIAL
PUEDE
CREAR POBREZA HUMANA
Escribe
MARCELO
COLUCCI (*)
Publicó
“Rebelion”
22 de
marzo de 2012
.
(*) MARCELO
COLUCCI- (1985- Argentina- Mar del Plata)
Escritor. De profesión Arquitecto Es un
conceptuado periodista que publica en diversos medios con especialidad en
temáticas de vertiente sociológica, tanto en la prensa escrita, como en muchas
páginas Web y periodismo on line.
(SACADO de CONTEXTO) NOTA COMPLETA AQUÍ:
Robar
un banco es delito, pero más delito es fundarlo. Bertolt Brecht
Esto lo podríamos ampliar con los datos que
arrojó una reciente investigación hecha en algún país centroamericano:
consultados varios cientos de jóvenes en relación a qué conducta seguirían si
suena su teléfono móvil cuando están haciendo el amor, alrededor de un tercio
respondió que, ¡por supuesto contestarían! Para ese observador de algunas
décadas atrás, la respuesta podría parecer incomprensible: ¿se prefiere responderle
a una máquina a hacer el amor? ¿Qué queremos decir con todo esto? Que la
cultura del consumo de "cosas", si bien por un lado puede abrir
nuevas e increíbles posibilidades, también puede estar al servicio de
transformarnos en unos soberanos estúpidos.
¿Estamos
más ricos porque disponemos cada vez más de bienes materiales? Esa podría ser
una primera línea, y podríamos estar tentados de creer que sí. Pero la riqueza
no tiene que ver tanto con la cantidad de "cosas" que hay para
repartir, sino la forma en que se reparten. Un monarca de cualquier
civilización de dos mil o tres mil años atrás sin dudas disponía de menos
bienes materiales que cualquier asalariado de una ciudad industrializada
moderna, pero en sus respectivos contextos es más rico el rey y no el
trabajador.
Y hoy,
disponiendo de la cantidad fabulosa de bienes y servicios que existe
(incluyendo allí una inconmensurable lista de "cosas" donde puede
haber de todo: desde muñecas inflables de silicona hasta psicólogos para
perros, etc., etc.) ¿realmente estamos más ricos? ¿Se es más rico por disponer
de un teléfono celular que, en un tercio de casos, puede interrumpirnos al
estar haciendo el amor? ¿Con qué criterios, entonces, medir la
"riqueza"? Sin dudas, la tecnología va permitiendo mayores cuotas de
comodidad en el diario vivir, pero de ahí a la riqueza resta un paso.
Hoy,
dada nuestra incorporada cultura mercantilista y de consumo extendido, tendemos
a equiparar riqueza con provisión de bienes materiales: se es más rico cuantas
más cosas se tienen. Pero el modelo de desarrollo que el capitalismo ha
generado tiene una doble limitante que lo invalida: es injusto, y es
insostenible.
Hoy, al
menos teóricamente, cualquiera puede ascender en la pirámide social y llegar a
ser un millonario. Aunque parezca mordaz decirlo así, ya no es un solo monarca,
o una selecta clase sacerdotal la que monopoliza la gran mayoría de los
productos que crea la sociedad; hoy, con el capitalismo, amplias masas tienen
acceso a sinnúmero de cosas. Insistamos con el ejemplo: cualquier trabajador
urbano hoy puede tener lavadora de ropa o un horno de microondas (y también la
muñeca inflable, o mandar su perro a un psicólogo canino), cosas que
seguramente no tenía el faraón egipcio o el emperador inca tiempo atrás. ¿Es
más rico por eso?
De
todos modos, esa repartición más "democrática" de nuestro actual
capitalismo sigue siendo muy injusta: mientras a unos pocos les sobra todo, a
grandes mayorías les falta casi todo. Con el desarrollo contemporáneo de la
productividad -esto está dicho hasta el hartazgo- sobrarían alimentos para toda
la población planetaria (se produce aproximadamente un 50% más de lo
necesario); pero paradójicamente el hambre es el principal motivo de muerte (un
muerto cada siete segundos a escala planetaria).
Mientras
muchísima gente en el mundo no tiene alimento, ni acceso a agua potable, ni
educación elemental, en los países opulentos se gastan cantidades inimaginables
en cosas superfluas o cuestionables: 8.000 millones de dólares anuales en
cosméticos en Estados Unidos, 11.000 millones en helados en Europa, 35.000
millones en recreación en Japón, 17.000 millones en alimento para mascotas en
Europa y Estados Unidos, 600.000 millones en drogas ilícitas en todo el globo,
sin hablar de las lícitas (el segundo medicamento más vendido en el mundo son
las benzodiacepinas: los tranquilizantes menores), más de un billón de dólares
en armamentos.
¿Es más
rico el habitante del Norte que puede gastar mensualmente para su mascota
hogareña más de lo que un pobre del Sur no consume en todo un año? ¿Es más rico
quien dispone de tres teléfonos celulares que quien se sigue comunicando por
medio de tambores? ¿Es más rico quien compra las camisas por docenas que quien
elabora su ropa artesanalmente con el telar de cintura?
Repitámoslo:
es muy pobre considerar la riqueza a partir de la sumatoria de cosas
disponibles en el mercado (bienes materiales y servicios varios). Como se dijo
más arriba: ese modelo de desarrollo es tremendamente pobre porque, además de
su injusticia estructural, es insostenible en términos prácticos. La humanidad
toda no puede repetir las pautas de consumo que han establecido los
"ricos" del norte: los recursos naturales no dan para ello. Además
ese modelo es tremendamente dañino, agresivo para el medio ambiente, y por
tanto para los seres que ahí vivimos.
La
cultura del petróleo, del plástico y de la industria depredadora a largo plazo
crea más pobreza que riqueza. La riqueza concebida como suma de objetos es
posible sólo para un grupo de la humanidad; si toda la población planetaria
repitiera los modelos de los grupos privilegiados, la Tierra colapsaría en un
santiamén.
Estamos
así ante una tragicómica paradoja: lo que se presenta como el máximo de riqueza:
la sociedad del hiper consumo, añeja en su seno la más grande pobreza humana,
ética. Si la riqueza generada por la especie humana no sirve a toda la especie
humana, ¿es riqueza? ¿Puede hablarse legítimamente de riqueza si ella asienta
en el hambre de su verdadero productor: el que trabaja? ¿Puede ser rico un
modelo industrial que hoy produce escasez de agua y cáncer de piel para el
mediano plazo?
Por
otro lado -cuestión no menos importante- ¿cuál es la riqueza de disponer de una
batería interminable de artículos materiales que los productores obligan a
cambiar ciegamente con velocidad creciente a los consumidores por medio de los
mecanismos de obsolescencia programada? ¿Se es más rico porque se compra un
vehículo nuevo cada año, porque se tiene un televisor más grande cada año o
porque los adornos del arbolito de navidad que se compran son más fascinantes
cada temporada?
El
avance de la productividad humana es una buena noticia para la especie: nos
permite niveles de vida cada vez más cómodos y seguros; pero el moderno modelo
de desarrollo que ha impuesto el capitalismo en estos últimos dos siglos ha
creado el mito de la riqueza como acumulación de cosas. Y eso, por lo que
decíamos: por injusto y por depredador, en vez de ser sinónimo de riqueza es su
contrario, es la más profunda pobreza humana (el ejemplo del teléfono celular
sonando durante el acto amoroso podría ser su arquetipo).
.
SACADO
de CONTEXTO. LA NOTA COMPLETA AQUÍ:
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