¿TRANSGÉNICOS? NO, GRACIAS
Escribe
CARMELO
RUIZ
MARRERO (*)
Fuente:
“BIODIVERSIDAD.ORG”
21 de
mayo de 2012
.
(*)
CARMELO RUIZ MARRERO. Periodista y educador ambiental. Dirige el Proyecto de
Bioseguridad de Puerto Rico. Es “Senior Fellow” del Programa de Liderazgo
Ambiental en ese país. Escritor. Entre
otros autor de "El Síndrome de China: La
creciente presencia en América Latina". Sus artículos periodísticos han sido
publicados en “Claridad”, “El Nuevo Día”, “Diálogo”, “Rebelión”, “La Jornada”
de México y otros del continente. : http://carmeloruiz.blogspot.com.ar/
Los
cultivos y alimentos transgénicos (genéticamente modificados) son objeto de
intensa controversia alrededor del mundo. En esta controversia participan desde
doctores y científicos hasta movimientos campesinos, organismos internacionales
y líderes políticos, y ha llegado al punto de arrestos, violenta represión y la
persecución de científicos que han tenido la osadía de contradecir el discurso
oficialista sobre la biotecnología. Este debate ha producido numerosos libros,
reportajes de prensa y televisión, documentales de corto y largo metraje,
simposios científicos, contenciosas negociaciones internacionales, y hasta
marchas de protesta y desobediencia civil.
Entiéndase
por transgénico un organismo a cuyo código genético se le han insertado genes
de otra especie mediante ingeniería genética o transgénesis. La ingeniería
genética derriba barreras celulares para hacer combinaciones genéticas que
nunca pudieron haberse dado en la naturaleza, y se usa en la agricultura y
alimentos desde la década de los 90. Actualmente hay decenas de millones de
hectáreas sembradas de cultivos transgénicos en el mundo, la gran mayoría de
ellos en cuatro países de nuestro hemisferio americano: Estados Unidos, Canadá,
Brasil y Argentina. Al añadir los de Uruguay, Paraguay y Bolivia, tenemos ahí
casi la totalidad de los cultivos transgénicos del mundo. Casi todos son de
soya y maíz, y el resto es mayormente algodón y canola (colza).
Estos
cultivos no fueron alterados genéticamente para rendir más ni para ser más
nutritivos ni para reducir el uso de agroquímicos tóxicos. La mayoría fue
alterada para ser inmunes al herbicida Roundup, producto de la corporación
estadounidense Monsanto, y se les conoce como cultivos Roundup Ready. Los demás
producen su propio pesticida, y se les llama cultivos Bt. Esta soya y maíz se
utiliza para hacer, entre otras cosas, harina, almidón, aceite de cocinar,
endulzadores, biocombustibles, y comida para alimentar los animales de finca
que nos dan carne, lácteos y huevos.
ESE
HERBICIDA,
¿ES SEGURO?
De más
está decir que los alimentos derivados de cultivos Roundup Ready deben tener
trazas sustanciales de Roundup. ¿Cuán seguro es ese herbicida para consumo
humano?
En 2010
la revista científica Chemical Research in Toxicology publicó un estudio
revisado por los pares, escrito por el embriólogo argentino Andrés Carrasco,
investigador principal del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y
Técnicas (Conicet) y director del Laboratorio de Embriología Molecular de la
Universidad de Buenos Aires, que determina que el glifosato, ingrediente activo
del Roundup, es extremadamente tóxico a embriones de anfibios aún en dosis
mucho menores (hasta 1.540 veces menores) que las utilizadas en las
fumigaciones agrícolas.
En 2008
esa misma revista había publicado un estudio del francés Giles-Eric Seralini,
especialista en biología molecular y docente de la Universidad de Caen, que
indica que el Roundup es letal para células humanas. Según su investigación,
dosis muy por debajo de las utilizadas en los cultivos de soya provocan la
muerte celular en pocas horas.
“Aún en
dosis diluidas mil veces, los herbicidas Roundup estimulan la muerte de las
células de embriones humanos, lo que podría provocar malformaciones, abortos,
problemas hormonales, genitales o de reproducción, además de distintos tipos de
cánceres”, dijo Seralini al diario argentino Página 12.
En el
ejemplar de marzo 2012 de Ecological Applications el biólogo Rick Relyea,
profesor de la Universidad de Pittsburgh, publicó un estudio que indica que
dosis subletales de Roundup pueden cambiar la morfología de anfibios. “Los
herbicidas no están diseñados para afectar a animales, pero estamos aprendiendo
que éstos pueden tener una amplia gama de efectos sorprendentes al alterar cómo
funcionan las hormonas”, dijo Relyea. “Esto es importante porque los anfibios
no sólo sirven como barómetros de la salud de ecosistemas, sino también como
indicadores de peligros potenciales a otras especies en la cadena alimentaria,
incluyendo humanos.”
PLANTAS
INSECTICIDAS
Las
compañías de biotecnología nos aseguran que la toxina insecticida presente en
los cultivos Bt es inofensiva a los seres humanos y que se disuelve en nuestro
sistema digestivo. Hoy sabemos que eso no es cierto.
Doctores
en el hospital universitario de Sherbrooke en Quebec, Canadá, hallaron la
toxina Bt en la sangre de mujeres embarazadas y sus fetos, al igual que en
mujeres no embarazadas. Específicamente, el estudio encontró la toxina en 93%
de 30 mujeres embarazadas, y en la sangre umbilical de 80% de los fetos, y 67%
de 39 mujeres no embarazadas.
En 2008
una investigación subvencionada por el Gobierno de Italia encontró que ratones
alimentados con el maíz Bt de Monsanto tuvieron anticuerpos IgG e IgE elevados,
algo típicamente asociado a alergias e infecciones. Tenían además, índices
anormalmente elevados de interleukinas, lo cual está asociado a varias
enfermedades en humanos, desde artritis reumatoidea y osteoporosis hasta
esclerosis múltiple y la enfermedad de Lou Gehrig. Los ratones tenían además,
niveles elevados de células T gamma delta, que están asociados con asma,
alergias a alimentos y artritis juvenil.
En la
India hay miles de trabajadores agrícolas que trabajan con plantas de algodón
transgénico Bt que “según reportes y expedientes de doctores, hospitales y
farmacias, al igual que numerosos reportajes investigativos y estudios de caso,
constantemente luchan contra piquiñas y erupciones en la piel; algunos toman
antihistamínicos todos los días para poder ir a trabajar”, según el
investigador Jeffrey Smith, autor de Seeds of deception.
Cito a
Smit de nuevo: “Cuando dejaron al ganado pastando en plantas de algodón Bt,
tras la cosecha, miles de ovejas, cabras y búfalos murieron. Otros numerosos se
enfermaron. Visité una aldea donde por siete u ocho años habían dejado a su
ganado pastar plantas naturales de algodón sin incidente. Pero el 3 de enero de
2008 permitieron a sus 13 búfalos pastar plantas de algodón Bt por primera vez.
Después de una exposición de solo un día murieron todos. La aldea perdió también
26 cabras y ovejas. Un pequeño estudio en Andhra Pradesh reportó que todas las
seis ovejas que pastaron en plantas de algodón Bt murieron en un mes, mientras
que tres controles que fueron alimentados con plantas de algodón natural no
mostraron síntomas adversos.”
Este no
ha sido más que un brevísimo compendio de los riesgos a la salud causados por
los productos transgénicos que compañías como Monsanto, Dupont y Syngenta están
desarrollando y comercializando en América Latina.
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