CUMBRE DE LOS BRICS
LA SOBERANÍA NACIONAL
COMO GARANTÍA
DE LA SOLIDARIDAD DE LOS BRICS
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Escribe
FIODOR
LUKIANOV (*)
(AG.
RIA NOVOSTI)
Publicó:
ARGENPRESS
29 de
marzo 2012.
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(*) FIÓDOR LUKIÁNOV- Politologo
ruso. Redactor jefe de la revista “Rusia en la política global” una prestigiosa
publicación rusa que difunde opiniones de expertos en temas de geopolítica y de
economía.
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Cualquier cumbre de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y
Sudáfrica) despierta una nueva ola de debates sobre la esencia y las
perspectivas internacionales de este grupo tan específico.
La mayoría de los comentaristas occidentales se muestra
escéptica al respecto, calificando de artificial y fortuito el carácter de la
alianza de los cinco. También en los propios países miembros, sobre todo en
India y Brasil, el proceso de formación de los BRICS va acompañado de numerosas
dudas acerca de su porvenir.
Pta. de Brasil |
Es cierto que el abismo que separa a las potencias del grupo
en todos los campos -cultura, civilización, geopolítica, demografía y demás- no
tiene parangón. El principio del cual partió la compañía Goldman Sachs hace
casi diez años, al idear el término “BRIC” para las economías emergentes ya no
funciona, pues la presencia de Rusia entre los demás miembros con mercado pujante
carece de fundamento. De ahí que sea lógico que los medios se hayan puesto a
emplear activamente el término de los expertos del Consejo Europeo de
Relaciones Exteriores que alude al estancamiento y la depresión: la “Rusia
post-BRIC”
La persistencia y el desarrollo de los BRICS se deben no
tanto a la necesidad interna de los países miembros, como a la situación
general en el mundo. Todo está cambiando rápidamente y de manera impredecible,
y las recetas de resolución de problemas internacionales propuestas por el
Occidente, considerado como líder tradicionalmente, no dan resultado o, aún
peor, resultan contraproducentes.
Pte. de Rusia |
Hace falta alguna alternativa, pero por ahora ninguno de los
Estados que desempeñan un importante papel regional (y precisamente tales
Estados forman parte de los BRICS) puede proponer una exhaustiva resolución
global ni tiene ganas de hacerlo. Considerados por separado, es evidente que
les es más cómodo quedar a la sombra, sin asumir una responsabilidad mayor.
Rusia, en cierta medida, es una excepción en este sentido, pues posee una
inercia global, que también parece estar a punto de extinguirse. Pero como en
el mundo van apareciendo alianzas cada vez más variadas y complicadas, las
grandes potencias no occidentales, pese a todas las dudas y discrepancias,
también intentan mostrar su solidaridad.
Sin embargo, no parecen avanzar más allá de las palabras.
Las capacidades de los BRICS como sujeto internacional de peso apenas se
explotan. Lo evidencia, por ejemplo, el nombramiento del nuevo director gerente
del Fondo Monetario Internacional tras la escandalosa dimisión de Strauss-Kahn.
Aún cuando había sido nombrado éste en 2007, se hablaba de que sería el último
europeo en este puesto, ya que era hora de romper con la tradición establecida
en 1944. Primero, en la última cumbre en China los BRICS declararon su
intención de postular a su candidato.
Pte. de India |
Pero más tarde nadie se acordó de esta intención: todos los
miembros del grupo optaron por actuar por separado, acordando con Estados
Unidos y Europa las condiciones del apoyo a su favorito, lo cual culminó con el
nombramiento de la francesa Christine Lagarde. He aquí otro ejemplo: aunque el
grupo de los BRICS se mostró unido en la cuestión libia en el curso de la
votación en el Consejo de Seguridad de la ONU en marzo de 2011, ya a principios
de 2012 surgieron discrepancias en la cuestión siria.
Existen otras divergencias, aun más profundas, que minan la
solidaridad de los miembros de grupo de los BRICS. Brasil, India y Sudáfrica se
pronuncian a favor de la ampliación del número de miembros permanentes del
Consejo de Seguridad de la ONU, cuya composición, como reconocen todos, ya no
corresponde con la situación en el escenario mundial. Estos tres países se
consideran los candidatos más probables a nuevos miembros permanentes, y es
lógico. Pero en cuanto se trata de plasmar esta idea, los actuales miembros
permanentes, Rusia y China incluidas, intentan evitarlo, insistiendo en que la
cuestión es demasiado difícil. Y no es para asombrarse: ningún Estado se
apresura a compartir voluntariamente los privilegios que posee. Seguramente,
esta situación acarreará consecuencias negativas para el afianzamiento y la
consolidación de los BRICS.
Pte. de China |
En su artículo electoral dedicado a la política exterior,
publicado una semana antes de las elecciones en Rusia, Vladimir Putin habla en
tono positivo sobre la cooperación en el marco de los BRICS. El presidente
electo ve como un importante signo de solidaridad el que los países miembros
del grupo no solo tengan una visión similar sobre el sistema mundial necesario
(multipolar), sino que compartan el valor básico: la soberanía nacional como
elemento de base del sistema internacional. Es una alternativa conceptual al
enfoque occidental, que parte de que hoy el principio de soberanía ya no es tan
sagrado ni inmutable como antes.
Pte. de Sudafrica |
Esta declaración de Putin tiene toda la razón. Todos los
países del BRICS son Estados que gozan de soberanía casi completa, de amplia
libertad de acción, no limitada por alianzas formales y asegurada por recursos
materiales. Los países de este tipo son pocos: las potencias europeas, por
ejemplo, poseyendo la base económica, son a menudo muy limitadas en materia
política. La cuestión es si esta solidaridad conceptual es suficiente para
crear un marco que se rellenará después de contenido económico, geopolítico e
ideológico. Sería un proceso largo, sin garantías de éxito. Pero el que la
construcción de los BRICS siga desarrollándose a pesar del escepticismo
universal infunde ciertas expectativas respecto a su evolución.
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