jueves, 23 de agosto de 2012

CALENTAMIENTO GLOBAL: MIL FIGURAS DE HIELO EN LA UNIVERSIDAD DE CHILE

NELE AZEVEDO MONTO 

LA OBRA QUE YA EXHIBIO en

SAO PAULO, BERLIN y FLORENCIA

Escribe
RODRIGO ALVARADO
Fuente “La Tercera” Chile
23 de agosto 2012


 (*) NÉLE AZEVEDO Brasil. Arquitecta y7 artista plástica que ha hecho del hielo su material, mineira Nacio en Minas Geraes y se radicó en São Paulo Hizo de la escultura su herramienta el objetivo de concientizar acerca del sobrecalentamiento global.  Más de mil figuras de hielo de la arquitecta brasileña  “se sentaron" en las escalinatas de la Facultad de Derecho de la Universidad en Santiago de Chile.

En un pasillo exterior de la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Chile, la artista brasileña Néle Azevedo prepara la intervención urbana Monumento mínimo. El jueves se unió a sus asistentes Flaminio y Marcela, que desde la semana pasada y junto a voluntarios locales sacan de sus moldes cientos de figuritas antropomorfas de hielo. 

El 10% se quebrará en este proceso, pero inevitablemente todas se derretirán en las escalinatas de la Facultad de Derecho mañana por la mañana.

 “Monumento mínimo es una contraposición al monumento oficial: quiebra la escala, recuerda a los anónimos y se instala en las escaleras, sin privilegios ni jerarquías. Al contrario de los monumentos hechos para la posteridad, esta obra fue hecha para desaparecer; es casi un antimonumento destinado a ser olvidado”, explica la artista, con una maestría en arte de la Universidad de Sao Paulo.


Néle y sus asistentes trabajan con guantes de goma amarillos. De un camión congelador sacan los moldes de plástico duro que utilizan y, luego de limar las irregularidades de los hombrecitos y mujercitas heladas, los meten en bolsas para ser guardadas en el congelador. Producen 100 diarios. Es un proceso lento, entre lo artesanal y lo industrial, que comenzó a desarrollar hace una década.

En 2001, la también académica e investigadora trabajaba con pequeñas esculturas de metal su idea del antimonumento. “Necesitaba encontrar una materialidad frágil, que se opusiera a lo resistente de la ciudad. Un día hice una exposición de esculturas de acrílico en las calles de Florianópolis. Cuando volví no estaban, pero bajo las fotos que expuse dentro del museo encontré un comentario que decía: ‘Qué bonitas, parecen de hielo. Me gustaría verlas derritiéndose’”.
Al día de hoy ha instalado Monumento mínimo en una decena de ciudades de Brasil, Noruega, Portugal, Italia y Alemania. En cada lugar, la intervención ha cosechado nuevas lecturas, que se desprenden de la idea universal de la muerte.

 “La civilización occidental se ha olvidado de la muerte. El sistema plantea que consumamos, que somos eternos, y hace a un lado la muerte, la oculta, la pone distante de la vida”, sostiene Néle. “Régis Debray dice que puedes medir la decadencia de una civilización del modo en que trata la muerte. Antes del siglo XVIII, la muerte no se consideraba una pérdida. Los griegos se sabían mortales. La muerte forma un círculo con la vida y los ritos posibilitan la comprensión para traspasarla. Es necesario saber que somos finitos para vivir mejor”.

A Santiago llegó invitada a la Jornada de Derecho Ambiental de la Universidad de Chile. Y no para contrastar la monumentalidad de la columnata curva del edificio construido por Juan Martínez en 1938. Desde que la World Wildlife Fund invitó a Néle a exponer en la plaza Gendarmenmarkt de Berlín, su obra ha sumado una lectura que traspasa lo puramente conceptual: tomar conciencia sobre el derretimiento del hielo en los polos, el aumento del nivel del mar y la destrucción no de la Tierra, sino de la propia humanidad.

 “Las personas interpretan mi trabajo de muchas maneras, por el arte, la muerte, el medioambiente. Hay una lectura abierta”, explica, y recuerda que en 2008, en Florencia, coincidió también con una manifestación de estudiantes contra la privatización de la educación.

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