ENFRENTADOS
A LA “PÉRFIDA ALBIÓN”
Escribe
JORGE
NÚÑEZ SÁNCHEZ (*)
Del Blog de ATILIO BORÓN
25 de agosto de 2012
.
(*) JORGE NUÑEZ SANCHEZ HISTORIADOR. Escritor y Periodista. Nació en la
Magdalena, Provincia de Bolívar, el 6 de Febrero de 1.947 (Miembro de las
Academias Nacionales de Historia de Ecuador, Colombia y Perú y de la Real
Academia Española de Historia).Redactor de “El Telégrafo” Ecuador. Columnista
en varios medios del continente.
Vuelvo
al país tras unos días de ausencia y me encuentro con una situación por demás
extraña: mientras el Gobierno y la mayoría del país apoyan el asilo dado a
Julian Assange, unos cuantos plumíferos y voceros de la derecha exaltan los
méritos de Inglaterra, en un ejercicio de verdadera miseria intelectual. Es el
país que inventó la democracia, dicen unos. Tiene el mejor sistema judicial,
dicen otros. Es una potencia que nos puede aplastar por resabiados, vocifera
otro más. Inventó el fútbol y fue campeón mundial, dice un bobo.
Creo
que estos abanderados de la oposición se han quedado cortos en sus citas sobre
la Gran Bretaña y por eso me veo obligado a agregar algunos méritos olvidados
de ese país, al que unos llaman “cuna de la democracia” y otros la “Pérfida
Albión” o el “Estado Canalla”.
El
primer mérito es que Inglaterra, antes que inventar el fútbol, inventó la
piratería en gran escala, enviando bandidos contratados por el Estado para
atacar a países o ciudades cuyas riquezas ambicionaba. Entre esos bandidos
oficiales destacaron John Hawkins, Francis Drake y Thomas Cavendish, cuyos
grandes méritos fueron atacar posesiones españolas de América, saquear
ciudades, violar mujeres y matar civiles indefensos.
Al
regresar a Inglaterra, en 1564, Hawkins dividió su botín con la reina Isabel I,
que en premio lo nombró caballero, con lo cual el pirata sanguinario se volvió
noble y la reina se hizo rica. Por iguales méritos, Drake fue ennoblecido por
la reina en 1581 y Cavendish en 1588. Desde entonces, todos ellos son héroes
oficiales de la Gran Bretaña.
El
segundo mérito es que Inglaterra ha sido, quizá, la potencia colonialista más
brutal de la historia. Desde el siglo XVII, cuando estableció las 13 colonias
en Norteamérica, se expandió por el mundo a cañonazo limpio, enriqueciéndose
con la esclavitud y el comercio, buscando oro, cobre y diamantes, y eliminando
o explotando cruelmente a la población nativa.
Tras
perder EE.UU. en 1776, tomó Australia en 1788 y Nueva Zelanda en 1840, trató de
apoderarse de Buenos Aires en 1806 y 1807, arrebató a la Argentina las islas
Malvinas en 1833, tomó Bengala en 1757 y luego toda la India, ocupó Sri Lanka,
Birmania, Malasia, Hong Kong (1841), Egipto (1882), Sudáfrica (1795), Zimbabue
y Rodesia (1890) y Nigeria (1901).
En
1940, Mahatma Gandhi, el padre de la independencia india, escribió: “Una quinta
parte de la raza humana ha sido aplastada bajo la bota británica empleando
medios que no superan el menor examen”.
El
tercer mérito olvidado de Inglaterra es que inventó el tráfico internacional de
drogas y se enriqueció con él. No solo eso: a cañonazos obligó a los chinos a
consumir el opio que ella misma producía en la India. Y ello causó las llamadas
“guerras del opio” (1839 a 1842, y 1856 a 1860), en las que China resistió al
imperialismo británico, siendo derrotada,
"para desgracia de la humanidad. Creo que estas también son
“glorias británicas” que deben recordarse."
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